Beneficios de la atención psicooncológica tras haber vivido un cáncer

Haber vivido una enfermedad oncológica tiene un impacto más allá del estado físico, afectando también aspectos emocionales, al ambiente familiar y laboral, y a la calidad de vida. De esta forma, surge la necesidad de adaptarse a la nueva situación de forma sana y de tomar consciencia de la importancia del autocuidado a nivel psicológico.

Es así como nace la psicooncología, cuyo objetivo es el de atender las necesidades psicológicas de la persona que ha tenido una enfermedad oncológica, los familiares que lo necesiten y atender también a los profesionales de los equipos de salud relacionados con la enfermedad. Existen varias alternativas a disposición de las personas que han vivido una situación de este tipo, así como para sus familiares o cuidadores.  Así, encontramos las psicoterapias individualizadas, las psicoterapias grupales, o los grupos de apoyo mutuo. La participación en estos recursos de soporte psicológico no es obligatoria, sin embargo, hay evidencia de que la atención psicooncológica, cuando la persona considera que lo necesita, tiene un efecto casi inmediato en la mejora de la situación emocional.

 

¿Cuándo se debería acudir al psicooncólogo?

El diagnóstico del cáncer es habitualmente un hecho que desestabiliza emocionalmente, y una vez que se ha vivido la experiencia también pueden surgir miedos e inseguridades. La psicooncología se encarga de atender las necesidades a nivel psicológico de la persona afectada en el proceso y evolución de la enfermedad, mejorar el afrontamiento a la misma y repercute en beneficiar la calidad de vida. Acudir a un psicooncólogo puede ser necesario durante el proceso de la enfermedad, pero muy frecuentemente surge la necesidad de acudir en el período de la remisión de la enfermedad, puesto que es cuando se detecta un aumento del malestar emocional, con la afectación del estado de ánimo. Así pues, la intervención psicooncológica puede beneficiar en cualquier momento, tanto a la persona que ha vivido un cáncer como a otros miembros de su familia que puedan necesitarlo.

Algunos centros de salud y hospitales ofrecen este servicio especializado de atención psicológica, pero en caso de no estar disponible,  o no tener acceso a él, hay varias entidades que dan soporte a los interesados, como las organizaciones federadas a la FECEC.

 

¿Cuáles son los beneficios de la psicooncología?

La psicooncología tiene varias funciones que son beneficiosas a lo largo de todo el proceso:

  • Proporcionar herramientas para manejar el dolor y aliviar el malestar emocional.
  • Ayudar a mantener la autoestima, puesto que los tratamientos pueden afectar al aspecto físico.
  • Permitir el desahogo emocional, facilitando la expresión de miedos y preocupaciones por la incertidumbre a volver a padecer la enfermedad.
  • Proporcionar las herramientas psicológicas necesarias para asumir la experiencia, integrarla y lentamente, volver a la normalidad.
  • Promover el soporte sociofamiliar fortaleciendo la comunicación entre los afectados y los familiares.
  • Valorar los criterios para participar en la psicoterapia grupal y los grupos de ayuda mutua.
  • Ayudar a los familiares y cuidadores, fomentando el autocuidado y comprender sus emociones para poder adaptarse de forma saludable a la situación.

 

La psicooncología es importante en todas las fases del cáncer:

La psicooncología está presente en todas las fases de la enfermedad y aborda las necesidades específicas de cada una de ellas para mejorar la calidad de vida. El papel del psicooncólogo en la remisión es particularmente importante, puesto que acompaña en el proceso de vuelta a la normalidad, a la rutina, y se encarga de trabajar los miedos a la recaída.

Las personas que han vivido un cáncer pueden presentar secuelas físicas y psicológicas. Por ello, la intervención psicooncológica juega un papel fundamental ayudando a estas personas a gestionar sus emociones y cómo perciben la vida, contribuyendo a que se sientan mejor consigo mismos e integren de forma adaptativa las viviencias de cada momento.

 

La intervención psicooncológica puede ser individual o grupal.

En la psicoterapia individual, las sesiones se realizan con el psicooncólogo directamente. Las psicoterapias grupales, por otro lado, aunque también están dirigidas por un psicooncólogo, se realizan en grupos de iguales que intentan ser homogéneos.

 

¿Cuál es la diferencia entre la terapia de grupo y los grupos de ayuda mutua (GAM)?

