La piel puede cambiar de aspecto por varias razones. A veces, esto sucede debido a factores externos que impactan sobre la piel misma, tales como la exposición solar prolongada. Otras veces, la piel actúa como una ventana que muestra los cambios en el organismo debido a, por ejemplo, la aparición de un tumor o como efecto secundario del tratamiento.
La piel es de hecho una de las zonas del cuerpo más comúnmente afectadas por la terapia contra el cáncer. Afortunadamente, las reacciones cutáneas son a menudo temporales y existen multitud de medidas paliativas para hacerles frente.
En este artículo, hacemos una recopilación de cambios a nivel cutáneo y cuidados de la piel habituales después de un cáncer, ya sea de piel o de cualquier otro tipo. Estas alteraciones pueden ser un efecto secundario de la quimioterapia, la radioterapia o asociados a una intervención quirúrgica.
Estructura de la piel y tipo de células que encontramos
La piel es el órgano más grande del cuerpo, ya que ocupa 2m2 y pesa 5kg, aproximadamente. Su principal función es la de barrera protectora del organismo frente a agentes externos (frío, calor, patógenos, etc.), a la vez que permite la comunicación de éste con el medio que le rodea. Está dividida en 3 capas, con componentes y funciones diferentes pero interrelacionadas:
- La epidermis contiene varias capas de células yuxtapuestas más bien planas. La más externa está formada por células muertas que son eliminadas de forma constante de la superficie de la piel y son sustituidas por otras células nuevas formadas en las capas más profundas. Diariamente, renovamos unas 30.000-40.000 células epidemiales. En la epidermis también se encuentran las células que producen y acumulan melanina y que dan coloración a la piel, dependiendo de la raza y exposición al sol. La acumulación de melanina también es responsable de la aparición de manchas y pecas.
- El espesor de la dermis depende mucho de la zona del cuerpo, siendo especialmente gruesa en las palmas de las manos y en las plantas de los pies. Contiene elementos muy diversos tales como:
- el colágeno y las fibras elásticas, que mantienen las propiedades estructurales y elásticas de la piel
- los capilares sanguíneos
- los nervios
- las glándulas sudoríparas, que producen el sudor
- las glándulas sebáceas, que producen la grasa que contribuye a mantener la humedad de la piel
- los folículos pilosos, desde donde crece cada pelo de nuestro cuerpo
- La hipodermis está formada por células que almacenan la grasa que sirve de reserva energética. En las mujeres, estas células se acumulan en el glúteo y en los muslos, mientras que en los hombres, estas predominan en la zona abdominal.
¿Qué tipos de cáncer se originan en la piel y qué secuelas nos pueden dejar?
El cáncer de piel es el cáncer más frecuente y se origina sobre todo en las partes expuestas al sol de la epidermis, pero no exclusivamente. Los subtipos más habituales son los carcinomas cutáneos (no melanoma) y los melanomas, surgidos de las células que contienen la melanina.
Los carcinomas suelen extirparse fácilmente con cirugía, y en el caso de necesitar tratamiento, suelen responder bien. Al contrario de lo que sucede en los melanomas, no suelen extenderse más abajo de la epidermis y en otras partes del cuerpo. El melanoma es menos frecuente, pero es más agresivo y suele requerir cirugía y quimio o radioterapia.
El cambio principal después de una cirugía para extirpar un tumor en la piel (o interno) es la aparición de cicatrices, de las que hablamos más abajo.
¿Qué alteraciones cutáneas pueden aparecer tras un cáncer?
A continuación, mencionamos las principales alteraciones y consejos para su cura:
Piel seca (xerosis):
se debe a la alteración de la capa de grasa producida por las glándulas sebáceas, sobre todo como consecuencia de la quimioterapia. La desnutrición y deshidratación también aumentan el riesgo de su aparición. Se puede manifestar en alguna de estas formas: piel más áspera y con menos brillo, enrojecimiento e irritación con aparición de heridas, descamación y fisuras. Estas últimas implican más riesgo de infecciones. Consejos:
– Hidratarse, principalmente con agua. Otras bebidas sanas son las infusiones o agua con limón.
