Diez falsos mitos después del cáncer

A pesar de que hay cada vez más información y recursos disponibles sobre el cáncer, todavía existen muchos mitos acerca de esta enfermedad y sobre cómo es la vida de las personas una vez la superan. Estas confusiones se crean debido a la falta de información o comprensión que surge después del cáncer. Por eso, es importante desmitificar y aclarar estos malentendidos/falsos mitos, para que las personas puedan tener información precisa y tomar decisiones en su vida después de esta enfermedad.

 

A continuación, repasamos algunos de estos mitos y explicamos por qué no son verdad.

 

1. Cuando una persona ha superado un cáncer, su vida vuelve a ser como antes.

Los tratamientos pueden tener efectos secundarios que continúan mucho después de la última administración de quimioterapia o la última sesión de radioterapia, incluso los tratamientos de corta duración pueden provocar cambios permanentes en el organismo. Muchas personas experimentan cambios emocionales y sociales a largo plazo como consecuencia de la transformación que supone sufrir una enfermedad como el cáncer. Después de un proceso oncológico, la transformación y la incorporación de nuevos aprendizajes son fundamentales para adaptarse a la vida después del cáncer, ya que pueden ayudar a la persona a superar los miedos y ansiedad relacionados con el cáncer y a adoptar una nueva perspectiva de vida.  Por lo tanto, para las personas que han superado un cáncer no todo vuelve a ser igual, y deben adaptarse a su “nueva normalidad”.

 

2. Si una persona no presenta ningún síntoma después del tratamiento de cáncer, no tiene la necesidad de realizar controles regulares.

Incluso si no se experimentan síntomas, es importante seguir con los controles regulares establecidos por los profesionales sanitarios, para detectar la recurrencia del cáncer o cualquier efecto tardío del tratamiento. Las recomendaciones sobre el control de seguimiento regular dependen de varios factores, entre ellos, el tipo y estadio del cáncer diagnosticado originalmente y los tipos de tratamiento proporcionados. Es fundamental que las personas que hayan pasado por un proceso oncológico sigan los controles médicos que pauta su oncólogo.

 

3. Las mujeres que han superado un cáncer de mama, con el tiempo, podrán dejar de hacerse mamografías.

Las mamografías son una herramienta crucial en la detección temprana de la recurrencia del cáncer de mama. Para las mujeres que lo han superado, se recomienda una mamografía anual, tanto si se ha realizado un tratamiento quirúrgico conservador de la mama como si se ha realizado una reconstrucción en el caso de mastectomía. El control anual se mantendrá a lo largo de toda la vida, porque estas pacientes, a diferencia de la población sana que se somete a mamografías bianuales en las campañas de cribado, tienen una probabilidad de desarrollar una recidiva local o un segundo tumor del 5-10% en los 10 años siguientes al tratamiento.

 

4. Quienes han cronificado el cáncer son héroes.

Dentro del sistema sanitario y en nuestra sociedad, se considera un triunfo el hecho de acabar el tratamiento con éxito y cronificar el cáncer. Lamentablemente, esto contrasta con la realidad en la que se encuentran estas personas al volver a su día a día, no solo por las dificultades externas, sino también por sus sentimientos de desconcierto, angustia, aceptación o frustración ante los cambios físicos o psicológicos. Las personas que han superado un cáncer muchas veces también describen una sensación de desamparo, desprotección y abandono, una vez finalizado el tratamiento, como consecuencia por romper o distanciar el vínculo con el sistema sanitario.

 

5. Las personas que han superado un cáncer infantil tienen una esperanza de vida más corta.

Algunas personas que han superado un cáncer infantil pueden tener un riesgo mayor de desarrollar ciertas condiciones médicas con el tiempo, como tener efectos a largo plazo y cánceres secundarios, pero esto no significa necesariamente que su esperanza de vida sea más corta. En general, las personas que han superado un cáncer infantil y han recibido atención médica adecuada y seguimiento regular tienen una esperanza de vida similar a la de la población general.

 

6. Una mujer que ha superado un cáncer de mama no debería quedarse embarazada.

No hay ninguna evidencia científica de que el riesgo de cáncer aumente si una mujer se queda embarazada después de un cáncer de mama. Como norma general, el embarazo después del cáncer es seguro para la madre y el bebé. A menudo se recomienda esperar un tiempo, entre seis meses y un año después de completar todos los tratamientos contra el cáncer antes de intentar quedarse embarazada, por los posibles efectos adversos del tratamiento. No obstante, no es posible predecir cuándo es el mejor momento para quedarse embarazada después de finalizar el tratamiento, así que se debería consultar con el médico para tomar la mejor decisión para cada caso.

 

7. Las personas que han superado un cáncer tienen que seguir una dieta equilibrada para reducir las probabilidades de recurrencia.

No hay evidencia clara de que una dieta específica o la eliminación de ciertos alimentos pueda prevenir la recurrencia del cáncer. Seguir una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras frescas y alimentos integrales siempre es útil para mejorar y mantener la salud general. Sin embargo, los alimentos por sí solos no previenen el cáncer, sino que favorecen una reducción del riesgo de desarrollar cáncer. Como se indica desde el Código Europeo Contra el Cáncer, es posible reducir el riesgo de cáncer, hasta en un 18%, a través de una alimentación sana y el cuidado del peso corporal. Algunos consejos para seguir una dieta equilibrada y saludable son:

 

8. Una persona que ha superado un cáncer no puede hacer ejercicio físico.

El ejercicio físico puede ser beneficioso para muchas personas que han superado un cáncer, incluso los programas de rehabilitación oncológica lo consideran parte fundamental de la atención estándar también durante el tratamiento. Varios estudios sugieren que el ejercicio regular puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas y reducir el riesgo de recurrencia del cáncer. El ejercicio puede ayudar a mejorar la fuerza muscular, la capacidad cardiovascular, la función inmunológica y la densidad ósea. Además, el ejercicio también puede ayudar a reducir los niveles de estrés y ansiedad, mejorar el estado de ánimo y mejorar la autoestima.

 

9. Las personas que han superado un cáncer no pueden hacer nada para cambiar cómo se sienten física o emocionalmente.

Aunque puede haber desafíos físicos y emocionales después del cáncer, las personas tienen opciones y recursos disponibles para mejorar su bienestar y calidad de vida, como buscar apoyo de familiares o amigos o cambiar su estilo de vida para mejorar su salud. Por ejemplo, algunos han descrito que superar el cáncer les dio la confianza en uno mismo y la fuerza emocional para crear cambios positivos en sus vidas. Pero tampoco hay que tratar de aparentar tener entusiasmo, es decir, hay que ser sincero con uno mismo y aceptar todos los tipos de emociones en diferentes momentos.

 

10. Una persona con un familiar que haya superado un cáncer tiene más posibilidades de padecerlo.

No necesariamente. Si bien hay ciertos tipos de cáncer que pueden tener un componente genético (del 5 al 10% de los casos) y tener un familiar cercano que ha padecido cáncer puede aumentar ligeramente el riesgo de desarrollar la enfermedad, en la mayoría de los casos el cáncer no es hereditario. El 90-95% de los cánceres restantes son causados por mutaciones que le suceden a la persona durante la vida, como consecuencia natural del envejecimiento y la exposición a factores ambientales.

 

Impacto de los mitos en las personas que han superado un cáncer

 

En conclusión, es importante tener en cuenta que después del cáncer pueden surgir muchos mitos y creencias erróneas que pueden tener un impacto significativo en la vida de las personas que han superado la enfermedad. Estos mitos pueden influir en las decisiones que se toman sobre el cuidado de la salud y pueden generar preocupaciones innecesarias y estrés emocional. Es importante obtener información precisa y actualizada sobre el cáncer y hablar con los profesionales de la salud para aclarar cualquier duda o preocupación.

 

Referencias

 

Support connection – Cancer Survivorship: Myths, Realities, and Moving Forward

Johns Hopkins Medicine – 10 Myths About Breast Cancer Survivorship

Childhood Cancer International – Myths and Misconceptions about Childhood Cancer Survivors

FECEC – Millorar l’experiència dels supervivents de càncer a Catalunya

SEOM – Mitos y realidades en oncología

Match Trial – Mitos sobre el cáncer

FECEC – Buscando el embarazo después del cáncer

Cancer.net – Cáncer de mama: Atención de seguimiento y monitoreo

SEOM – Recomendaciones para el seguimiento de las mujeres supervivientes de cáncer de mama

Código europeo contra el cáncer – 12 formas de reducir el riesgo de cáncer

Blog FECEC – Efectes beneficiosos de l’exercici i nutrició al cervell del pacient amb càncer

AECC – Alimentación y cáncer. Control de peso

AECC – Alimentación sana contra el cáncer

 

Gestión del estrés después del cáncer

El estrés es una reacción normal de nuestro cuerpo a un cambio o desafío. En pequeñas dosis, puede sernos útil para adaptarnos a situaciones que demandan más esfuerzo y dedicación. Este tipo de estrés adaptativo se conoce como “eustrés”. Sin embargo, el estrés excesivo o mantenido durante un largo período de tiempo puede ocasionar problemas de salud, y resultar desadaptativo y disfuncional. Se conoce como “distrés”.

Cuando termina el tratamiento del cáncer, es normal sentirse aliviado y alegre, pero a la vez, pueden aparecer nuevas preocupaciones y miedos que generen un alto nivel de distrés. De hecho, es muy común experimentar malestar emocional relacionado con sentir miedo a que vuelva a aparecer el cáncer. Además, adaptarse a ciertos cambios, como las cicatrices permanentes en el cuerpo, el no poder hacer algunas cosas que antes hacía más fácilmente, o incluso las cicatrices emocionales, puede resultar abrumador para las personas que han pasado por un cáncer y afectar a su calidad de vida.

Efectos del estrés en personas que han superado un cáncer

El estrés puede afectar a 3 niveles distintos:

  • Fisiológico: puede provocar elevación de la tensión arterial, aumento del ritmo cardíaco, elevación del colesterol, cefaleas, lumbalgias, dificultades respiratorias, síntomas gastrointestinales y síntomas dermatológicos.
  • Psicológico: puede producir ansiedad, inseguridad, pensamientos negativos, dificultad para tomar decisiones y concentrarse, irritabilidad y tristeza.
  • Comportamental: puede generar bajo rendimiento, tabaquismo y/o abuso de otras drogas, alteraciones en la alimentación y el descanso, malas relaciones interpersonales y problemas sexuales.

En algunas ocasiones, las personas que han superado un cáncer pueden no conocer estrategias para gestionar el estrés o, en aquellos casos en que sí las tengan, pueden no resultarles del todo funcionales. Ello puede llevar a afrontar la situación adoptando malos hábitos, como fumar, tomar alcohol o volverse más sedentarios, aislarse, y/o desarrollar otros problemas de salud como serían estados de ansiedad y de depresión. Por el contrario, se ha visto que quienes saben manejar el estrés tienden a presentar menor grado de ansiedad y depresión, así como a convivir mejor con aquellos síntomas derivados del cáncer y su tratamiento.

Consejos prácticos y estrategias para la gestión del estrés

Saber cómo gestionar el estrés puede ayudar a las personas que han superado un cáncer a sobrellevar mejor las dificultades y a tener una vida más tranquila y saludable.

Muchas veces, algunas fuentes de estrés se pueden evitar o minimizar si tenemos en cuenta los siguientes consejos:

  • Planificar las actividades del día (usando una agenda, por ejemplo)
  • Aprender a decir no a las tareas que no se pueden asumir
  • Pedir ayuda cuando sea necesario
  • Priorizar aquellas actividades más necesarias
  • Dividir las tareas grandes en pasos más pequeños
  • Concentrarse en aquello que uno/a sí puede controlar

Sin embargo, aunque podemos reducirlo, el estrés no puede evitarse por completo. Para ello, puede ser muy útil poner en práctica estrategias para el manejo del estrés.

Principales técnicas de relajación

Las técnicas de relajación se consideran uno de los recursos más importantes para controlar el estrés y combatir los efectos que tiene en nuestro cuerpo y mente. Entre las principales técnicas de relajación se encuentran las siguientes:

  • Respiración profunda: se refiere a realizar una inhalación lenta sintiendo cómo se eleva el abdomen, aguantar la respiración un momento, y exhalar lentamente, sintiendo como desciende el abdomen.
  • Imágenes mentales o visualización: se basa en crear imágenes mentales que trasladen a un lugar o situación tranquila y relajante.
  • Relajación muscular progresiva: implica tensionar y, luego, relajar cada grupo muscular (se puede comenzar por los pies e ir subiendo hasta la cabeza).
  • Mindfulness o atención plena: esta técnica se basa en centrar la atención en el momento presente.
  • Biorretroalimentación: esta técnica enseña a relajarse y a controlar la respuesta del cuerpo al estrés prestando atención a las señales de éste.
  • Yoga: permite centrar la mente en la respiración y la postura para fomentar la relajación y reducir la fatiga.
  • Otras actividades como la musicoterapia o el arteterapia también pueden ayudar a relajarse y gestionar el estrés.

En conclusión, las personas que han superado un cáncer se enfrentan a muchos cambios y nuevas preocupaciones que pueden despertar diversas emociones y pueden generar estrés. Saber cómo identificar estas emociones y aprender a gestionarlas es clave para tener una buena calidad de vida.

 

Referencias

Estrés psicológico y el cáncer – Instituto nacional de cáncer (NIH): https://www.cancer.gov/espanol/cancer/sobrellevar/sentimientos/hoja-informativa-estres

Manejo del estrés – American Society of Clinical Oncology: https://www.cancer.net/es/asimilaci%C3%B3n-con-c%C3%A1ncer/manejo-de-las-emociones/manejo-del-estr%C3%A9s

Gestión y manejo del estrés – Centro médico Teknon: https://www.teknon.es/es/especialidades/bueno-jose/gestion-manejo-estres

6 consejos prácticos para manejar el estrés – American Society of Clinical Oncology: https://www.cancer.org/es/noticias-recientes/6-consejos-practicos-para-manejar-el-estres.html

20 técnicas para afrontar el estrés – Instituto Europeo de Salud y Bienestar: https://institutoeuropeo.es/articulos/blog/tecnicas-para-afrontar-el-estres/

 

 

¿Es recomendable hacer ejercicios de fuerza después de un cáncer?

El ejercicio físico tiene una gran importancia después de un cáncer. En los últimos años, numerosos estudios han demostrado que el ejercicio físico no solo no es perjudicial, sino que incluso puede resultar beneficioso para aquellas personas con una enfermedad crónica, como el cáncer.