La terapia psicológica de las personas que han vivido un cáncer también ofrece la posibilidad, si se requiere, de asistir a terapias de grupo y a grupos de ayuda mutua.

  • Terapia de grupo:

Las terapias de grupo forman parte de la psicoterapia y ayudan a la adaptación psicosocial de la persona que ha vivido la experiencia de tener un cáncer. Estas terapias se enfocan en fomentar su adaptación y favorecer su crecimiento personal. Un buen momento para iniciar la terapia de grupo es una vez finaliza el tratamiento oncológico, que es el punto de inflexión cuando el control pasa del personal médico a la propia persona.

Las terapias grupales, que pueden ser de varios abordajes psicoterapéuticos distintos, se adaptan a las necesidades de los miembros que lo componen y están guiadas por un psicoterapeuta que dirige las sesiones. Suelen estar divididas en módulos que tratan diferentes temas, ya que se busca un cambio duradero en el afrontamiento de los participantes, favoreciendo la expresión emocional y el aprendizaje interpersonal. Por ello, normalmente, se intenta que el grupo sea homogéneo y que se encuentren en el mismo estadio de la enfermedad.

  • Grupo de ayuda mutua:

A diferencia de las terapias de grupo, los grupos de ayuda mutua no se engloban dentro de la psicoterapia. Estos grupos son un espacio de encuentro y apoyo entre iguales y aunque pueden beneficiar la salud mental de los participantes, no tienen la figura del psicoterapeuta que medie las sesiones de grupo. Los grupos de ayuda mutua se caracterizan porque se gestionan ellos mismos, no tienen diferencias de rol, se expresan los sentimientos y se comparten las experiencias vividas con otras personas en situación similar. Esto permite a los participantes sentirse más comprendidos y acompañados, reduciendo el estrés y la sensación de impotencia.

 

¿Los familiares y cuidadores también pueden usar estos grupos?

La terapia grupal y los grupos de ayuda mutua pretenden mejorar la calidad de vida de las personas que han vivido un cáncer y la de sus familiares, ayudándoles a desarrollar las competencias que les permitan manejar el malestar psicológico asociado a esta situación.

La participación en estos grupos ayuda a familiares y cuidadores a comprender que el cáncer afecta tanto al paciente como al entorno, y da herramientas para aprender a gestionar las emociones durante el proceso o una vez finalizada la enfermedad.

Existen varias entidades federadas a la FECEC, Junts contra el càncer, que proporcionan recursos para la orientación y apoyo psicológico a las personas que comienzan esta nueva etapa tras finalizar el tratamiento contra el cáncer.

 

Asesoramiento y apoyo:

 

Terapia de grupo:

 

Soporte clínico:

 

Terapia sexual y de pareja:

 

Grupos de ayuda mutua:

 

¿Cómo afecta la aprobación del derecho al olvido oncológico a la contratación de un seguro?

El objetivo de contratar un seguro privado a una compañía de seguros es que la aseguradora abone al asegurado una indemnización ante una contingencia concreta, cubriendo los riesgos económicos de bienes o de personas. A cambio de este tipo de protección, el asegurado realiza pagos periódicos a la compañía aseguradora, conocidos como prima. La determinación de esta prima está sometida a muchas variables, entre ellas la edad y el historial médico.

En la actualidad, disponer de un seguro de asistencia médica o seguro de salud puede ser una ventaja a la hora de afrontar posibles costes médicos derivados de una enfermedad, así como el seguro de vida protege financieramente a tu familia u otras personas que dependan de tus ingresos.

¿Qué se tiene que hacer para contratar un seguro?

La mayoría de las compañías aseguradoras realizan de manera previa un estudio de los riesgos y, en función de ellos, determinan la prima a abonar por el asegurado. Normalmente, estos estudios se realizan en forma de cuestionario. La persona que decide contratar el seguro tiene el deber de declarar todas las circunstancias que para él sean conocedoras y que puedan influir en la valoración de los riesgos, siempre que se le someta a este cuestionario.

 

En el caso de los seguros médicos o de vida, la gran mayoría de las aseguradoras someten a un cuestionario relativo a la salud y estilo de vida del asegurado y, en algunos casos, incluso a una revisión médica. Es importante responder a este cuestionario de manera sincera a partir de la información de la que se dispone en el momento de realizarlo. Si se oculta una enfermedad crónica o una operación dentro del periodo de tiempo en el que se acotan las preguntas, el asegurado se expone a que la compañía no se haga cargo de la atención.  