– Para la higiene personal: evitar el agua muy caliente; utilizar jabones hidratantes y de pH neutro similar al de la piel; enjabonarse y secarse sin friccionar demasiado con la esponja y la toalla, respectivamente; utilizar lociones y cremas hidratantes para después de la ducha o más veces al día, sin aromas y sin alcohol. El médico puede recomendar la más idónea para cada caso.
– Vestirse preferiblemente con ropa de algodón (también las toallas) y zapatos de piel.
– Ambiente: evitar el sol directo y ambientes muy secos, por ejemplo con calefacción por aire; protegerse con cremas con fotoprotección total; ventilar la habitación periódicamente.
– Sólo en casos extremos, el médico valorará la prescripción de antihistamínicos o corticoides para disminuir los síntomas.
Prurito (picor):
debido, entre otros, a la xerosis, insuficiencia renal o hepática, alteración de la eliminación de la bilis (colestasis), uso de antidepresivos u opiáceos, etc. Consejos:
– Mantener la piel hidratada (ver apartado anterior)
– Evitar rascarse en la medida de lo posible, ya que se pueden producir heridas en la piel; mantener las uñas cortas y utilizar guantes si es necesario
– Minimizar los factores que aumentan el picor, como el alcohol, las especies y la comida picante, la ropa apretada y de lana o tejido sintético, el calor, la sudoración
– Si el picor está localizado y el médico lo indica, aplicar frío
– Sólo en casos de picor generalizado, el médico valorará la prescripción de antihistamínicos y, si persiste, de esteroides, antidepresivos y/o sedantes.
Úlceras en la piel:
debidas a la rotura de la barrera cutánea por la invasión directa del tumor, sobre todo en el cáncer de piel, cabeza y cuello y mama. También se dan como consecuencia del tratamiento (sobre todo en las palmas de las manos y plantas de los pies) y debido a haber estado en la cama durante mucho tiempo sin variar la postura. Consejos:
– Limpiar la úlcera con gasas impregnadas con agua oxigenada y posteriormente, con suero fisiológico. Se pueden usar desinfectantes comerciales como el Betadine®.
– Si se infectan, el médico nos hará los cuidados locales y recetará antibiótico.
– En caso de dolor, se pueden usar analgésicos.
– Si sangran, se debe consultar y acudir al médico presionándolas con una gasa estéril.
Edemas (retención de líquidos):
son acumulaciones de líquido, sobre todo en las piernas y pies, que se sienten como hinchazón y pesadez y provocan también ganancia de peso. Consejos:
– Mantener una dieta equilibrada, rica en líquidos, alimentos diuréticos (espárragos, apio, col, coliflor, etc.) y pobre en grasas. Evitar los alimentos con muchas sales como las bebidas industriales, embutido, conservas, etc.
– Realizar deporte diariamente y mantener elevado el miembro con edema durante el descanso nocturno.
En esta misma sección de la web, se incluyen más consejos nutricionales y de actividad física ligera, moderada e intensa.
– Evitar el calor (saunas, baños calientes, sol), ropa apretada y con tejido sintético,
– Valorar con el médico el uso de guantes, medias y vendas compresivas.
Cicatrices:
es normal que aparezcan después de una cirugía. Un dermatólogo puede mejorar el aspecto de los queloides (crecimiento extra de tejido a la cicatriz) con láser u otros procedimientos. Se debería acudir al cirujano si las cicatrices se hacen más grandes, si no se acaban de cerrar, o si pican o tensan mucho.
Otros cambios muy habituales debidos sobre todo a la terapia son los cambios en las uñas y la aparición de acné. Una visita a un dermatólogo después de finalizar el tratamiento es altamente recomendable para un consejo más personalizado sobre productos cosméticos.
Referencias
- NIH (Instituto Nacional del Cáncer). Cáncer de piel.
- SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica). Alteraciones de la piel.