Así pues, la práctica de ejercicio físico, en general, resulta muy recomendable después del tratamiento contra el cáncer, a excepción de algunos casos puntuales en los que puede estar contraindicado por causar dolor.

En este sentido, tanto la práctica de ejercicio aeróbico (por ejemplo, caminar, correr, bailar o ir en bicicleta) como el entrenamiento de fuerza, ayudan en la recuperación y en la mejora de la calidad de vida de las personas con cáncer que han finalizado el tratamiento.


Efectos del entrenamiento de fuerza en personas que han superado un cáncer

Con más frecuencia de la que se debería, se tiende a desaconsejar realizar ejercicio físico más allá de “caminar” o “mantenerse activo” a las personas que han cronificado el cáncer. Sin embargo, los estudios científicos han demostrado que mantener el mismo nivel de ejercicio que antes del tratamiento, o incrementarlo, es seguro y muy útil. El ejercicio puede ayudar a mejorar la salud física, disminuir el cansancio y mejorar la calidad de vida. Eso sí, siempre debe realizarse de forma progresiva, controlada y bajo supervisión profesional al menos al inicio.

El entrenamiento de fuerza es un ejercicio basado en la resistencia que crea una sobrecarga muscular para estimular el crecimiento de nuevos músculos, que cada vez juega un papel más importante en la atención de quienes han superado un cáncer. Los efectos del tratamiento y el desacondicionamiento físico, resultado del reposo o del cansancio, favorecen la pérdida de la masa muscular. A día de hoy, se sabe que cuanto menor es la cantidad de músculo, el pronóstico de la enfermedad es peor y existe mayor riesgo de mortalidad y de recidivas, además de un mayor impacto de los efectos secundarios del tratamiento. Por lo tanto, mantener unos niveles correctos de masa muscular con entrenamientos de fuerza es muy positivo para la salud. De hecho, un estudio que incluyó a 2.863 personas que han superado un cáncer, concluyó que entrenar fuerza al menos una vez a la semana reduce un 33% la mortalidad por cualquier causa, evidenciando el beneficio de tener unos niveles de fuerza altos en quienes han cronificado la enfermedad.

Las investigaciones también muestran que trabajar la fuerza puede ayudar a paliar algunos efectos secundarios propios de la enfermedad y de algunos tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia y a prevenir daños en el sistema inmune. Puede ser muy eficaz para combatir la osteoporosis, los dolores, la pérdida de calidad del sueño, los problemas cardiovasculares y el cansancio. En este último caso, pese a que puede sonar paradójico, la fatiga se frena a través de la actividad física. Por otro lado, el entrenamiento de fuerza y un estilo de vida saludable después del cáncer también se han relacionado con la reducción del riesgo de sufrir otras enfermedades a largo plazo.


Para quién es recomendable el entrenamiento de fuerza

Así pues, son muchos los beneficios del ejercicio de fuerza tanto en pacientes con cáncer como en personas que lo han cronificado. Por ejemplo, en el caso del cáncer de mama, el entrenamiento de fuerza puede ayudar a mejorar la calidad de vida, disminuir la fatiga y mejorar el dolor, la movilidad y la fuerza en las extremidades superiores. Además, se ha asociado con un aumento de la esperanza de vida y con la disminución de los riesgos de recidiva del cáncer y del desarrollo de linfedema.

Otro ejemplo donde el entrenamiento de fuerza se considera esencial es en el caso de las personas que han superado un cáncer de colon, ya que es habitual que aparezcan problemas derivados de los cambios en la alimentación y la asimilación de esta, llegando a perder bastante peso y una gran cantidad de músculo. Para evitar esto, el ejercicio de fuerza es fundamental. En concreto, mejorar la fuerza y funcionalidad de la musculatura del abdomen es muy importante para poder realizar con normalidad las actividades de la vida diaria.

Sin embargo, es importante destacar que realizar ejercicios de fuerza es beneficioso en todos los tipos de cáncer y, cada vez más, los programas de rehabilitación oncológica lo consideran una parte fundamental de la atención estándar tanto durante como después del cáncer.

 

 

Entrenamiento de fuerza y suplementación

El entrenamiento de fuerza incluye ejercicios que fortalecen los músculos, como por ejemplo: levantamiento de pesas, ejercicios con bandas de resistencia, ejercicios con máquinas o ejercicios con el propio peso del cuerpo. Estos últimos pueden incluir flexiones de brazos, abdominales, sentadillas u otros ejercicios de intensidad moderada como el pilates y el yoga.

Los expertos recomiendan realizar de 2 a 3 sesiones de entrenamiento de fuerza por semana. Se recomienda que la intensidad del entrenamiento sea de moderada a alta, dependiendo de la situación previa de cada persona. Además, para evitar el resentimiento muscular, se debe establecer una carga progresiva y empezar con ejercicios simples.

El diseño de un buen entrenamiento, acompañado de una alimentación adecuada, suele ser suficiente en la mayoría de las personas. De hecho, un estudio demostró que suplementar con proteínas a personas que han cronificado el cáncer que realizan entrenamiento supervisado de fuerza no lo hace más eficaz que entrenar fuerza sin suplementar con proteínas.

Por otro lado, se recomienda combinar los entrenamientos de fuerza con ejercicio aeróbico y estiramientos. Intentar hacer al menos de 150 a 300 minutos de ejercicio aeróbico a la semana, como caminar, bailar, nadar o ir en bicicleta con un nivel de intensidad moderado (por ejemplo, ejercitándose durante 30 minutos al día, 5 días a la semana), y estirar los principales grupos musculares al menos 2 veces por semana.

Es importante tener en cuenta que toda actividad física que se realice tiene que estar supervisada por un profesional y apoyada por el médico, para evitar ejercicios que puedan estar contraindicados en una situación concreta.

Así pues, la práctica de ejercicio físico tanto durante como después de un cáncer es segura y aporta múltiples beneficios. Tal y como se explica en el podcast “Hablamos sobre la actividad física después del cáncer”, el ejercicio físico puede servir como tratamiento coadyuvante a los distintos tratamientos y fases de la enfermedad, pero, además, se considera esencial como parte de un estilo de vida saludable de las personas que han superado un cáncer, mejorando la calidad y esperanza de vida.

 

Referencias

MSK – Ejercicio durante y después del tratamiento contra el cáncer

Fisiología clínica del ejercicio – Entrenamiento de fuerza en pacientes con cáncer bajo quimioterapia y radioterapia

Pereira-Rodríguez JE, et al. Efectos y beneficios del entrenamiento de fuerza en pacientes con cáncer: revisión sistemática de la literatura. Univ Méd Pinareña. 2020; 16(3):e498.

FISSAC – El entrenamiento de fuerza reduce la mortalidad en supervivientes de cáncer

Fernández Ortega JA, et al. Efectos de un programa combinado de ejercicios de fuerza y aeróbicos de alta intensidad en pacientes supervivientes al cáncer de mama: estudio piloto. Apunts: Medicina de l’esport. 2016; 51(189):3-12

IPEFC – Ejercicio recomendado en supervivientes de cáncer de colon

Heraldo – Salud tras el cáncer

Fisiología clínica del ejercicio – Entrenamiento de fuerza y suplementación con proteínas en supervivientes de cáncer

FECEC – ¿Es recomendable hacer ejercicio después del tratamiento?

