Más allá de la laringectomía

El aparato fonador

Este aparato es el conjunto de órganos del cuerpo humano encargados de generar y ampliar el sonido que se produce al hablar. Para convertirse en sonido, el aire procedente de los pulmones debe provocar una vibración, y la laringe es el primer lugar donde se produce. La laringe está formada por un conjunto de cartílagos y una serie de ligamentos y membranas que sostienen las llamadas cuerdas vocales.

¿Qué pasa después de un cáncer de laringe o hipolaringe?

En determinados casos, después de un tumor de laringe o faringe, hay que realizar una extirpación total de la misma (laringectomía total). A partir de este momento, la respiración pasa a efectuarse por el orificio que se abre en el cuello llamado traqueostoma o estoma, que no tiene capacidad de filtrado y acondicionamiento del aire inhalado, por lo que es aconsejable que esté cubierto para evitar la entrada de cuerpos extraños directamente al pulmón.

El hecho de respirar por el estoma, la respiración fisiológica por la nariz se pierde, afectando al olfato, y consecuentemente al gusto, el cual se ve disminuido.

Hay que remarcar que después de una laringectomía total no se puede hablar utilizando las cuerdas vocales. Sin embargo, hay varias maneras para restaurar el habla después de una laringectomía total. Aprender a hablar nuevamente toma tiempo y esfuerzo. Se requerirá consultar a un logopeda que esté capacitado para la rehabilitación de personas que han sido sometidas a una laringectomía.

 

Recuperación después de la laringectomía total

Uno de los mayores inconvenientes en la rehabilitación, es el miedo a ser rechazados por la nueva forma de producción de voz, lo que produce un estado de ansiedad que dificulta el aprendizaje y la adaptación a la nueva condición y en las estrategias de fonación. A esto se le añade el miedo que se siente a ser estigmatizado por la imagen física y el estrés que genera la posibilidad de la reincorporación a la vida laboral.

Es muy difícil que un paciente aprenda la erigmofonía si no practica en su vida diaria, ya que sólo con las sesiones de logopedia no se adquiere el entrenamiento suficiente para tener un lenguaje comprensible; es por ello por lo que es necesario que el paciente supere todos sus temores, incluso con su familia, para así agilizar la rehabilitación fonatoria. Es importante aclarar que este aprendizaje no se consigue con unas pocas semanas, sino que es un proceso a largo plazo, hay que ser realista y estar alineado con las características de la persona que la rodea.

Actualmente existen centros de rehabilitación de laringectomizados, donde ayudan a la readaptación de las personas laringectomizadas en todos los aspectos, tanto a nivel físico, psíquico como social, teniendo en cuenta la totalidad de la unidad familiar. Un ejemplo sería el centro de Terrassa.

Cuidado e higiene del estoma

Es muy importante que la zona periestomal (alrededor del estoma) se mantenga limpia y seca. Una vez la zona está completamente cicatrizada, se debe limpiar 2 veces al día y aprovechar una de ellas para cambiar la cánula.

¿Cómo hacer una limpieza diaria?

  • En primer lugar, se debe limpiar la zona con una gasa humedecida con solución jabonosa, comenzando en la parte más cercana al orificio hacia el exterior.
  • A continuación se debe secar muy bien la zona y aplicar povidona yodada alrededor del estoma

Es habitual que la piel del escote, barba, hombros e incluso la espalda necesite un aporte de hidratación extra, por eso es necesario preguntar al médico o enfermera qué crema es la más adecuada.

Consejos generales

Es importante tener en cuenta que el cuerpo ha experimentado un cambio después de la cirugía, tanto en el modo de respirar, como de hablar y de comer. Es conveniente aprender a cuidarse y desarrollarse por uno mismo en la vida diaria.

¿Qué puedo hacer para mejorarlo?

Dormir con el tórax y la cabeza elevados con varios cojines, ya que facilita la respiración.

– Es recomendable utilizar un nebulizador para mantener húmedas y limpias las vías respiratorias.

– Es importante evitar inhalar polvo, humo, perfumes o cualquier otra sustancia irritante.

– Si se tienen radiadores, colocar recipientes llenos de agua encima de estos con el fin de proporcionar más humedad ambiental.

Los accesos de tos repentinos, se pueden aliviar tragando saliva y realizando una respiración profunda.