 

Por lo que hace a los seguros médicos, en función de la cobertura contratada, pueden cubrir procesos oncológicos si fue contratado de forma previa al diagnóstico de la enfermedad. En líneas generales, los seguros médicos que no incluyen hospitalización, cubren todo lo relacionado con la detección y el diagnóstico, pero no el tratamiento y la intervención (en el caso de que la hubiera). Por el contrario, las pólizas que incluyen hospitalización y cirugías dan una cobertura integral, incluyendo el tratamiento. A partir de ahí, existe una amplia variedad de productos que responden a precios muy distintos.

 

¿Se puede contratar un seguro después de haber superado un cáncer?

 

Hasta ahora, para las personas que habían superado una enfermedad oncológica, conseguir un seguro era muy difícil y, en caso de que no fuera una exclusión, la condición de enfermedad solia implicar un aumento en las primas. Muchas aseguradoras se negaban a tramitar una póliza por enfermedad o por haber sufrido una durante los años anteriores, como puede ser el caso de las personas que habían padecido una enfermedad oncológica. En este caso, se denegaba el seguro y podían surgir dificultades para la concesión del préstamo o producto financiero.

 

Esta realidad ha cambiado gracias a que, recientemente, tras la entrada en vigor del Real Decreto 5/2023, se ha aprobado el derecho al olvido oncológico, que permite un gran avance para las personas que han superado un cáncer. El derecho al olvido oncológico reconoce el derecho a que no se tenga en cuenta que alguien ha pasado por un cáncer en diferentes situaciones como la contratación de un seguro. Este derecho evita que estas personas tengan que justificar su historial médico y evita que sean discriminadas.

 

De esta forma, la modificación en la Ley de Contrato de Seguro (a través del Real Decreto 5/2023 aprobado el 28 de junio) establece que, a la hora de contratar un seguro, se anulan las cláusulas que excluyen a las personas que han pasado por un cáncer y prohíbe su discriminación, una vez transcurridos 5 años desde la finalización del tratamiento radical sin recaída posterior. Por otro lado, el Real Decreto 5/2023 también modifica la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, anulando las cláusulas y condiciones que excluyen o discriminan a las personas que han pasado por un cáncer antes de firmar un contrato o negocio jurídico, una vez que hayan transcurrido 5 años desde la finalización del tratamiento radical sin recaída posterior.

 

En relación con los seguros de vida, la modificación establece que el asegurado no tiene la obligación de declarar si ha tenido cáncer en el pasado, siempre que hayan transcurrido 5 años desde la finalización del tratamiento radical sin recaída posterior. Una vez transcurrido este tiempo, el asegurador no podrá considerar la existencia de antecedentes oncológicos a efectos de la contratación del seguro, quedando prohibida toda discriminación o restricción por este motivo.

 

En el ámbito de la Unión Europea, se están llevando a cabo importantes avances en la protección de los derechos de los pacientes que han pasado por enfermedades como el cáncer. Por un lado, la Resolución del Parlamento Europeo, emitida el 16 de febrero de 2022, plantea la necesidad de garantizar el derecho al olvido para todos los pacientes europeos. Esta medida establece que, a más tardar en 2025, los Estados miembros deben asegurar este derecho a aquellos que han completado su tratamiento durante 10 años, y en un plazo de 5 años para pacientes cuyo diagnóstico se haya realizado antes de los 18 años.

 

Por otro lado, el  “Beating Cancer plan”  contempla la elaboración de un código de conducta que garantice que los avances en los tratamientos contra el cáncer y su mayor eficacia se reflejen en las prácticas comerciales de los proveedores de servicios financieros. Esto ayudará a garantizar que solo se utilice la información necesaria al evaluar la elegibilidad de los solicitantes de productos financieros, así como hacer posible el acceso equitativo a los servicios financieros, a través de un código de conducta y reflexión para dar soluciones a largo plazo.

 

 

Referencias:

 

Diez falsos mitos después del cáncer

A pesar de que hay cada vez más información y recursos disponibles sobre el cáncer, todavía existen muchos mitos acerca de esta enfermedad y sobre cómo es la vida de las personas una vez la superan. Estas confusiones se crean debido a la falta de información o comprensión que surge después del cáncer. Por eso, es importante desmitificar y aclarar estos malentendidos/falsos mitos, para que las personas puedan tener información precisa y tomar decisiones en su vida después de esta enfermedad.