FECEC –La osteoporosis: una secuela frecuente después del cáncer

FECEC – Linfedema: qué es y cómo prevenirlo

FECEC – PODCAST: Hablamos sobre la actividad física después del cáncer

FECEC – Qué es y cómo combatir la fatiga después del cáncer

FECEC – Salud cardiovascular en personas que han superado un cáncer

FECEC – Trastornos del sueño, cómo dormir y descansar mejor

ASCO – Un programa de ejercicios para usted: 5 consejos para las personas que tienen cáncer

CR Fisioterapia en cáncer – Ejercicio y Cáncer: Mitos y Realidades

SEOM – Tabla de ejercicios para pacientes con cáncer

U’Kore – La fuerza contra el cáncer se entrena

ESHI – Entrenamiento de la fuerza en pacientes oncológicos

La vida después del cáncer en películas, series y libros

Las historias ficticias que narran la vida de personas con cáncer han conseguido que empaticemos con sus personajes y conozcamos a través de ellos una de las enfermedades con mayor impacto en la actualidad.

A continuación, repasamos algunas películas, series o libros que han girado en torno a esta temática.

 

En la gran pantalla

Cada vez resulta menos raro encontrar una película en la que el cáncer esté presente. De hecho, todos conocemos algún personaje que lo haya sufrido, pero ¿cómo es su vida después del cáncer? Lo cierto es que, aunque muchas películas hablan de esta enfermedad, pocas reflejan el momento tras la superación.

En 50/50 (2011) el protagonista de la película, Adam, tiene un tumor maligno en la columna vertebral y un 50% de probabilidades de sobrevivir. Deciden extirpárselo, ya que la quimioterapia no había funcionado con él, y la operación es un éxito. Sin embargo, poco se muestra sobre su vida después de este momento, salvo el hecho de que debe cuidar la cicatriz que le dejó la operación.

Otro ejemplo es la película Planta 4ª (2003), de la obra teatral Los Pelones de Albert Espinosa y basada en la propia experiencia del autor. El largometraje muestra la lucha por la supervivencia de un grupo de adolescentes ingresados en un hospital. No obstante, aunque algunos de ellos superan el cáncer, reciben el alta y el espectador no vuelve a saber más sobre sus vidas después del cáncer.

 

En series y libros

No solo encontramos historias del cáncer en el cine, sino también en series y libros:

La exitosa serie Pulseras Rojas (2011) de TV3, creada y escrita por Albert Espinosa, cuyo guion original se basa en su novela El mundo amarillo es un buen ejemplo. El argumento de la serie gira en torno a la vida de un grupo de niños y adolescentes en pediatría de un hospital. A Jordi, uno de los protagonistas, le amputan su pierna derecha debido a un cáncer en la tibia que acaba superando. Su vida después del cáncer se basa en aprender a vivir con una pierna ortopédica, que ha supuesto un gran esfuerzo económico para su familia. Jordi consigue adaptarse a su nueva pierna, trabajar en un taller de coches, retomar las clases en el colegio y volver a conducir su moto.

La novela La decisión más difícil (2004), de Jodi Picoult, cuenta la historia de un matrimonio que decide tener una segunda hija, Anna, que pudiera ser donante compatible para su primera hija enferma de leucemia, Kate. El libro narra cómo Kate, pese a la alta probabilidad de sufrir un rechazo del trasplante, supera la enfermedad y 8 años más tarde no ha vuelto a sufrir ninguna recaída, llegando a ser profesora de danza, su pasión.

 

La importancia de representar a este colectivo en todos los tipos de ficción

El cáncer ya es tan común que no siempre constituye el arco principal del personaje.  Es un buen ejemplo la serie española Cuéntame cómo pasó (2001). Una serie donde los protagonistas experimentan muchas aventuras, y en momento determinado a Merche le diagnostican cáncer de mama.

En este sentido, también es interesante observar cómo se trataba la enfermedad hace 30 años en comparación con la actualidad, pues la primera opción que le ofrecen es la de extirparle una mama y luego recibir quimioterapia. Hoy en día, muchas mujeres con este tipo de cáncer ya no sufren la extirpación total gracias a los avances de la cirugía.

Tras someterse a quimioterapia, Merche acaba superando el cáncer, utiliza sujetadores especiales para disimular que le falta un pecho, e incluso se somete a un proceso de reconstrucción.

El personaje, después del cáncer, se plantea como una mujer fuerte, que ha pasado de tener una tienda de ropa en el pueblo y dedicarse a las tareas del hogar, a estudiar, emprender y convertirse en una diseñadora de renombre, todo un ejemplo de superación de la enfermedad para una mujer que siempre fue adelantada a su época.

 

La realidad supera a la ficción

Con mucha frecuencia, los personajes de películas, series y libros no superan la enfermedad, siendo su muerte el desenlace de la historia. Los finales trágicos son tan recurrentes que no se corresponden con el avance real de los tratamientos.

En el congreso de 2012 de la ESMO (Sociedad Europea de Oncología Médica), investigadores italianos analizaron películas sobre la enfermedad y en el 63% de ellas el desenlace fue la muerte.

Otro estudio destaca que el intervalo de edad más frecuente de los enfermos que aparecen en las películas es inferior al real (entre 55 y 64 años), lo cual distorsiona nuestra percepción.

Realmente, el formato que mejor recoge la vida después del cáncer es el documental y la biografía o autobiografía; aunque en este caso ya no hablaríamos de ficción, sino de historias reales o basadas en hechos reales, como la obra autobiográfica Aún tengo la vida (2018) de la periodista Jimena Buñuelos, que sufrió leucemia a sus 20 años, una historia de superación que pretende servir de apoyo a los que pasan por una experiencia similar.

 

En definitiva, de cara a los espectadores, puede ser más atractivo el final trágico de un personaje con cáncer, pero estas obras no siempre son fieles a la realidad. El mundo necesita nuevas historias en las que verse reflejado, historias sobre personajes después del cáncer.

 

A continuación, una lista de películas, series y libros en torno a esta enfermedad:

 

PELÍCULAS:

 

  • 50/50 (2011)
  • Ahora o nunca (2007)
  • Ahora y siempre (2012)
  • Amar la vida (2001)
  • Bajo la misma estrella (2014)
  • Biutiful (2010)
  • Camino (2008)
  • Cuando yo no esté (2016)
  • Decalaración de guerra (2011)
  • El cuaderno de Tomy (2020)
  • El doctor (1991)
  • El glorioso caos de la vida (2019)
  • El tiempo que queda (2005)
  • Gritos y susurros (1978)
  • Hazme reír (2009)
  • Historia de amor (1970)
  • La casa de mi vida (2001)
  • La decisión de Anne (2009)
  • La fuerza del cariño (1993)
  • La habitación de Marvin (1996)
  • La mariposa azul (2004)
  • La vida (2001)
  • Las cosas que importan (1998)
  • Ma ma (2015)
  • Magnolia (1999)
  • Maktub (2011)
  • Mi vida sin mí (2003)
  • Noviembre dulce (2001)
  • Patch Adams (1998)
  • Phenomenom (1996)
  • Planta 4ª (2003)
  • Quédate a mi lado (1998)
  • Uno para todos (2020)
  • Y nadie más que tú (2018)
  • Ya te extraño (2015)
  • Yo, él y Raquel (2015)

 

SERIES:

 

