El cáncer colorrectal es el cáncer más frecuente en la población española. El alivio que provoca su superación muchas veces viene seguido de un temor a la recaída y una preocupación por las secuelas que se pueden derivar.
Seguimiento y revisión después del tratamiento
El seguimiento médico posterior al tratamiento de un cáncer colorrectal permite detectar posibles recurrencias y facilitar que éstas puedan ser tratables. Así pues, es aconsejable hablar con el médico sobre estas visitas de seguimiento. A menudo, el seguimiento de muchas de las personas que han terminado su tratamiento para el cáncer colorrectal se hace en el propio hospital y, más adelante, cuando se obtiene el alta hospitalaria, con el médico de atención primaria.
Así pues, una buena manera de iniciar el periodo de seguimiento podría ser plantear con el médico estas preguntas:
– ¿Cuál es mi riesgo de recurrencia?
– ¿Qué pruebas de seguimiento necesitaré y con qué frecuencia?
– ¿Qué signos y síntomas se deberían observar con atención?
– ¿Dónde se puede obtener más información sobre el seguimiento en función del tipo de tumor tratado y procedimiento médico seguido?
Además, se aconseja a las personas que se estén recuperando de este tipo de cáncer que sigan una serie de pautas de buena salud, como son mantener una alimentación y peso saludable, hacer ejercicio y no fumar.
Posibles secuelas del tratamiento del cáncer colorrectal
La quimioterapia puede tener numerosos efectos adversos, aunque muchos de estos son reversibles y desaparecen una vez finalizado el tratamiento. En cambio, se sabe que el oxaliplatino -uno de los fármacos clásicos utilizados por cáncer colorectal- puede causar lo que se conoce como neurotoxicidad crónica o neuropatía periférica crónica. Esta patología, que afecta sobre todo a las manos y los pies, se puede manifestar con alteraciones sensitivas, dolor y pérdida de fuerza, entre otros síntomas.
Se calcula que el riesgo de sufrir una neuropatía a largo plazo aumenta en función de la dosis de quimioterapia recibida durante el cáncer y hay que ser conscientes de que los síntomas pueden tardar aproximadamente entre 18 meses y 2 años en desaparecer.
Otro de los efectos que pueden aparecer con la quimioterapia es la disminución de un tipo de células de la sangre, llamadas neutrófilos, que recibe el nombre de neutropenia. Esta situación puede hacer que aumente la probabilidad de tener una infección y que, en caso de padecerla, sea más severa. En estos casos, y dependiendo del tipo de infección, se administra un tratamiento específico; tales como antibióticos o antifúngicos, a los que se pueden añadir otros medicamentos que ayuden a aumentar las defensas. Sin embargo, los niveles de glóbulos blancos suelen normalizarse en un periodo corto de tiempo.
Ostomía después del cáncer de colon
En el caso específico de las personas que han sido tratadas de cáncer colorrectal, una de las secuelas importantes que pueden repercutir en su calidad de vida es la necesidad de tener que someterse a una ostomía.
La ostomía es un procedimiento quirúrgico que consiste en comunicar una parte del interior del intestino con el exterior del abdomen, y puede ser necesaria de manera temporal o de por vida. La apertura que se realiza en la piel abdominal de la persona ostomizada se denomina estoma y éste queda cubierto por una bolsa, para poder recolectar las heces. Existen varios tipos de bolsas recolectoras que se utilizan dependiendo del tipo de ostomía y de acuerdo con la necesidad de cada persona.
La adaptación al estoma es un reto importante y se necesita un tiempo para aprender a convivir con ella. Ciertos ámbitos cotidianos podrían verse afectados, pero existen varios recursos y consejos para tratar de reorientarlos:
– Socialización. Nada impide volver a disfrutar de la vida social. Para empezar, se pueden fijar pequeños retos como ir a los servicios públicos, salir a cenar fuera o planificar una salida de fin de semana.
– Relaciones íntimas. El estoma, como cualquier operación, puede afectar a la imagen corporal y la autoestima. La mayoría de las personas ostomizadas pueden reanudar una vida sexual saludable. Es normal sentirse nervioso, por eso hay tomarse con calma y hablarlo con la pareja.
– Trabajo. Antes de reincorporarse a la vida laboral, es necesaria una recuperación y buenas condiciones de salud. Una vez recuperado, no hay ninguna razón por la que no se pueda volver al trabajo. En caso de que la actividad laboral requiera un gran esfuerzo físico, es recomendable utilizar una faja para evitar la aparición de hernias.
– Deporte. Como en muchas otras ocasiones, puede ser recomendable, especialmente la natación. Hay bañadores especiales, aunque no son estrictamente necesarios. En estos casos, hay que tener en cuenta de aplicar la crema solar después de colocar la bolsa, ya que ésta puede impedir la adherencia a la piel del disco que sujeta la bolsa.
– Dieta: Es importante seguir una dieta saludable y equilibrada. Existen algunas recomendaciones, como evitar ciertos alimentos para limitar la producción de gases y detectar los alimentos que no se toleran bien.
– Viajar: No hay limitaciones físicas que impidan viajar a una persona ostomizada. Es importante llevar siempre el material necesario para cambiarse y llevar todo el material (y reservas) en el equipaje de mano. Es recomendable llevar una carta firmada por su médico explicando que lleva material de ostomía.
Superando nuevos retos
En definitiva, como en muchos tipos de cáncer, después de finalizar el tratamiento de cáncer colorrectal, es relativamente normal tener cierto temor a la recaída y cierta preocupación por las posibles secuelas que puedan haber aparecido. Sin embargo, existen una gran cantidad de recursos y estrategias que pueden facilitar la transición hacia una nueva normalidad. Un ejemplo es el testimonio de Bernat, que se puede consultar aquí.
Referencias
- Generalitat de Catalunya. Càncer de còlon i recte.
- American Cancer Society. La vida como supervivent de càncer colorectal.
- Fight Colorectal Cancer. Neuropatia (anglès).
- Ostomia professional.Informació mèdica y de cures d’infermeria.
- Germans Trias i Pujol. Guia educativa del pacient ostomitzat.