 

A continuación, repasamos algunos de estos mitos y explicamos por qué no son verdad.

 

1. Cuando una persona ha superado un cáncer, su vida vuelve a ser como antes.

Los tratamientos pueden tener efectos secundarios que continúan mucho después de la última administración de quimioterapia o la última sesión de radioterapia, incluso los tratamientos de corta duración pueden provocar cambios permanentes en el organismo. Muchas personas experimentan cambios emocionales y sociales a largo plazo como consecuencia de la transformación que supone sufrir una enfermedad como el cáncer. Después de un proceso oncológico, la transformación y la incorporación de nuevos aprendizajes son fundamentales para adaptarse a la vida después del cáncer, ya que pueden ayudar a la persona a superar los miedos y ansiedad relacionados con el cáncer y a adoptar una nueva perspectiva de vida.  Por lo tanto, para las personas que han superado un cáncer no todo vuelve a ser igual, y deben adaptarse a su “nueva normalidad”.

 

2. Si una persona no presenta ningún síntoma después del tratamiento de cáncer, no tiene la necesidad de realizar controles regulares.

Incluso si no se experimentan síntomas, es importante seguir con los controles regulares establecidos por los profesionales sanitarios, para detectar la recurrencia del cáncer o cualquier efecto tardío del tratamiento. Las recomendaciones sobre el control de seguimiento regular dependen de varios factores, entre ellos, el tipo y estadio del cáncer diagnosticado originalmente y los tipos de tratamiento proporcionados. Es fundamental que las personas que hayan pasado por un proceso oncológico sigan los controles médicos que pauta su oncólogo.

 

3. Las mujeres que han superado un cáncer de mama, con el tiempo, podrán dejar de hacerse mamografías.

Las mamografías son una herramienta crucial en la detección temprana de la recurrencia del cáncer de mama. Para las mujeres que lo han superado, se recomienda una mamografía anual, tanto si se ha realizado un tratamiento quirúrgico conservador de la mama como si se ha realizado una reconstrucción en el caso de mastectomía. El control anual se mantendrá a lo largo de toda la vida, porque estas pacientes, a diferencia de la población sana que se somete a mamografías bianuales en las campañas de cribado, tienen una probabilidad de desarrollar una recidiva local o un segundo tumor del 5-10% en los 10 años siguientes al tratamiento.

 

4. Quienes han cronificado el cáncer son héroes.

Dentro del sistema sanitario y en nuestra sociedad, se considera un triunfo el hecho de acabar el tratamiento con éxito y cronificar el cáncer. Lamentablemente, esto contrasta con la realidad en la que se encuentran estas personas al volver a su día a día, no solo por las dificultades externas, sino también por sus sentimientos de desconcierto, angustia, aceptación o frustración ante los cambios físicos o psicológicos. Las personas que han superado un cáncer muchas veces también describen una sensación de desamparo, desprotección y abandono, una vez finalizado el tratamiento, como consecuencia por romper o distanciar el vínculo con el sistema sanitario.

 

5. Las personas que han superado un cáncer infantil tienen una esperanza de vida más corta.

Algunas personas que han superado un cáncer infantil pueden tener un riesgo mayor de desarrollar ciertas condiciones médicas con el tiempo, como tener efectos a largo plazo y cánceres secundarios, pero esto no significa necesariamente que su esperanza de vida sea más corta. En general, las personas que han superado un cáncer infantil y han recibido atención médica adecuada y seguimiento regular tienen una esperanza de vida similar a la de la población general.

 

6. Una mujer que ha superado un cáncer de mama no debería quedarse embarazada.

No hay ninguna evidencia científica de que el riesgo de cáncer aumente si una mujer se queda embarazada después de un cáncer de mama. Como norma general, el embarazo después del cáncer es seguro para la madre y el bebé. A menudo se recomienda esperar un tiempo, entre seis meses y un año después de completar todos los tratamientos contra el cáncer antes de intentar quedarse embarazada, por los posibles efectos adversos del tratamiento. No obstante, no es posible predecir cuándo es el mejor momento para quedarse embarazada después de finalizar el tratamiento, así que se debería consultar con el médico para tomar la mejor decisión para cada caso.

 

7. Las personas que han superado un cáncer tienen que seguir una dieta equilibrada para reducir las probabilidades de recurrencia.