  • Ally McBeal, Billy Thomas (1997)
  • Anatomía de Grey, Izzie Stevens (2005)
  • Breaking Bad, Walter White (2008)
  • Cinco en familia, Charlie Salinger (1994)
  • Cinco Hermanos, Kitty Walker (2006)
  • Cuéntame cómo pasó, Merche (2001)
  • Élite, Ander (2018)
  • Expediente X, Dana Scully (1993)
  • Física o Química, César Cabano (2008)
  • FlashForward, Bryce Varley (2009)
  • House, James Wilson (2004)
  • Las de la última fila (2022)
  • Los Soprano, Junior Soprano (1999)
  • Mujeres desesperadas, Lynette Scavo (2004)
  • Perdidos, Rose Nadler (2004)
  • Pulseras rojas, Lleó y Jordi (2011)
  • Sexo en Nueva York, Samantha Jones (1998)
  • The Big C, Catherine Cathy Jamison (2010)
  • Urgencias, Mark Greene (1994)

 

LIBROS:

 

  • 50 palos (2017)
  • Alguien allá arriba te odia (2013)
  • Algunas princesas son de plomo (2017)
  • Betty Boob (2019)
  • Biografía del cáncer (2004)
  • Cáncer: biografía de una supervivencia (2008)
  • Cáncer. Manual de supervivencia (2020)
  • Cómo aprendí a entender el mundo (2021)
  • Cuando nos volvamos a encontrar (2019)
  • Diario de vida (2017)
  • Egoístas, inmortales y viajeras (2021)
  • El mejor peor momento de mi vida (2014)
  • El mundo amarillo (2018)
  • En tus manos encomiendo mi espíritu (2019)
  • Hay muchas maneras de decir adiós (2011)
  • Hola, cáncer (2015)
  • La decisión más difícil (2004)
  • Las cuentas de la felicidad (2012)
  • La vida fantástica. Lecciones de vida de un niño con sueños (2020)
  • La peor parte (2019)
  • La vida inmortal de Henrietta Lacks (2010)
  • Las mutaciones (2019)
  • Me falta una teta (2022)
  • Mi cuerpo también (2021)
  • Felicidad… cargando (2019)

 

 

Referencias:

Psicología en cáncer – 10 películas que hablan del cáncer

NHC – 5 películas sobre el cáncer que merece la pena ver

El espectador imaginario – La enfermedad del sigo XXI

Torres Luzón C. Cáncer y adolescencia en el contexto hospitalario. Una visión a través de la película «Planta 4ª”. Índex de Enfermería. 2006;15(55).

ESPINOF – ‘Pulseras rojas’, seguir luchando

Entre lectura y cine – La decisión de Anne. Película 2009

RTVE – Cuéntame cómo se hizo el capítulo 230 «Sorpresas»

ESMO – ESMO 2012 press release: cancer in the movies

Icart-Isern MT, et al. El cáncer en el cine. Un recurso para los profesionales de la salud. EDUC MED. 2009;12(4):239-246.

Antena 3 – Aún tengo la vida

La información – ¿Reflejan series y películas la realidad del cáncer?

González de Dios J, et al. La mirada del cine al cáncer (II): cuando la Oncología pediátrica es la protagonista. Rev Pediatr Aten Primaria. 2012;14(56).

PODCAST: Hablamos sobre la actividad física después del cáncer

Bienvenidos al primer podcast de la FECEC, con el que iniciamos un nuevo formato con el objetivo de proporcionar información de manera diferente i amena. En esta ocasión, hablamos con la Dra. Pilar Barretina, médico oncóloga en ICO Girona, y con Paula Moreno, fisioterapeuta especializada en oncología en ICO Hospitalet. ¿Por qué es importante el ejercicio físico después del cáncer? ¿Es seguro practicar deporte después del cáncer? Damos respuesta a estas preguntas y muchas más.

¡Te esperamos!

 

Retención de líquidos después del cáncer: recomendaciones y consejos

Hay personas que, después de superar un cáncer pueden sufrir consecuencias del tratamiento. Hay regiones del cuerpo particularmente sensibles a los efectos secundarios de la quimioterapia, la radioterapia o a las intervenciones quirúrgicas. Concretamente la piel es de las zonas del cuerpo más afectadas en estos casos.

 

Entre las alteraciones cutáneas más frecuentes que pueden aparecer después de un cáncer podemos encontrar:

  • Piel seca (xerosis)
  • Prurito (picor)
  • Úlceras en la piel
  • Edemas (retención de líquidos)
  • Cicatrices

 

Afortunadamente, las reacciones cutáneas son a menudo temporales y existen tratamientos para remediarlas.

 

Los edemas y su relación con el tratamiento contra el cáncer

 

Los edemas son acumulaciones de líquido bajo la piel, dentro de los tejidos que están fuera del sistema circulatorio, que transporta la sangre por todo el cuerpo. El edema se da con mayor frecuencia en los pies y las piernas, dejando una sensación de inflamación y pesadez, y provocan aumento de peso. También puede ocurrir en las manos, los brazos, la cara y el abdomen.

 

Los problemas en el funcionamiento del corazón, el hígado o los riñones pueden tener como consecuencia la retención de líquidos. Enfermedades asociadas como la insuficiencia cardíaca, hepática o renal son las causas más frecuentes de los edemas, a pesar de que la desnutrición o la inactividad también pueden hacer que los líquidos se acumulen en diferentes partes del cuerpo. Otra situación que puede generar acumulación de líquido es el linfedema de brazos o piernas. Cuando los ganglios linfáticos se extirpan (vaciamiento linfático ganglionar) o dañan, el líquido linfático se acumula en los tejidos circundantes y hace que se hinchen. El médico puede aclarar el origen y el tratamiento más adecuado en cada caso.

 

La retención de líquidos es también un efecto secundario del tratamiento contra el cáncer. Aparece después de varios tratamientos y generalmente desaparece unas semanas o meses después de haber dejado el tratamiento, pero también se puede extender más en el tiempo y ser un problema para aquellas personas que ya han superar el cáncer.

 

 

¿Qué tengo que hacer si tengo síntomas?

 

En el caso en que se sienta alguno de estos síntomas, es importante que se informe al equipo de atención de salud. El doctor o la enfermera determinarán qué lo está causando y recomendarán las medidas que se deben tomar, pudiendo recetar algunos fármacos si fuese necesario.

 

Diagnóstico y prevención del edema

 

Para diagnosticar un edema, es posible que el médico verifique si la piel sobre el área hinchada permanece hundida después de presionarla, pregunte si se aumentó de peso recientemente o sobre otros síntomas. También es posible que necesite realizar análisis de sangre, de orina y radiografías.

 

El objetivo del control del edema es tratar la causa subyacente de la acumulación de líquido. En las personas en las que el edema ha sido provocado por fármacos o por una mala nutrición, puede tratarse. En cambio, los casos en que los que la retención de líquidos es resultado del cáncer o de problemas renales, cardíacos o hepáticos, es más difícil de tratar, e incluso puede llegar a ser permanente.