– La mucosidad se expulsa mejor si se expectora con el torso inclinado hacia delante.

– Se debe evitar bañarse y la natación para evitar la entrada de agua por el estoma.

La musculatura y nervios tanto del cuello como de los hombros necesitan recuperarse después de la cirugía y la radioterapia, para ello es recomendable hacer movimientos e inclinaciones laterales de la cabeza de forma suave, para flexibilizar y relajar el cuello.

Además, hay que destacar la existencia del laringófono, un tipo de aparato similar a un micrófono que se coloca bajo el cuello, y que, por un sistema electrónico, capta las vibraciones de la boca, convirtiéndolas en palabras. La voz que emiten estos aparatos es monótona y metalizada, parecido a un robot.

Es importante que se asuma el cambio de lo que se ha producido en el cuerpo, en el modo de respirar, hablar e incluso de alimentarse, pero hay que tener claro que la persona sigue siendo válida y que debe aprender a desenvolverse en la vida diaria y en el cuidado de la persona. Si se necesita más información, se puede solicitar en el centro de salud, centros especializados, asociaciones de laringectomizados, y también se puede ver el video de un paciente laringectomizado que tenemos disponible en esta web, para conseguir una adecuada recuperación y rehabilitación de la voz.


Referencias

  1. American Cancer Society (ACS) (2016). ¿Qué sucede después del tratamiento de los cánceres de laringe o de hipofaringe?
  2. Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) (2012). Cuidados tras una laringectomía.
  3. Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) (2019). Guía breve para después de una laringectomía.
  4. Martín Villares, M. E. Fernández Pello, J. San Román Carbajo, M. Tapia Risueño y J. Domínguez Calvo. Nutrición postoperatoria en pacientes con cáncer de cabeza y cuello. Nutr. Hosp. vol.18 no.5 Madrid sep./oct. 2003
  5. Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial (SEORL) (2015). Rehabilitación del paciente laringectomizado.

 

Buscando el embarazo después del cáncer

 

Algunos tipos de cáncer y diversos tratamientos para tratarlo pueden causar infertilidad o efectos negativos sobre la fertilidad. Sin embargo, dependiendo de la edad, el tipo de tratamiento y el tiempo transcurrido desde el tratamiento, es posible tener hijos. Se recomienda que las mujeres que desean tener hijos después de superar un cáncer vean a un especialista en reproducción, que va a determinar su nivel de fertilidad mediante pruebas hormonalesecografías.

La infertilidad en las mujeres después del cáncer

La infertilidad en las mujeres se puede dar por problemas en diferentes etapas del ciclo reproductivo. Es posible que no se disponga de una reserva suficiente de óvulos sanos o el sistema reproductivo esté dañado. También se pueden presentar dificultades en la implantación de un óvulo fecundado o en el curso del embarazo, especialmente en el primer trimestre. Si no es posible concebir naturalmente, es importante determinar cuál es la etapa del proceso reproductivo que presenta dificultades, puesto que las soluciones variarán dependiendo del origen del problema.

El ciclo menstrual: antes y después

Generalmente, las mujeres que mantienen la menstruación después del tratamiento del cáncer pueden quedarse embarazadas, aunque tener la menstruación no necesariamente significa ser fértil. En algunas mujeres, el tratamiento del cáncer conduce a la ausencia de la menstruación y que los ovarios fallen de forma precoz (antes de los 40 años): es la llamada menopausia precoz, que causa infertilidad permanente. En otras mujeres el período menstrual se detiene durante el tratamiento, pero vuelve más adelante.

Más allá de la presencia o ausencia del período, el tratamiento del cáncer puede haber tenido un impacto en diferentes aspectos del ciclo menstrual: es común tener ciclos más largos o más cortos, y muchas mujeres explican que sus reglas han cambiado en comparación con antes de la enfermedad, tanto en regularidad como en la abundancia del flujo menstrual. Como norma general, estas alteraciones del ciclo generalmente no tienen ningún impacto negativo en la capacidad reproductiva, por lo que no es necesario dar mayor importancia si el especialista no lo considera preocupante.

¿Es seguro el embarazo después del tratamiento?

Como norma general, el embarazo después del tratamiento de cáncer es seguro para la madre y el bebé. Estudios recientes muestran el embarazo no aumenta la reincidencia del cáncer. Aun así, dependiendo del tipo de cáncer, etapa o tipo de tratamiento recibido, en algunas mujeres se aconseja esperar un tiempo antes de intentar ser madres (entre seis meses y algunos años); ya sea por los posibles efectos adversos del tratamiento (quimioterapia, radioterapia) o por la posibilidad de una recaída.

Embarazo natural y técnicas de reproducción asistida

Para quedarse embarazada de forma natural (sin la ayuda de la reproducción asistida) se necesita al menos un ovario con suficientes óvulos sanos, una trompa de Falopio y un útero sano, y niveles hormonales óptimos. Si no se tiene alguna de estas características, o si el padre biológico presenta problemas de infertilidad, se pude recurrir a técnicas de reproducción asistida.

Antes del tratamiento

En caso de que el tratamiento contra el cáncer suponga una amenaza para la fertilidad, y siempre que sea posible, el especialista puede ofrecer varias opciones para preservar la fertilidad antes de iniciar tratamiento.

  • Congelación de embriones.La congelación de embriones es la técnica mediante la cual se preservan los embriones obtenidos por fertilización in vitrofertilizados con espermatozoides de la pareja o un donante. La ventaja de esta técnica es que la supervivencia de los embriones después de la congelación es muy alta, entre 40 y 90%, lo que es la opción asociada a mayores posibilidades de éxito. Sin embargo, es necesario hacer una estimulación ovárica previa, que puede demorar el inicio del tratamiento de 4 a 6 semanas.
  • Congelación de óvulos (ovocitos). Al contrario de lo que ocurre con la congelación de embriones o espermatozoides, que está muy extendido, los óvulos tienen características que hacen muy difícil su congelaciónde manera viable si no han sido fertilizados. De hecho, esta todavía se considera una técnica experimental, aunque se han obtenido resultados prometedores con un nuevo procedimiento de congelación rápida: la vitrificación. Para poder congelar ovocitos también debe someterse a un tratamiento de estimulación hormonal antes de la extracción.
  • Congelación de tejido ovárico. En aquellos casos en que el riesgo de pérdida de la fertilidad es alto, no se dispone de tiempo para hacer el tratamiento hormonalo no se puede hacer porque está contraindicado, se puede plantear la posibilidad de congelar tejido ovárico directamente. Después del tratamiento contra el cáncer se implanta de nuevo tejido ovárico extraído, y se puede conseguir un embarazo natural o por otras técnicas de reproducción asistida.
  • Técnicas quirúrgicas. Son aquellas que protegen el útero o los ovariosde los efectos nocivos del tratamiento contra el cáncer. En esta categoría se encuentran procedimientos como traquelectomia, que consiste en la extirpación del cuello del útero en el cáncer de cérvix, o la transposición ovárica, que consiste en la reubicación del ovario en el abdomen, para permitir el tratamiento de la zona pélvica con radiación sin causar daños.

Además, en algunos casos es posible la combinación de varias de las técnicas descritas para aumentar las probabilidades de éxito.

Durante el tratamiento

El tratamiento con hormonas liberadoras de la gonadotropina (aGnRH) es una terapia experimental de la que no se ha probado completamente su eficacia. Hay estudios que demuestran su efecto protector de la fertilidad durante el tratamiento con quimioterapia, pero no sé conoce el mecanismo ni los efectos que puede tener a largo plazo.

Después del tratamiento

Si no ha sido posible llevar a cabo ninguna de estas técnicas antes que someterse al tratamiento, y si el médico considera segura la gestación, es posible conseguir quedarse embarazada mediante óvulos o embriones procedentes de donantes.