No hay evidencia clara de que una dieta específica o la eliminación de ciertos alimentos pueda prevenir la recurrencia del cáncer. Seguir una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras frescas y alimentos integrales siempre es útil para mejorar y mantener la salud general. Sin embargo, los alimentos por sí solos no previenen el cáncer, sino que favorecen una reducción del riesgo de desarrollar cáncer. Como se indica desde el Código Europeo Contra el Cáncer, es posible reducir el riesgo de cáncer, hasta en un 18%, a través de una alimentación sana y el cuidado del peso corporal. Algunos consejos para seguir una dieta equilibrada y saludable son:

 

8. Una persona que ha superado un cáncer no puede hacer ejercicio físico.

El ejercicio físico puede ser beneficioso para muchas personas que han superado un cáncer, incluso los programas de rehabilitación oncológica lo consideran parte fundamental de la atención estándar también durante el tratamiento. Varios estudios sugieren que el ejercicio regular puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas y reducir el riesgo de recurrencia del cáncer. El ejercicio puede ayudar a mejorar la fuerza muscular, la capacidad cardiovascular, la función inmunológica y la densidad ósea. Además, el ejercicio también puede ayudar a reducir los niveles de estrés y ansiedad, mejorar el estado de ánimo y mejorar la autoestima.

 

9. Las personas que han superado un cáncer no pueden hacer nada para cambiar cómo se sienten física o emocionalmente.

Aunque puede haber desafíos físicos y emocionales después del cáncer, las personas tienen opciones y recursos disponibles para mejorar su bienestar y calidad de vida, como buscar apoyo de familiares o amigos o cambiar su estilo de vida para mejorar su salud. Por ejemplo, algunos han descrito que superar el cáncer les dio la confianza en uno mismo y la fuerza emocional para crear cambios positivos en sus vidas. Pero tampoco hay que tratar de aparentar tener entusiasmo, es decir, hay que ser sincero con uno mismo y aceptar todos los tipos de emociones en diferentes momentos.

 

10. Una persona con un familiar que haya superado un cáncer tiene más posibilidades de padecerlo.

No necesariamente. Si bien hay ciertos tipos de cáncer que pueden tener un componente genético (del 5 al 10% de los casos) y tener un familiar cercano que ha padecido cáncer puede aumentar ligeramente el riesgo de desarrollar la enfermedad, en la mayoría de los casos el cáncer no es hereditario. El 90-95% de los cánceres restantes son causados por mutaciones que le suceden a la persona durante la vida, como consecuencia natural del envejecimiento y la exposición a factores ambientales.

 

Impacto de los mitos en las personas que han superado un cáncer

 

En conclusión, es importante tener en cuenta que después del cáncer pueden surgir muchos mitos y creencias erróneas que pueden tener un impacto significativo en la vida de las personas que han superado la enfermedad. Estos mitos pueden influir en las decisiones que se toman sobre el cuidado de la salud y pueden generar preocupaciones innecesarias y estrés emocional. Es importante obtener información precisa y actualizada sobre el cáncer y hablar con los profesionales de la salud para aclarar cualquier duda o preocupación.

 

Referencias

 

Support connection – Cancer Survivorship: Myths, Realities, and Moving Forward

Johns Hopkins Medicine – 10 Myths About Breast Cancer Survivorship

Childhood Cancer International – Myths and Misconceptions about Childhood Cancer Survivors

FECEC – Millorar l’experiència dels supervivents de càncer a Catalunya

SEOM – Mitos y realidades en oncología

Match Trial – Mitos sobre el cáncer

FECEC – Buscando el embarazo después del cáncer

Cancer.net – Cáncer de mama: Atención de seguimiento y monitoreo

SEOM – Recomendaciones para el seguimiento de las mujeres supervivientes de cáncer de mama

Código europeo contra el cáncer – 12 formas de reducir el riesgo de cáncer

Blog FECEC – Efectes beneficiosos de l’exercici i nutrició al cervell del pacient amb càncer

AECC – Alimentación y cáncer. Control de peso

AECC – Alimentación sana contra el cáncer

 

La vida después de la leucemia limfocítica crónica (LLC)

La leucemia linfocítica crónica (LLC) es el tipo de leucemia más común en adultos. Se trata de un tumor que se origina en los linfocitos B maduros. Estos se acumulan en la sangre, tejidos y órganos linfáticos debido a las modificaciones cancerosas que padecen. En muchas personas, no se producen síntomas durante años o incluso nunca. En otras, en cambio, la enfermedad evoluciona de tal modo que aparecen síntomas que pueden comprometer su vida. Por ello, se pone de manifiesto la necesidad de explorar con más profundidad cuál es la situación que viven diariamente, tanto los pacientes como sus familias, con tal de ganar conocimiento y derribar barreras en términos de:

  • Desestigmatizar la leucemia asociada a la muerte.
  • Conseguir una atención integral, por ejemplo, contando con la ayuda de un psicólogo especializado.
  • Mejorar el acceso al uso compasivo de medicamentos.
  • Impulsar la investigación.

Conocer todas las opciones de tratamiento y dónde encontrar los recursos disponibles favorecerá la toma de decisiones informadas en relación con la atención médica. A su vez, tener una buena comunicación con el equipo de profesionales médicos es importante para comprender el diagnóstico, el tratamiento específico para cada caso y los métodos para mantener o mejorar la calidad de vida.

 

Tipos de tratamientos

La LLC en pocas ocasiones se puede curar. Sin embargo, las opciones de tratamiento pueden variar ampliamente permitiendo que las personas vivan mucho tiempo con esta enfermedad. En este tiempo, el tratamiento debe persistir. Puede ser que se suspenda durante un tiempo; pero, en realidad, nunca finaliza.

 

La importancia del seguimiento

Antes, durante y después del tratamiento, es muy importante acudir a las citas de seguimiento y guardar todas las copias de informes previos. En las visitas se debe informar a los médicos de cualquier problema de salud y es probable que ordenen análisis de laboratorio para determinar la evolución de la enfermedad o si hay efectos secundarios al tratamiento. Como se ha comentado, lo más probable es que no haya una remisión completa. Por ello, se debe seguir un tratamiento adicional que depende de:

  • Tratamientos recibidos previamente.
  • Tiempo desde el último tratamiento.
  • Estado general de salud.

Un medicamento adicional que el médico puede recomendar son las vacunas. La mayoría de los pacientes con LLC carecen de un sistema inmunitario eficiente, lo que aumenta el riesgo de padecer infecciones. Además, algunos medicamentos pueden aumentar este riesgo. Las vacunas son un modo de mantener a raya estas posibles infecciones. Por ejemplo, los expertos recomiendan que las personas con LLC reciban la vacuna contra la neumonía cada 5 años, y la vacuna contra la gripe cada año. Asimismo, la administración de determinados antivirales en combinación con la quimioterapia es bastante común. En caso de que aparezcan síntomas de infección bacteriana o fiebre neutropénica, se recomienda el uso de antibióticos de espectro extendido.

Por otro lado, la LLC y/o su tratamiento también puede causar recuentos bajos de eritrocitos causando anemia. Si la anemia provoca síntomas (cansancio, debilidad y dificultad para respirar), se puede tratar con transfusiones. La detección de un número reducido de plaquetas también es bastante común y, a consecuencia de ello, puede tener lugar la aparición de hematomas y hemorragias. En caso de que los niveles de inmunoglobulinas sean muy reducidos, una forma de prevenirlo es mediante la administración de inmunoglobulina intravenosa.

Seguir una rutina de actividad física diaria y comer en base a una alimentación saludable también puede comportar grandes beneficios. Algunas recomendaciones generales para hacer frente a la sensación de poco apetito producida por la enfermedad y sus tratamientos son:

  • Aumentar el número de comidas a lo largo del día.
  • Tener siempre a mano alimentos apetecibles y de fácil consumo.
  • Evitar el consumo de alimentos light y sustituirlos por alimentos de mayor aporte calórico.

 

Riesgo de padecer otros cánceres y necesidad de atención psicológica

Las personas que han padecido LLC tienen mayor riesgo de padecer algunos tipos de cáncer. Esta es otra razón por la cual acudir a citas médicas regularmente puede ser beneficioso. En este sentido, las pruebas de detección rutinarias constituyen un elemento clave para detectar de manera temprana el cáncer, lo que facilita su posterior tratamiento. En el caso de la LLC, se ha observado un mayor riesgo de padecer:

  • Cáncer de piel.
  • Melanoma.
  • Cáncer de laringe.
  • Cáncer de pulmón.
  • Cáncer de colon.
  • Sarcoma de Kaposi.
  • Sarcoma de tejidos blandos.

