Reconocimiento del grado de discapacidad

La discapacidad o diversidad funcional se refiere a los impedimentos físicos, mentales, intelectuales o sensoriales que pueden obstaculizar el desarrollo de las actividades del día a día en igualdad de oportunidades sin soportes adicionales. A diferencia de la incapacidad, la discapacidad no es necesariamente un impedimento para llevar a cabo una actividad laboral.

Tipos y grados de discapacidad

El concepto de diversidad funcional abarca una amplia gama de capacidades y necesidades de accesibilidad y se puede clasificar sobre la base a estas:

  • Discapacidad física. Puede implicar, o no, la pérdida de la capacidad de movimiento.
  • Discapacidades sensoriales.Por ejemplo, la pérdida total o parcial de visión o audición.
  • Discapacidad de la comunicación y del habla. Deriva de limitaciones en la comprensión y/o expresión.
  • Discapacidad intelectual.Deriva de las limitaciones del funcionamiento intelectual, conducta adaptativa y habilidades prácticas.
  • Discapacidad derivada por el trastorno mental. Incluye alteraciones cognitivas, emocionales y/o del comportamiento.

En general, existen 5 categorías de la discapacidad, de menor a mayor, según la magnitud de la deficiencia y el grado de discapacidad que origina:

  • Grado 1 (0%): discapacidad nula. Los síntomas, signos y secuelas son mínimas y no justifican una reducción en la capacidad de la persona para realizar las actividades de la vida cotidiana.
  • Grado 2 (de 1 a 24%): discapacidad leve. Los síntomas, signos y secuelas justifican algunas dificultades para realizar las actividades de la vida diaria, pero son compatibles con casi la totalidad de las mismas.
  • Grado 3 (de 25 a 49%): discapacidadmoderada. Los síntomas, signos y secuelas causan una disminución o imposibilidad de la capacidad de la persona para realizar las actividades de la vida cotidiana, independientemente de las actividades de autocuidado.
  • Grado 4 (de 50 a 74%) discapacidadgrave. Los síntomas, signos y secuelas causan una disminución importante o imposibilidad de la capacidad de la persona para realizar la mayor parte de las actividades de la vida cotidiana, y también puede verse afectada la capacidad de hacer algunas actividades de autocuidado.
  • Grado 5 (de 75 a 100%) discapacidad muy grave. Los síntomas, signos y secuelas imposibilitan realizar las actividades de la vida cotidiana.

Reconocimiento de la discapacidad

Puede encontrar todas las ventajas de la tarjeta acreditativa de discapacidad en este enlace .

Además, las personas que tienen reconocida una pensión  de la Seguridad Social por incapacidad permanente en el grado de totalabsoluta o gran invalidez se consideran afectados por una discapacidad del 33% para todos los efectos y no es necesario solicitar el reconocimiento de la discapacidad. Cuando la discapacidad pueda ser mayor que este grado, se deberá hacer la solicitud de reconocimiento estandarizada.


Referencias

Generalitat de Catalunya, departament de treball, afers socials i famílies. Persones amb discapacitat (web). Disponible a: http://treballiaferssocials.gencat.cat/ca/ambits_tematics/persones_amb_discapacitat/

Qué es y cómo combatir la fatiga después del cáncer

 

La fatiga es uno de los efectos adversos más comunes del cáncer y su tratamiento (quimioterapia, radioterapia, terapia biológica o cirugía). Generalmente mejora después de completar la fase más activa del tratamiento, pero habitualmente persiste cierto nivel de fatiga durante meses o años después del finalizarlo. Se considera un efecto adverso crónico porque a menudo está presente durante un largo período de tiempo, interfiere con la vida cotidiana de las personas y no se ve completamente disminuida por dormir y descansar.

¿Cuáles son los síntomas que la caracterizan?

La fatiga de después del tratamiento del cáncer se muestra como un agotamiento físicomental y emocional persistente. A menudo quienes la sufren la describen como una fatiga extrema caracterizada por debilidad, sensación de pesadez, lentitud o falta de energía. Sin embargo, esta fatiga es diferente a sentirse agotado por no haber descansado lo suficiente.

Causas

La fatiga después del cáncer puede tener más de una causa, entre las cuales se cree que el tratamiento juega un papel importante, aunque no se conocen las causas exactas de cómo afecta cada tipo de tratamiento.