  • Fertilización in vitroConsiste en fecundar el ovocito artificialmente en un laboratorio. Se puede realizar incubando juntos el ovocito con el espermatozoide en una placa de cultivoo bien introduciendo un espermatozoide dentro de cada óvulo mediante una microinyección. Esta técnica está indicada cuando se ha hecho tratamiento de preservación de fertilidad o también en caso de recurrir a ovocitos de un donante.
  • Donación de ovocitos. En los casos en que no se conserve la función ováricapero sí sea posible llevar a cabo la gestación, se puede recurrir a óvulos de una donante. La donación de óvulos en España es anónima, de manera que la donante y la receptora no pueden conocerse. Las donantes reciben una compensación económica por las molestias de los viajes, tiempo gastado y riesgos sanitarios, y reciben un análisis exhaustivo de enfermedades hereditarias, infecciosas y mentales. Los ovocitos son fecundados utilizando la FIV y se implantan en el útero de la madre. Antes de la transferencia de embriones, se realiza un tratamiento hormonal a la receptora para asegurar que el revestimiento del útero sea óptimo para la implantación, y así asegurar el éxito de la técnica.
  • Donación de embriones. Muchas parejas que se someten a FIV donan los embriones que no se necesitan, ya que para optimizar el proceso se fecundan varios óvulosque a menudo no acaban utilizándose. Estos embriones se pueden implantar en un útero sano para conseguir un embarazo. En estos casos, también se realiza un tratamiento hormonal para la preparación del endometrio de la madre, similar al que se hace con la donación de óvulos.

También se pueden considerar otras alternativas para formar una familia, incluyendo la adopción o el acogimiento.

Muchas mujeres que han tenido cáncer se ven obligadas a posponer su deseo de ser madres hasta después del tratamiento. Quedarse embarazada es una decisión importante, y es esencial hacerlo con todas las claves para que el embarazo sea seguro para el bebé y la madre. El ginecólogo u obstetra es el profesional médico que puede aconsejar en estos casos, haciendo un acompañamiento durante el proceso, ayudando a determinar el momento adecuado para hacerlo e informar sobre los posibles riesgos del embarazo y el parto.

Además, hay asociaciones como Baby Beatles , fundada por el Teresa Ferreiro , que ayuda a mujeres sin recursos a hacer realidad su deseo de ser madres después del cáncer de mama.


Referencias

Manau D, 2015. Preservación de la fertilidad en la paciente oncológica.

LIVESTRONG. 2014. “LIVESTRONG Fertilidad.” http://assets.livestrong.org/we-can-help/LIVESTRONG-Fertility-Brochure-Spanish.pdf

Bedoschi, Giuliano, and Kutluk Oktay. 2013. Current Approach to Fertility Preservation by Embryo Cryopreservation. Fertility and Sterility 99 (6): 1496–1502.

Qué es y cómo combatir la fatiga después del cáncer

 

La fatiga es uno de los efectos adversos más comunes del cáncer y su tratamiento (quimioterapia, radioterapia, terapia biológica o cirugía). Generalmente mejora después de completar la fase más activa del tratamiento, pero habitualmente persiste cierto nivel de fatiga durante meses o años después del finalizarlo. Se considera un efecto adverso crónico porque a menudo está presente durante un largo período de tiempo, interfiere con la vida cotidiana de las personas y no se ve completamente disminuida por dormir y descansar.

¿Cuáles son los síntomas que la caracterizan?

La fatiga de después del tratamiento del cáncer se muestra como un agotamiento físicomental y emocional persistente. A menudo quienes la sufren la describen como una fatiga extrema caracterizada por debilidad, sensación de pesadez, lentitud o falta de energía. Sin embargo, esta fatiga es diferente a sentirse agotado por no haber descansado lo suficiente.

Causas

La fatiga después del cáncer puede tener más de una causa, entre las cuales se cree que el tratamiento juega un papel importante, aunque no se conocen las causas exactas de cómo afecta cada tipo de tratamiento.

Se han descrito algunas causas fisiológicas como anemia o alteraciones en los niveles hormonales. Además, causas psicológicas como la ansiedad y la depresión pueden influir en la fatiga en personas que han sufrido de cáncer. Este agotamiento puede aumentar cuando hay falta de sueño, estrés emocional y problemas de coordinación o de memoria (fatiga de la atención).

Se puede tener fatiga cuando el cuerpo no recibe suficiente alimento para producir la energía que necesita. Para muchas personas, los efectos del tratamiento del cáncer o las nuevas necesidades fisiológicas hacen que sea difícil comer bien. Una alimentación inadecuada causada por la falta de apetito, náuseas o porque el cuerpo no es capaz de asimilar bien los alimentos (malabsorción) pueden causar la aparición de la fatiga. También se ha observado que la deshidratación puede provocar o empeorar la fatiga.

El hecho no dormir bien y falta de actividad física están estrechamente relacionados con la fatiga. Se ha observado que las personas con menos actividad durante el día y que se despiertan a menudo durante la noche indican mayores niveles de fatiga. Aun así, restituir los problemas de sueño no implica siempre una mejoría en la fatiga. Por esta razón se recomienda no sólo un buen descanso, sino también complementarlo con algún tipo de ejercicio físico, tanto para aumentar el nivel de energía durante el día, así como disminuir los niveles de angustia y ansiedad.

También se ha observado que algunos medicamentos no relacionados con el tratamiento del cáncer, como los analgésicos opioides, antidepresivos y antihistamínicos (utilizados para tratar el dolor, la depresión y la alergia, respectivamente), puede causar mareos, somnolencia y fatiga. Si usted toma estos medicamentos la fatiga podría empeorar.

Estrategias para combatirlo

Afortunadamente, hay maneras de combatir la fatiga, a partir de un plan equilibrado de actividad y descanso. Hacer actividades relajantes como escuchar música, leer, meditar o pasar momentos agradables con familiares y amigos puede reducir el estrés y proporcionar energía. El ejercicio ligero también puede ser recomendable para tener más energía y sentirse mejor.

Es importante planificar el tiempo para descansar. Si es necesario, se pueden hacer siestas cortas (menos de una hora) durante el día. Sin embargo, dormir demasiado durante el día puede ser contraproducente y dificultar dormir por la noche.

También es muy importante comer y beber bien para hacer llegar al cuerpo toda la energía que necesita. Una dietista puede asesorar sobre alimentos y bebidas que aumenten el nivel de energía, así como aquellos alimentos ricos en proteínas y calorías que ayuden a mantener la fuerza. Algunas personas encuentran más fácil comer varias veces durante el día, en lugar de hacer tres comidas grandes. También es esencial para estar bien hidratado y se recomienda limitar la ingesta de cafeína y el alcohol.

Otra forma de luchar contra la fatiga es tratar causas las psicológicas que pueden generarla. Hablar con un especialista (psicooncólogo) puede ayudar a lidiar con emociones y pensamientos difíciles. Del mismo modo, reducir el estrésansiedad y depresión puede proporcionar más energía. Puesto que el dolor no controlado puede ser también una fuente importante de fatiga, un especialista en dolor puede ayudar a encontrar un tratamiento analgésico adecuado.

La fatiga asociada al cáncer es uno de los efectos secundarios más comunes tras el cáncer. Aunque sus causas son poco definidas, es posible recurrir a estrategias para combatirla eficazmente, con la ayuda de un médico y el establecimiento hábitos de vida saludables.

 


Referencias

Mayo Clinic. 2017. “Fatiga Relacionada Con El Cáncer: Por Qué Ocurre Y Cómo Afrontarla. http://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/cancer/in-depth/cancer-fatigue/art-20047709

National Cancer Institute. 2017. “Fatiga (PDQ®)—Versión Para Pacientes.  https://www.cancer.gov/espanol/cancer/tratamiento/efectos-secundarios/fatiga/fatiga-pdq

Bennett, Sally, Amanda Pigott, Elaine M Beller, Terry Haines, Pamela Meredith, and Christie Delaney. 2016. “Educational Interventions for the Management of Cancer-Related Fatigue in Adults.” In Cochrane Database of Systematic Reviews, edited by Sally Bennett,Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd..

Y ahora, ¿qué?

Una vez finalizado el tratamiento, es muy común sentir una mezcla de emociones. Por un lado, puede haber las emociones positivas que se desprenden de haber terminado el tratamiento de una forma exitosa, de haber descubierto en uno mismo una fortaleza que no se conocía o de haber forjado relaciones más profundas y significativas con la pareja, familiares o amigos. Por otra parte, es muy normal sentirse desprotegido o que afloren emociones relacionadas con miedos, incertidumbre o ansiedad.

Descubrir una nueva normalidad

Los cambios que muchas personas pueden experimentar con su cuerpo están relacionados con el tipo de cáncer y el tratamiento que han seguido, pero es importante recordar que no hay dos personas iguales: los cambios físicos y las secuelas pueden variar enormemente entre una persona y otra, incluso en casos donde el tipo de cáncer y el tratamiento son los mismos.

Cada persona es un mundo y cada uno reacciona de una manera completamente diferente. Es muy posible que el tiempo ayude a algunas personas a ajustarse a lo que sienten. Sin embargo, a veces el tiempo no es suficiente y es posible necesitar ayuda externa. Es importante entender que no hay un retorno a la normalidad ya que se tiene que redescubrir y redefinir la propia normalidad, que puede no ser la misma que antes del tratamiento.

Necesidades de las personas que han finalizado el tratamiento

Recientemente, la Federació Catalana d’Entitats contra el Càncer (FECEC) publicó un estudio sobre la experiencia de las personas que han sobrevivido un cáncer. Este estudio mostró como, en finalizar el tratamiento, los supervivientes tienden a sentir, más que felicidad, una mezcla de desesperanza y abandono. Al finalizar la fase activa de tratamiento contra la enfermedad, todas las fuerzas y la energía focalizadas hacia la curación quedan en segundo plano, siendo reemplazadas por una sensación de soledad y desprotección. Por otro lado, crece gradualmente la aceptación como persona superviviente, y muchas personas experimentan un cambio de los valores personales, restableciendo sus prioridades personales y su forma de vivir la vida, a pesar de la incertidumbre de que la enfermedad pueda volver.

Otro elemento de interés es el cambio en las relaciones interpersonales. Los supervivientes suelen hablar de cómo, durante la enfermedad, la gente de su entorno tiende a adoptar una actitud protectora y de apoyo. En algunos casos, sin embargo, una vez finalizado el tratamiento las personas afectadas sienten que se les exige una vuelta a la normalidad inmediata, obviando el hecho de que, a pesar de haber terminado la fase más activa del tratamiento, no han terminado las consecuencias de la enfermedad. Las relaciones interpersonales cambian mucho durante la fase de tratamiento de la enfermedad y posteriormente en la recuperación. Muchas veces, la enfermedad contribuye a fortalecer estos vínculos, pero en otras la relación con amigos, familiares o pareja puede terminar cambiando, hasta el punto de debilitarse o romperse.

Los resultados recogidos en el informe de la FECEC, fueron consistentes con los de otros estudios mayoritarios, como el publicado por la Iniciativa Nacional de Supervivencia del Cáncer del Reino Unido, el Instituto Nacional de Salud de EE.UU., o de otros a nivel nacional. Por ejemplo, según un informe realizado por el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) sobre las necesidades los supervivientes de cáncer, hay una serie de temas que tienen un gran impacto en la calidad de vida de la gente que los sufre:

Todos estos datos evidencian la existencia de una serie de obstáculos muy presentes en el día a día de las personas después del tratamiento contra el cáncer, y ponen de manifiesto la necesidad que estas dificultades sean dirigidas, atendiendo y dando respuesta a todas las necesidades no cubiertas.

 

Referencias

Federació Catalana d’Entitats contra el Càncer (FECEC) (2014). Millorar l’experiència dels supervivents de càncer a Catalunya.

Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) (2012). Informe sobre las necesidades de los supervivientes de cáncer (Informe).

National Cancer Institute (2014). Facing forward. Life after cancer treatment.

Livestrong (2016). Emotions After Cancer Treatment (web).

¿Es habitual tener problemas de concentración y memoria después del tratamiento?

Frecuentemente, las personas que han sufrido cáncer refieren problemas para procesar la información, o dificultades a la hora de recordar ciertos detalles o palabras. Estos síntomas se conocen como deterioro cognitivo. Aunque inicialmente se asociaron a aquellas personas con cáncer de mama que habían recibido tratamiento con quimioterapia, estudios posteriores han demostrado que su aparición también se puede dar en diferentes tipos de cáncer y, en algunos casos, se produce incluso antes que se inicie el tratamiento con quimioterapia.

¿Qué síntomas lo caracterizan?

El deterioro cognitivo asociado al cáncer incluye tanto síntomas que son percibidos de forma subjetiva por las personas que los padecen como signos que son objetivamente medibles. Algunos de los síntomas más característicos son:

Causas

Todos estos síntomas pueden estar provocados por el cáncer en sí, por factores genéticos del individuo, por los efectos de los tratamientos administrados al organismo, o por una combinación de los anteriores. Además, hay otras afecciones que son comunes en las personas con cáncer y que indirectamente pueden provocar síntomas cognitivos como problemas de aprendizaje y memoria, dificultades para concentrarse, disfunciones psíquicas y limitaciones del movimiento. Estos factores incluyen la depresión, la ansiedad, la fatiga, problemas para dormir y desajustes hormonales, entre otros.