 

A continuación, se pueden encontrar sugerencias para ayudar a reducir el la hinchazón y aliviar los síntomas derivados de la retención de líquidos:

 

  • Preguntar al médico sobre medicamentos diuréticos, puesto que su función es ayudar a eliminar el líquido adicional del organismo debido al aumento de la micción
  • Ingerir una dieta equilibrada y reducir la cantidad de sal
  • Andar o hacer ejercicio, ya que ayudará a que los líquidos vuelvan a bombear en el corazón
  • Cuando se esté sentado o apoyado, poner la zona afectada en alto
  • Evitar estar derecho durante periodos prolongados y sentarse con las piernas cruzadas
  • Utilizar medias de compresión para ayudar a que los líquidos vuelvan al sistema circulatorio
  • No reducir la cantidad de agua ni otros líquidos sin consultar antes al médico
  • Consultar al médico si la fisioterapia o la ergoterapia podrían ser de utilidad

 

También cabe destacar que hay entidades federadas que ofrecen un servicio de drenaje linfático, especialmente indicado para el tratamiento de linfedemas en mujeres operadas de cáncer de mama. Mediante este servicio se favorece el funcionamiento del sistema linfático, con la consecuente mejora de la movilidad del miembro afectado y que también favorece la eliminación del líquido linfático. Puede encontrar más información consultando este enlace.

 

Referencias

 

  1. Net. Manejo de los efectos secundarios físicos.
  2. Instituto Nacional de Cáncer (NIH).
  3. Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Cuidados continuos: cuidados de soporte y paliación.
  4. American Cancer Society. Hinchazón, edema y ascitis.

 

Después del osteosarcoma: consejos de salud tras el tratamiento

El osteosarcoma o sarcoma óseo es un tumor poco frecuente (aunque es el más frecuente entre los tumores óseos malignos primarios), que generalmente afecta a niños y adolescentes, y que representa aproximadamente del 35 al 50% de los tumores primarios de los huesos.

Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la incidencia se estima en 1 paciente nuevo por año por cada 10.0000 habitantes. A pesar de su rareza, constituyen la quinta causa de cáncer en adolescentes y jóvenes entre 15 a 19 años.

La supervivencia del osteosarcoma ha aumentado en los últimos 30 años, en gran parte por el desarrollo de la quimioterapia para el tratamiento de estos tumores. El tratamiento multimodal (cirugía y quimioterapia), ha conseguido que dos tercios de los pacientes que no presentan metástasis en el diagnóstico superen la enfermedad. Además, un tercio de los que presentan metástasis logran un aumento considerable de la supervivencia sin recaídas.

Posibles secuelas después del tratamiento

El tratamiento del osteosarcoma, tanto en el caso de la quimioterapia como en el de la cirugía, puede generar secuelas y afectar a la salud de las personas que ya lo han superado. Los jóvenes en particular corren el riesgo de sufrir posibles efectos tardíos. Este riesgo depende de muchos factores, como los tratamientos específicos que recibieron, las dosis y la edad en la que lo recibieron.

Algunas de las posibles complicaciones tras el tratamiento a medio-largo plazo son:

  • Secuelas ortopédicas: dependiendo del tipo de cirugía a la que se someta el paciente, la pérdida de una extremidad o la cojera son las principales secuelas tras el tratamiento quirúrgico. Si la cirugía es conservativa, puede notarse una pérdida de sensibilidad en alguna zona de la pierna o el brazo, además de dificultad para mover algún músculo.
  • Problemas cardíacos: a largo plazo, la quimioterapia o la radioterapia pueden causar toxicidad en el corazón y, por este motivo, en las revisiones médicas se analiza la función cardíaca mediante electrocardiogramas o ecografías para su prevención.
  • Pérdida de audición: algunos quimioterápicos pueden producir sordera, afectando principalmente a la precepción de sonidos agudos. Por esta razón se suelen realizar pruebas de audición antes y durante el tratamiento.
  • Trastornos del crecimiento y el desarrollo: la quimioterapia también puede llegar a afectar al correcto desarrollo de los adolescentes. Sin embargo, las posibles diferencias en el crecimiento tienden a ser poco pronunciadas.
  • Trastornos de fertilidad: aunque no es un efecto tardío frecuente, tras el tratamiento del osteosarcoma algunos quimioterápicos pueden producir infertilidad al actuar sobre las células madre de los testículos y de los ovarios. La probabilidad de que los varones no sean fértiles tras el tratamiento es bastante pequeña, mientras que en mujeres esta posibilidad es algo mayor, aunque en general tampoco es frecuente.
  • Desarrollo de segundos tumores: en muy raras ocasiones el tratamiento con quimioterapia o la radioterapia puede favorecer el desarrollo de segundos tumores (como las leucemias) años después de finalizar el tratamiento.

¿En qué consiste el seguimiento tras el tratamiento?

Las personas que han superado un osteosarcoma recibirán atención de seguimiento para examinar si existe recurrencia, por lo que el equipo médico hará recomendaciones específicas con respecto a la frecuencia y los tipos de pruebas necesarias. Las revisiones serán más frecuentes tras el tratamiento y se irán espaciando cada vez más, hasta acabar siendo anuales. Asimismo, el seguimiento se prolongará durante bastantes años para prevenir recaídas tardías.

Los exámenes de detección suelen incluir pruebas como resonancia magnética del tumor primario, análisis de sangre, radiografía o TAC del tórax o gammagrafía del hueso afectado. Además, las personas con ciertos síndromes o afecciones genéticas heredadas pueden estar en riesgo de tener cánceres futuros y necesitan atención de seguimiento adicional.

Durante el seguimiento es muy importante mantener una buena relación con el equipo médico basada en la confianza mutua, el respeto y la colaboración. Estar bien informado y resolver las posibles dudas o preocupaciones con los profesionales sanitarios será de gran utilidad en el proceso de recuperación. Además, se deberá informar al equipo médico en caso de experimentar nuevos síntomas o efectos secundarios durante el seguimiento.

Recomendaciones para personas que han superado un osteosarcoma

Las secuelas de la cirugía pueden variar desde pequeñas cicatrices hasta la pérdida de una extremidad, lo que requeriría rehabilitación, tanto física como emocional. La fisioterapia y la rehabilitación suelen ser una parte muy importante de la recuperación después del tratamiento para recuperar la movilidad y el desempeño físico. Muchos supervivientes también pueden requerir del asesoramiento de un psicooncólogo, que puede ayudar a afrontar de forma más positiva las emociones y las nuevas situaciones a las que estas personas se enfrentarán en el día a día.

Los supervivientes del cáncer óseo tienden a ser menos activos o tener una movilidad más reducida que las demás personas. Por este motivo se recomienda adoptar estilos de vida y hábitos alimenticios saludables, además de hacer ejercicio regularmente. Esto es particularmente importante para los pacientes que se han sometido a una resección para preservar las extremidades o una amputación.

¿Dónde se puede encontrar información o apoyo tras superar un osteosarcoma?

En el caso de necesitar más información de la que proporciona el equipo médico, algunas sociedades médicas como ACS, ASCO o SEOM disponen de información fiable sobre la patología para los pacientes, además de recomendaciones durante y después del tratamiento.

Por otra parte, es recomendable visitar o ponerse en contacto con asociaciones de pacientes como la Associació de Familiars i Amics de Nens Oncològics de Catalunya (AFANOC), la Fundació d’Oncología Infantil Enriqueta Villavecchia, la Asociación Española de Afectados por Sarcomas (AEAS) o la Asociación española de Adolescentes y Adultos jóvenes con cáncer (AAA). Estas asociaciones pueden proporcionar recursos fuera del hospital, apoyo para manejar las emociones, consejos sobre las actividades que pueden realizar o atención social y psicológica de otros profesionales como psicólogos o trabajadores sociales. También es muy recomendable compartir y aprender de la experiencia de otros pacientes.

 

Referencias

Cancer.net: Osteosarcoma en la infancia y la adolescencia – https://www.cancer.net/es/tipos-de-c%C3%A1ncer/osteosarcoma-en-la-infancia-y-la-adolescencia

American Cancer Society: Osteosarcoma, después del tratamiento – https://www.cancer.org/cancer/osteosarcoma/after-treatment/follow-up.html

Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM): Osteosarcoma – https://seom.org/es/informacion-sobre-el-cancer/info-tipos-cancer/104131-sarcomas-oseos?showall=1

AECC: Osteosarcoma – https://www.aecc.es/es/todo-sobre-cancer/tipos-cancer/cancer-huesos/tipos/osteosarcoma#:~:text=La%20incidencia%20var%C3%ADa%20seg%C3%BAn%20las,19%20a%C3%B1os%20de%20edad%20%2C%20siendo

St. Jude Children Research Hospital – https://together.stjude.org/es-us/acerca-del-c%C3%A1ncer-pedi%C3%A1trico/tipos/osteosarcoma.html#sectioned_content-3d8e1285-6468-4ed3-961f-6c73b845adbe=0

Hospital Vall d’Hebron: Consejos de salud para pacientes con sarcomas y otros tumores musculoesqueléticos – https://hospital.vallhebron.com/es/consejos-de-salud/consejos-de-salud-para-pacientes-con-sarcomas-y-otros-tumores-musculoesqueleticos

Associació de Familiars i Amics de Nens Oncològics de Catalunya (AFANOC) – https://www.afanoc.org/es/

Fundació d’Oncología Infantil Enriqueta Villavecchia – https://www.fevillavecchia.es/es

Asociación Española de Afectados por Sarcomas (AEAS) – https://www.aeasarcomas.org/

Asociación española de Adolescentes y Adultos jóvenes con cáncer (AAA) – http://www.aaacancer.org/

Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) – Gepac – Osteosarcoma, guía para pacientes y familares.

COVID-19: recomendaciones y medidas para pacientes que ya han superado un cáncer

Ante la crisis social y sanitaria que ha supuesto la aparición del coronavirus SARS-CoV2, nos vemos ante una situación completamente nueva y desconcertante para muchos de nosotros. Las personas que han superado un cáncer pueden hacerse muchas preguntas acerca de cómo afrontar las dificultades, los riesgos a los que se exponen, o cómo gestionar psicológicamente este momento. Para intentar solucionarlas, el Ministerio de Sanidad o sociedades como la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) han elaborado guías de recomendaciones para intentar resolver estas preguntas.

¿Se considera población de riesgo a las personas que han superado un cáncer?

La SEOM afirma que todavía no hay muchos datos acerca de cómo afecta la infección por COVID-19 a pacientes con cáncer o a personas que ya lo han superado. Eso sí, se dispone de datos que sugieren que los pacientes oncológicos tienen un mayor riesgo de complicaciones al contraer la infección, sobre todo si han recibido quimioterapia o se han sometido a cirugías oncológicas en el mes previo. Sin embargo, los estudios de los que se dispone han incluido pocos pacientes y los resultados clínicos disponibles son limitados, por lo que es precipitado sacar conclusiones definitivas de los mismos.

Por otro lado, las personas que ya han superado un cáncer pero recibieron tratamiento en el pasado (especialmente si ya han transcurrido varios años), son propensas a haber recuperado una función inmunológica normal. No obstante, cada persona es diferente, por lo que es importante que consulten con su doctor/a, ya que es el/la que entiende su situación y conoce su historial médico.

¿Se debería acudir al hospital durante la cuarentena para hacer visitas o controles de seguimiento?

En los hospitales, los diferentes especialistas que están en seguimiento de la salud de sus pacientes tienen muy presente la situación actual y se encuentran bajo cambios constantes siguiendo las directrices de los hospitales, siempre valorando las necesidades de cada paciente.

En cuanto a los pacientes en revisión, sin tratamientos activos en el momento actual, como pueden ser los pacientes que han superado un cáncer, se está intentando realizar telemedicina y revisiones telefónicas para no cancelar sus citas. Sin embargo, es posible que deban retrasarse hasta el final de la pandemia si la situación lo requiere. Ante cualquier duda se recomienda llamar al equipo de referencia para valorar cada caso concreto.

¿Cuáles son las recomendaciones para personas que han superado un cáncer?

Si no se dispone de factores de riesgo adicionales, las recomendaciones para estas personas son las mismas que para la población general. Entre ellas destacan respetar las medidas de confinamiento y minimizar las salidas y la exposición social. Si es necesario salir de casa, se recomienda higiene de manos frecuente, uso de pañuelos desechables, limpieza frecuente de superficies de contacto, evitar tocarse la cara (ojos, nariz y boca o al toser/estornudar), cubrirse la boca y nariz con el codo flexionado y evitar compartir utensilios de cocina y comida. También se debe evitar el contacto con personas contagiadas y el consumo de alcohol y tabaco.

Respecto al uso de mascarillas, el Ministerio de Sanidad recomienda su uso en población sana cuando no es posible mantener la distancia de seguridad, ya sea en el trabajo, en la compra, en espacios cerrados, en la calle o al utilizar el transporte público. En caso de duda, se debe consultar a los profesionales sanitarios, que indicarán su uso en las personas que consideren necesario.

Las recomendaciones están en constante cambio con el avance de la pandemia, así que se recomienda estar bien informado/a siempre a través de canales oficiales. Tanto desde el Ministerio de Sanidad, como desde el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya nos ofrecen información actualizada, tanto para la ciudadanía como para los profesionales sanitarios, para estar al día de las novedades.

¿Se debería acudir a los centros de trabajo?

Según las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, en caso de ser una persona vulnerable por edad, por embarazo o por padecer afecciones médicas anteriores (entre ellas cáncer o inmunodepresión, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, diabetes o enfermedades pulmonares crónicas) no se tendrá que acudir al centro de trabajo.

Las personas en riesgo que no puedan realizar sus tareas a distancia deberán contactar con su médico/a para que, en su caso, acredite que dicha persona debe permanecer en una situación de aislamiento a efectos laborales. En ese caso, se considerará una situación asimilada a accidente de trabajo para la prestación económica de incapacidad temporal.

Gestión psicológica durante la cuarentena:

Con el objetivo de experimentar este proceso con calma, inteligencia y buena disposición, el Colegio Oficial de Psicología de Cataluña también han publicado sus recomendaciones para la gestión psicológica de la cuarentena. Entre ellas destacan:

Además,  las entidades federadas ofrecen apoyo emocional, asesoramiento laboral o familiar y atención social a pacientes oncológicos y también a personas que han superado un cáncer que lo necesiten. Adicionalmente, muchas ofrecen talleres y actividades online (yoga, mindfulness, taichí o arte-terapia) durante el confinamiento como Kàlida, Oncolliga o Vilassar de Dalt Contra el Cáncer.

En conclusión, cada situación es diferente, por lo que el médico indicará en cada caso las medidas a seguir. Además, es importante seguir las recomendaciones facilitadas por los canales oficiales y no perder la calma.


