A veces, el cáncer o el tratamiento para combatirlo pueden alterar el funcionamiento de los ganglios linfáticos. Cuando esto ocurre, la acumulación de la linfa en los tejidos puede provocar edema (hinchazón) en una extremidad, habitualmente en el brazo, dando lugar a lo que se llama linfedema.
¿Cuándo y dónde aparece el linfedema?
Aunque el linfedema puede presentarse en cualquier momento, en el 80 % de los casos aparece antes de los 3 años después de la cirugía o tratamiento. La localización depende en gran parte del tipo de cáncer: después del cáncer de mama suele aparecer en los brazos, mientras que el linfedema en las piernas es más frecuente después de un cáncer uterino, de próstata, linfoma o melanoma.
¿Qué riesgo tengo de desarrollar linfedema?
En el caso del cáncer de mama, el riesgo de desarrollar linfedema depende en gran parte de si durante la cirugía se han diseccionado los ganglios linfáticos de las axilas. También hay otros factores que pueden influir, como la obesidad, o el hecho de haberse sometido a radioterapia. Sin embargo, no se conocen con exactitud las causas del linfedema, y no se puede predecir con total certeza qué personas lo sufrirán y cuáles no.
¿Cómo prevenirlo?
A las personas con riesgo de desarrollar linfedema, se les recomienda tomar una serie de precauciones, entre las que se encuentran las siguientes:
- Evitar extracciones de sangre en el brazo del lado de la operación.
- Evitar levantar peso o hacer ejercicios violentos.
- Avisar al médico en caso de notar sensaciones de tirantez o hinchazón.
- Llevar guantes siempre que haya riesgo de cortarse.
- Evitar hacerse heridas, por pequeñas que sean.
- Facilitar el drenaje linfático con ejercicios específicos, vendajes de compresión o medicación, siempre bajo supervisión médica.
Además, hay una serie de ejercicios que, con el visto bueno del médico o fisioterapeuta, pueden ayudar a prevenir el linfedema:
Con respecto a otros tipos de actividad física, aunque históricamente se había recomendado limitar el uso del brazo con riesgo de desarrollar linfedema, el ejercicio leve, progresivo y supervisado ha demostrado no aumentar el riesgo de linfedema, y además se ha asociado a determinados beneficios.
Así pues, aunque resulte difícil anticiparse a la aparición del linfedema, es muy recomendable seguir las precauciones para prevenirlo y prestar especial atención a la extremidad afectada, consultando al médico si se presenta dolor, dificultades de movimiento o inflamación. La prevención y tratamiento precoz del linfedema son dos elementos clave para evitar el desarrollo de una inflamación grave y debilitante, que puede tener un gran impacto en la calidad de vida.
Referencias
Federación de mujeres con cáncer de mama (FECMA). El linfedema: recomendaciones y ejercicios para su prevención.
Asociación española contra el cáncer (2010). Linfedema: Prevención y tratamiento.
National Cancer Institute (2015). Lymphedema (PDQ) – Health professional version.