Diagnóstico y tratamiento

Ante la sospecha de estar desarrollando síntomas de deterioro cognitivo, se pueden utilizar pruebas diagnósticas como análisis neuropsicológicos y técnicas de neurofisiología o de neuroimagen, para detectar la presencia de lesiones o alteraciones en el sistema nervioso, siempre complementadas con una evaluación subjetiva por parte de un especialista. Sin embargo, en ausencia de unas guías terapéuticas que definan el abordaje de este perfil sintomático, lo más recomendable es hablar con el médico y valorar conjuntamente la mejor estrategia a seguir en cada caso. En cuanto el tratamiento, lo más habitual es la llamada terapia cognitiva-conductual, junto con el uso de algún fármaco en caso de que se considere conveniente. Esta terapia, conducida por un psicólogo, está enfocada a detectar problemas y plantear acciones para superarlos. Con la ayuda del terapeuta, la persona identifica los problemas diarios que le originan los síntomas, para luego fijar unos objetivos de mejora y desarrollar estrategias que les permitan superar estas dificultades diarias y mejorar su situación.

Para hacer frente a los problemas de concentración y memoria que pueden dificultar las tareas del día a día, puede ser útil seguir algunos consejos como:

Por otra parte, algunas aproximaciones integrales como la rehabilitación cognitiva o el ejercicio físico también pueden proporcionar beneficios que repercutan positivamente en los síntomas cognitivos.

¿Estas alteraciones son permanentes?

El estudio del deterioro cognitivo en cáncer y su evolución es relativamente reciente; por lo tanto, actualmente disponemos de pocos estudios a largo plazo sobre la evolución de estos síntomas con el paso del tiempo. Sólo una minoría de las personas con deterioro cognitivo tienen efectos permanentes, ya que la mayoría de los síntomas tienden a ser transitorios, y remiten gradualmente con el tiempo.

Linfedema: qué es y cómo prevenirlo

A veces, el cáncer o el tratamiento para combatirlo pueden alterar el funcionamiento de los ganglios linfáticos. Cuando esto ocurre, la acumulación de la linfa en los tejidos puede provocar edema (hinchazón) en una extremidad, habitualmente en el brazo, dando lugar a lo que se llama linfedema.

¿Cuándo y dónde aparece el linfedema?

Aunque el linfedema puede presentarse en cualquier momento, en el 80 % de los casos aparece antes de los 3 años después de la cirugía o tratamiento. La localización depende en gran parte del tipo de cáncer: después del cáncer de mama suele aparecer en los brazos, mientras que el linfedema en las piernas es más frecuente después de un cáncer uterino, de próstata, linfoma o melanoma.

¿Qué riesgo tengo de desarrollar linfedema?

En el caso del cáncer de mama, el riesgo de desarrollar linfedema depende en gran parte de si durante la cirugía se han diseccionado los ganglios linfáticos de las axilas. También hay otros factores que pueden influir, como la obesidad, o el hecho de haberse sometido a radioterapia. Sin embargo, no se conocen con exactitud las causas del linfedema, y no se puede predecir con total certeza qué personas lo sufrirán y cuáles no.

¿Cómo prevenirlo?

A las personas con riesgo de desarrollar linfedema, se les recomienda tomar una serie de precauciones, entre las que se encuentran las siguientes:

  • Evitar extracciones de sangre en el brazo del lado de la operación.
  • Evitar levantar peso o hacer ejercicios violentos.
  • Avisar al médico en caso de notar sensaciones de tirantez o hinchazón.
  • Llevar guantes siempre que haya riesgo de cortarse.
  • Evitar hacerse heridas, por pequeñas que sean.
  • Facilitar el drenaje linfático con ejercicios específicos, vendajes de compresión o medicación, siempre bajo supervisión médica.

Además, hay una serie de ejercicios que, con el visto bueno del médico o fisioterapeuta, pueden ayudar a prevenir el linfedema:

 

Con respecto a otros tipos de actividad física, aunque históricamente se había recomendado limitar el uso del brazo con riesgo de desarrollar linfedema, el ejercicio leve, progresivo y supervisado ha demostrado no aumentar el riesgo de linfedema, y además se ha asociado a determinados beneficios.

Así pues, aunque resulte difícil anticiparse a la aparición del linfedema, es muy recomendable seguir las precauciones para prevenirlo y prestar especial atención a la extremidad afectada, consultando al médico si se presenta dolor, dificultades de movimiento o inflamación. La prevención y tratamiento precoz del linfedema son dos elementos clave para evitar el desarrollo de una inflamación grave y debilitante, que puede tener un gran impacto en la calidad de vida.

Referencias

Federación de mujeres con cáncer de mama (FECMA). El linfedema: recomendaciones y ejercicios para su prevención.

Asociación española contra el cáncer (2010). Linfedema: Prevención y tratamiento.

National Cancer Institute (2015). Lymphedema (PDQ) – Health professional version.

Entendiendo los datos de supervivencia

Cuando hablamos de cáncer, resulta impreciso utilizar el término curación, ya que a veces pueden quedar algunas células cancerosas sin detectar. Es por eso que los expertos utilizan los llamados datos de supervivencia, que miden los porcentajes de personas con un determinado tipo de cáncer que sobreviven un período de tiempo predefinido, normalmente 1, 2 o 5 años.

¿Qué son los porcentajes de supervivencia?

El término científico «supervivencia», sin embargo, no sólo sirve para hacer una estimación de la mortalidad (como es el caso de la llamada supervivencia global), sino que puede medir el tiempo que transcurre, de media, hasta cualquier evento. Así pues, cuando se mide el tiempo hasta una recaída hablamos de supervivencia libre de recaída y, de manera similar, el tiempo hasta el crecimiento del tumor determina la supervivencia libre de progresión. Estos datos sirven tanto para hacer una aproximación a un pronóstico como para estudiar la eficacia de diferentes tratamientos nuevos, en el contexto de los ensayos clínicos.

Datos de supervivencia en Cataluña

Se calcula que el año 2016 se diagnosticaron 38.500 casos de cáncer en Cataluña, excluyendo los cánceres de piel no melanoma, que son el tipo más abundante. Además, la incidencia del cáncer sigue teniendo una tendencia al alza, pues en 5 años se ha observado un incremento del 8 %. Por otra parte, también se ha observado un aumento en las tasas de supervivencia. La Generalitat de Cataluña publicó a principios de 2017 que la supervivencia a 5 años pasó de ser del 50,2 % al 57,3 % en un periodo de 10 años. La disminución de la mortalidad asociada al cáncer puede explicarse por mejoras asistenciales, la aprobación de nuevos tratamientos y las estrategias de cribado y detección precoz, como los programas de detección precoz de cáncer de mama, colorrectal y de próstata.

Evolución de la supervivencia a escala mundial

El incremento en la supervivencia no es un fenómeno exclusivo de Cataluña, sino que también se ha podido observar una progresión similar en España e incluso a escala mundial. Aunque no es posible saber con exactitud el número de personas que conviven con un diagnóstico de cáncer en todo el mundo, los diferentes registros nacionales permiten hacer estimaciones, que sitúan esta cifra en torno a los 28,8 millones de personas.

Esta tendencia al alza evidencia un cambio de paradigma y pone de manifiesto la necesidad de concebir y abordar el cáncer desde la perspectiva de una enfermedad crónica. Así pues, algunos expertos consideran que, más que la remisión total, el objetivo terapéutico debería ser mantener el cáncer estable, controlando la progresión, por lo que la convivencia con la enfermedad no repercuta en la esperanza de vida ni implique una disminución significativa de la calidad de vida.

Por otra parte, el creciente número de personas que superan o conviven con el cáncer contrasta con la falta de recursos dirigidos a mejorar la experiencia de los supervivientes: en este desequilibrio reside, precisamente, la razón de ser de esta página web.

Referencias

Federació Catalana d’Entitats Contra el Càncer (FECEC) (2014). Millorar l’experiència dels supervivents de càncer a Catalunya.

Registre del càncer a Catalunya, Pla Director d’Oncologia (2016). El Càncer a Catalunya (monografia).

Departament de Salut, Generalitat de Catalunya (2017). La supervivència a un càncer a Catalunya creix un 7% en deu anys (nota de premsa).