Referencias

 

 

Recomendaciones alimentarias para las secuelas digestivas

En ocasiones, las personas que han padecido cáncer, y en especial las que han sufrido algún tipo de cáncer relacionado con el aparato digestivo, pueden padecer secuelas a largo plazo a nivel gastrointestinal.

Seguir algunas pautas alimentarias adaptadas a cada dolencia, puede ayudarle a que sus efectos sean menos intensos e incluso a que estos desaparezcan.

Funcionamiento del aparato digestivo

El aparato digestivo es el encargado de procesar los alimentos que ingerimos de forma que nuestro organismo pueda beneficiarse de los nutrientes que estos contienen (vitaminas, minerales, carbohidratos, grasas, proteínas y agua), mientras se eliminan los deshechos producidos.

El tubo gastrointestinal está formado por el estómago y los intestinos (Figura 1). Los alimentos, pasan de la boca al esófago a través de la garganta, llegando así al estómago donde tiene lugar, en su mayor parte, el proceso de la digestión. Una vez los alimentos están parcialmente digeridos, llegan al intestino delgado, donde se produce la absorción de nutrientes hacia el torrente sanguíneo a lo largo de sus, aproximadamente, 7 metros de longitud. Los productos no absorbidos, llegan al intestino grueso, donde se produce la absorción de agua y se eliminan, a través del ano, los desechos del proceso.

Impacto gastrointestinal del cáncer y/o su tratamiento a largo plazo

Las complicaciones gastrointestinales son habituales en los pacientes con cáncer, y no se encuentran limitadas solo a los pacientes que desarrollan tumores en el tubo digestivo. Estos síntomas, que pueden aparecer durante la enfermedad, pueden deberse tanto al daño que produce el propio cáncer en los tejidos gastrointestinales, como a los efectos secundarios del tratamiento utilizado. Tanto la radioterapia localizada, como la quimioterapia o la cirugía, son tratamientos agresivos que pueden producir síntomas digestivos.

En muchas ocasiones, dichos síntomas desaparecen una vez superado el cáncer y concluido el tratamiento, pero otros pueden permanecer. Los síntomas digestivos más comunes a largo plazo pueden ser:

Ocurre cuando las evacuaciones intestinales son difíciles o tienen lugar con menos frecuencia, debido al movimiento más lento de lo habitual de la materia fecal a través del intestino grueso. Cuanto más tiempo se demora la materia fecal en recorrer el intestino grueso, más líquido pierde y se vuelve más seca y dura. Entre las causas más comunes destacan ciertos medicamentos, cambios en la alimentación, no tomar suficientes líquidos o realizar menos actividad física, y por supuesto, posibles secuelas físicas del cáncer, como cicatrices debidas a radioterapia o cirugía, etc.

Puede producirse como consecuencia de otras complicaciones digestivas más graves. Son frecuentes durante el tratamiento, pero también pueden darse a largo plazo. En algunas personas, pueden tener un componente psicológico, por lo que pueden resultar útiles ciertas técnicas de relajación.

La diarrea consiste en evacuaciones intestinales frecuentes sueltas y aguadas. Cuando este síntoma se extiende por un periodo superior a 2 meses se denomina diarrea crónica. Las principales causas de la diarrea crónica pueden ser la tensión o ansiedad, o ciertas secuelas intestinales tras el cáncer. Puede producir riesgo de deshidratación, por lo tanto es importante que contacte con su médico.

  • Estenosis

Se trata de la disminución del diámetro del intestino que ocurre normalmente como consecuencia de procesos de inflamación intestinal. Puede producir obstrucción, y por lo tanto bloqueo de la masa fecal. Algunos síntomas comunes pueden ser el dolor en el abdomen, náuseas y vómitos, estreñimiento…

¿Qué puedo hacer? Recomendaciones alimentarias

Además de unas recomendaciones dietéticas generales que pueden ser útiles para cualquier persona que haya sufrido un cáncer, existen medidas específicas para las complicaciones gastrointestinales más frecuentes mencionadas anteriormente:

Se debe tratar de prevenir el estreñimiento, en lugar de aliviarlo. Es importante tomar medidas de forma inmediata, con el fin de que no se produzcan dolencias más graves, como la impactación fecal. Con este fin, puede llevar a cabo las siguientes medidas:

  • Beber líquidos de forma abundante a lo largo del día (2 litros).
  • Tomar alimentos ricos en fibra como pan o arroz integral, legumbres, frutas, verduras, frutos secos…
  • Una bebida tibia o caliente media hora antes de la evacuación puede favorecer el proceso.

 

  • Nauseas y vómitos

Existen ciertas recomendaciones que pueden ayudar a prevenirlas, aunque en ocasiones puede ser útil emplear ansiolíticos (siempre bajo supervisión médica) y técnicas de relajación que ayuden a reducir el nivel general de ansiedad:

  • Repartir la comida en pequeñas cantidades (5-6 veces al día).
  • Es aconsejable tomar las comidas a temperatura ambiente o frescas, no calientes.
  • Evitar comidas ricas en grasas (frituras, salsas, quesos grasos, leche entera, etc.), ya que dificultan la digestión.

 

  • Diarrea crónica

En ocasiones, no es suficiente con implementar cambios en la alimentación para combatir la diarrea crónica, y se necesita utilizar ciertos medicamentos o probióticos (siempre bajo la supervisión de su médico). Sin embargo, algunas recomendaciones en la alimentación podrían ser:

  • Evitar tomar lácteos y derivados.
  • Intentar ingerir los alimentos en pequeñas cantidades, desgrasados y fáciles de digerir (arroz o pescado hervido, manzana asada, etc.).
  • Preparar los alimentos cocidos o a la plancha.
  • Evitar comidas con mucha fibra (fruta, verduras, hortalizas o cereales integrales).
  • Eliminarde la dieta las bebidas irritantes como café o bebidas alcohólicas.
  • Evitar alimentos que produzcan flatulencia como legumbres, espinacas, repollo, coliflor y otros.

 

  • Estenosis

 Existen ciertas medidas alimentarias que se pueden adoptar en caso de estenosis:

  • Limitar el número de alimentos con alto contenido en fibra.
  • Repartir la comida en pequeñas cantidades (5-6 veces al día).
  • Cocinar alimentos hervidos o al vapor.
  • Evitar el consumo de cafeína o alcohol.
  • Usar aceite de oliva para cocinar.
  • Beber agua e infusiones separadas de las comidas, en la medida de lo posible.

Seguir recomendaciones específicas de alimentación en caso de que sufra alguna de los síntomas gastrointestinales mencionados puede mejorar de forma notable su calidad de vida. También puede ser aconsejable acudir a un dietista especializado si los síntomas no remiten o son recurrentes, de forma que pueda recomendarle alimentos específicos y pueda elaborar un plan dietético personalizado.


Referencias

Instituto Nacional del Cáncer (NIH). Complicaciones gastrointestinales (PDQ®)–Versión para pacientes.

Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Efectos secundarios digestivos.

Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR). Tumores Digestivos.

Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Efectos secundarios de la quimioterapia.

American Society of Clinical Oncology (ASCO). Obstrucción intestinal u obstrucción gastrointestinal (GI).

Instituto Nacional del Cáncer (NIH). Consejos de alimentación: Antes, durante y después del tratamiento del cáncer.

Dra. Cristina Tejera Pérez y Dr. Diego Bellido Guerrero (Educainflamatoria). ¿Qué recomendaciones nutricionales son adecuadas en caso de estenosis?