 

Por otro lado, esta enfermedad provoca una serie de trastornos como fatiga, fiebre o infecciones y un impacto emocional a sus afectados, como ansiedad y depresión. Para hacer frente a estos problemas, en los centros hospitalarios y asociaciones de pacientes se ofrece un servicio de atención psicológica. En la Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia (AEAL), puede solicitarse una consulta a través del teléfono 91 563 18 01 o en el correo electrónico info@aeal.es. También en las entidades de la FECEC, a través su web, su correo electrónico federacio@juntscontraelcancer.cat o su teléfono 93 314 87 53; o en la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), a través de su web.

 

Tratándose de una enfermedad que no se considera curable, el principal objetivo es identificar a aquellas personas que precisen intervención y conocer cuál es la más indicada para estos. Gracias a los avances en detección precoz y a los ensayos clínicos en busca de nuevas terapias, se está consiguiendo que la LLC se convierta en una condición crónica. La mayoría de las personas vive con la enfermedad durante muchos años. En definitiva, la suma de los progresos, junto con las pautas de seguimiento y control detalladas en este artículo, permitirá alargar todavía más la esperanza de vida de las personas que han sufrido LLC.

 

Referencias

AEAL – Alimentación y nutrición

AEAL – Leucemia linfocítica crónica

AEAL – Servicio de atención psicológica

AEAL (2016). Sensibilización social sobre los pacientes con Leucemia Linfocítica Crónica y sus familiares. Disponible en: http://www.aeal.es/nueva_web/wp-content/uploads/2015/09/ESTUDIO-LLC-AEAL.pdf

AECC – Atención psicológica

American Cancer Society – Asistencia complementaria para la leucemia linfocítica crónica

American Cancer Society – Cánceres posteriores a la leucemia linfocítica crónica

American Cancer Society – Si los tratamientos contra el cáncer dejan de funcionar

American Cancer Society – Tratamiento de la leucemia linfocítica crónica

American Cancer Society – Vida después del diagnóstico de leucemia linfocítica crónica

FECEC – Servicios de atención a pacientes y familiares de cáncer

Fundació Josep Carreras – Leucèmia limfàtica crònica

Gentry E, et al. Physical, Psychological, Social, and Spiritual Well-Being of Patients with Chronic Lymphocytic Leukemia and Their Caregivers: A Scoping Review. Journal of Oncology Navigation & Survivorship. 2021;12:6. Disponible en: https://www.jons-online.com/issues/2021/june-2021-vol-12-no-6/3811-physical-psychological-social-and-spiritual-well-being-of-patients-with-chronic-lymphocytic-leukemia-and-their-caregivers-a-scoping-review 

MacDonald G, et al. A pilot study of high-intensity interval training in older adults with treatment naïve chronic lymphocytic leukemia. Sci Rep. 2021;11(1):23137

National Institutes of Health – Tratamiento de la leucemia linfocítica crónica (PDQ®)–Versión para pacientes

Sitlinger A, et al. Exercise and Chronic Lymphocytic Leukemia (CLL) – Relationships Among Physical Activity, Fitness, & Inflammation, and Their Impacts on CLL Patients. Blood. 2018;132(Suppl 1):5540

Rehabilitación pulmonar después del cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón es uno de los cánceres más comunes, tanto en hombres como en mujeres. De hecho, se estima que en España en 2021 el 10 % de los nuevos diagnósticos pertenecía a este grupo según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Es importante destacar que el cáncer de pulmón pasó de ser el cuarto tumor más diagnosticado en mujeres en 2015 al tercero en el año 2019. Esto se debe principalmente al aumento del consumo de tabaco en mujeres a partir de los años 70.

Además de presentar una elevada incidencia, el cáncer de pulmón es también uno de los más letales, representando hasta un 25 % de todas las muertes por cáncer.

Sin embargo, en los últimos años se ha observado una disminución general tanto de casos nuevos como de muertes, asociada al abandono del tabaquismo y a los avances en la detección y el tratamiento.

En este contexto, las personas que sobreviven a un cáncer de pulmón ¿pueden sufrir secuelas tanto a corto como a largo plazo?

 

Problemas respiratorios después del cáncer de pulmón

Después del cáncer de pulmón, muchas personas suelen presentar, principalmente, fatiga o dificultades respiratorias, ya sea debido a la propia enfermedad o al procedimiento quirúrgico al que se han sometido, habitualmente acompañado de quimioterapia o, como se abordó en este artículo, radioterapia en el tórax.

Por un lado, pueden producirse daños en el corazón, sobre todo en personas que reciben dosis más altas de quimio y radioterapia, y son mayores de 65 años. Algunos de los problemas cardíacos son:

  • Insuficiencia cardíaca, debido al debilitamiento del músculo cardíaco.
  • Enfermedad de las arterias coronarias.
  • Arritmias, es decir, latidos cardíacos irregulares. Las arritmias pueden conducir al desvanecimiento, dolor torácico y dificultad para respirar.

Por otro lado, las personas que han sido tratadas tanto con quimioterapia como con radioterapia pueden tener un riesgo más alto de presentar daño pulmonar:

  • Engrosamiento de la membrana pulmonar.
  • Inflamación de los pulmones.
  • Dificultad para respirar.

Sin embargo, conviene destacar que estas secuelas no tienen por qué aparecer en todas las personas que sobreviven a un cáncer de pulmón. En cualquier caso, para aquellas que sí las presentan, ¿es la rehabilitación pulmonar un factor determinante en el proceso de recuperación después del cáncer?

 

Rehabilitación pulmonar y fisioterapia respiratoria

La rehabilitación pulmonar es un programa médico para que las personas con problemas respiratorios crónicos, como aquellas que presentan secuelas después de un cáncer de pulmón, mejoren la funcionalidad de sus pulmones. Este programa se compone de distintas partes: una de ellas es la fisioterapia respiratoria. No obstante, este conjunto de técnicas no ha de reemplazar al tratamiento farmacológico, sino que ha de emplearse de forma conjunta.

Se ha demostrado que la rehabilitación pulmonar mejora la sensación de ahogo o disnea, la capacidad de esfuerzo y, por tanto, la calidad de vida después del proceso oncológico.

A continuación, se enumeran algunos ejercicios respiratorios que puede recomendar el fisioterapeuta para mejorar el rendimiento respiratorio, principalmente en situaciones en las que existe un aumento de la secreción bronquial:

  • Ejercicios de expansión torácica y espirometría incentivada, para recuperar o aumentar el volumen pulmonar.
  • Tos asistida, para toser de forma controlada y reducir el daño causado por la tos.
  • Respiración abdominal, para reducir el dolor torácico.

Además de la fisioterapia respiratoria, la actividad física es también un factor clave en la rehabilitación pulmonar. Mientras que tradicionalmente se recomendaba guardar reposo para la recuperación después del proceso oncológico, hoy en día la rehabilitación es una especialidad médica de gran importancia y los especialistas aconsejan seguir rutinas adecuadas de ejercicio físico.

 

Consejos prácticos: actividad física y dieta equilibrada

La AEACaP (Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón) recomienda realizar actividad física aeróbica durante al menos 30 minutos al día, siempre que resulte poco agresiva y con objetivos asumibles: caminar, ciclismo, natación, baile, etc.

 

Por último, es importante destacar que, como se detalla en este artículo, la alimentación juega un papel muy importante en la evolución del cáncer. De hecho, estudios observacionales demuestran que las dietas ricas en frutas y verduras, cereales integrales, carne blanca y pescado están asociadas con un mejor pronóstico a largo plazo, en comparación con aquellas que tienen un gran contenido de cereales refinados, carnes rojas y alimentos procesados.

En definitiva, todos estos consejos relacionados con la fisioterapia respiratoria, la actividad física y la dieta equilibrada pueden ser de gran utilidad para personas que han superado un cáncer de pulmón y pueden presentar problemas respiratorios. No obstante, es recomendable consultarlo con un especialista.

 

 

Referencias

Sociedad Española de Oncología Médica – Cifras del cáncer en España en 2021

American Cancer Society – Acerca del cáncer de pulmón

American Cancer Society – Vida después del cáncer de pulmón

American Society of Clinical Oncology – Efectos secundarios a largo plazo del tratamiento del cáncer

Roche pacientes – Consejos sobre el cáncer de pulmón

AEACaP – Consejos para una buena rehabilitación respiratoria en pacientes con cáncer de pulmón

Después del cáncer – Después del cáncer de pulmón: consideraciones sobre la radioterapia

Después del cáncer – El papel de la dieta en la recuperación

Imágenes extraídas de SERMEF