Se han descrito algunas causas fisiológicas como anemia o alteraciones en los niveles hormonales. Además, causas psicológicas como la ansiedad y la depresión pueden influir en la fatiga en personas que han sufrido de cáncer. Este agotamiento puede aumentar cuando hay falta de sueño, estrés emocional y problemas de coordinación o de memoria (fatiga de la atención).

Se puede tener fatiga cuando el cuerpo no recibe suficiente alimento para producir la energía que necesita. Para muchas personas, los efectos del tratamiento del cáncer o las nuevas necesidades fisiológicas hacen que sea difícil comer bien. Una alimentación inadecuada causada por la falta de apetito, náuseas o porque el cuerpo no es capaz de asimilar bien los alimentos (malabsorción) pueden causar la aparición de la fatiga. También se ha observado que la deshidratación puede provocar o empeorar la fatiga.

El hecho no dormir bien y falta de actividad física están estrechamente relacionados con la fatiga. Se ha observado que las personas con menos actividad durante el día y que se despiertan a menudo durante la noche indican mayores niveles de fatiga. Aun así, restituir los problemas de sueño no implica siempre una mejoría en la fatiga. Por esta razón se recomienda no sólo un buen descanso, sino también complementarlo con algún tipo de ejercicio físico, tanto para aumentar el nivel de energía durante el día, así como disminuir los niveles de angustia y ansiedad.

También se ha observado que algunos medicamentos no relacionados con el tratamiento del cáncer, como los analgésicos opioides, antidepresivos y antihistamínicos (utilizados para tratar el dolor, la depresión y la alergia, respectivamente), puede causar mareos, somnolencia y fatiga. Si usted toma estos medicamentos la fatiga podría empeorar.

Estrategias para combatirlo

Afortunadamente, hay maneras de combatir la fatiga, a partir de un plan equilibrado de actividad y descanso. Hacer actividades relajantes como escuchar música, leer, meditar o pasar momentos agradables con familiares y amigos puede reducir el estrés y proporcionar energía. El ejercicio ligero también puede ser recomendable para tener más energía y sentirse mejor.

Es importante planificar el tiempo para descansar. Si es necesario, se pueden hacer siestas cortas (menos de una hora) durante el día. Sin embargo, dormir demasiado durante el día puede ser contraproducente y dificultar dormir por la noche.

También es muy importante comer y beber bien para hacer llegar al cuerpo toda la energía que necesita. Una dietista puede asesorar sobre alimentos y bebidas que aumenten el nivel de energía, así como aquellos alimentos ricos en proteínas y calorías que ayuden a mantener la fuerza. Algunas personas encuentran más fácil comer varias veces durante el día, en lugar de hacer tres comidas grandes. También es esencial para estar bien hidratado y se recomienda limitar la ingesta de cafeína y el alcohol.

Otra forma de luchar contra la fatiga es tratar causas las psicológicas que pueden generarla. Hablar con un especialista (psicooncólogo) puede ayudar a lidiar con emociones y pensamientos difíciles. Del mismo modo, reducir el estrésansiedad y depresión puede proporcionar más energía. Puesto que el dolor no controlado puede ser también una fuente importante de fatiga, un especialista en dolor puede ayudar a encontrar un tratamiento analgésico adecuado.

La fatiga asociada al cáncer es uno de los efectos secundarios más comunes tras el cáncer. Aunque sus causas son poco definidas, es posible recurrir a estrategias para combatirla eficazmente, con la ayuda de un médico y el establecimiento hábitos de vida saludables.

 


Referencias

Mayo Clinic. 2017. “Fatiga Relacionada Con El Cáncer: Por Qué Ocurre Y Cómo Afrontarla. http://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/cancer/in-depth/cancer-fatigue/art-20047709

National Cancer Institute. 2017. “Fatiga (PDQ®)—Versión Para Pacientes.  https://www.cancer.gov/espanol/cancer/tratamiento/efectos-secundarios/fatiga/fatiga-pdq

Bennett, Sally, Amanda Pigott, Elaine M Beller, Terry Haines, Pamela Meredith, and Christie Delaney. 2016. “Educational Interventions for the Management of Cancer-Related Fatigue in Adults.” In Cochrane Database of Systematic Reviews, edited by Sally Bennett,Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd..