Cambios en la imagen corporal, cómo mejorar la autoestima

La imagen corporal es la representación mental que cada persona tiene sobre su propio aspecto físico y como se siente con su propio cuerpo.

 

¿Como puede afectar el cáncer a mi imagen corporal?

 

Las transformaciones físicas y cambios en la imagen corporal como por ejemplo la alopecia, cicatrices o la supresión de algún miembro son algunos de los problemas derivados del cáncer y de sus tratamientos. Estas alteraciones de la propia imagen pueden suponer un trastorno per a las personas que han sufrido un cáncer, por la magnitud de los cambios o por el hecho de no poder adaptarse, sin poder evitar compararse con el aspecto físico previo al tratamiento. Algunas personas pueden sentir como si su cuerpo no les perteneciera, como el consecuente impacto que este hecho puede ejercer en la calidad de vida y autoestima, pudiendo llegar a alterar el estado anímico y generar malestar emocional.

 

 

Cada persona reacciona de forma diferente ante los cambios corporales: a algunas personas les cuesta mucho aceptar los cambios físicos, mientras que por otras no suponen grandes cambios en su personalidad ni en su estilo de vida. Sin embargo, generalmente suponen cierta fuente de malestar y están asociados a un proceso de adaptación, ya que no es posible revertir las alteraciones físicas secundarias al tratamiento, aunque en algunos casos sí que existen algunas técnicas de cirugía estética y reparadora capaces de reconstruir parte de las zonas dañadas, o tratamientos de estética oncológica que permiten paliar sus efectos.

 

Sea como sea, se puede recurrir a diferentes estrategias para mejorar la autoestima. A rasgos generales, hay que centrar los esfuerzos en mejorar como se siente cada persona en su propia piel, en facilitar la adaptación a los cambios funcionales que ha supuesto el tratamiento, restando importancia al aspecto que tenga en sí, o a lo que puedan pensar terceras personas.

 

¿Cómo mejorar la autoestima?

 

Conocer con antelación los cambios que se pueden producir después del cáncer puede disminuir la ansiedad, aumentar la percepción de control y facilitar la adaptación.

 

Después de superar un cáncer, hay personas que pierden interés en hacer actividades de ocio, en las relaciones sociales, sexuales y de pareja, o hasta pueden presentar un estado ansioso o depresivo. Para poder mejorar la autoestima y aumentar la confianza en uno mismo es importante intentar aceptar los cambios funcionales, así como la nueva imagen corporal. Frecuentemente se considera que este proceso de adaptación comprende las diferentes fases del duelo. A lo largo de las diferentes etapas puede resultar útil expresar emociones de frustración, decepción, desesperanza o angustia, para ayudar a mitigar el dolor psíquico.

 

Para conseguir sentirse mejor con uno mismo, se pueden tomar pequeñas medidas para mejorar la autoestima, como tratar de pensar que el cuerpo solo es una pequeña parte de uno mismo. Hay muchas otras facetas que no van a cambiar dejando de lado los cambios de imagen, como la personalidad, las aptitudes, conocimientos, habilidades, etc.

 

Aun así, a veces estos problemas de autoestima e imagen corporal negativa no se pueden superar sin ayuda, y pueden tener un gran impacto en las vidas de las personas que las sufren. Por este motivo, hablar a menudo con una persona de confianza, como un familiar o amigo, sobre los sentimientos que se tienen es un buen inicio y puede ayudar a sentirse mejor. Independientemente de la magnitud de los cambios que se experimentan, la ayuda psicológica puede resultar beneficiosa, especialmente en aquellos casos en que la percepción de uno mismo altera las actividades del día a día. También cabe mencionar que hay muchos grupos de apoyo, como los de las entidades Juntos contra el cáncer, que ofrecen orientación y ayuda psicológica a las personas que han superado un cáncer, buscando bienestar y la calidad de vida emocional y psicológica de estos y de sus familiares.

 

Pequeños consejos

 

La capacidad de superación delante de una adversidad de este tipo muchas veces hace ver la vida desde otra perspectiva, intentando aprovecharla al máximo en todos los sentidos. El hecho de cuidar de uno mismo, tanto desde una perspectiva de salud, nutricional, emocional o incluso estética, puede devenir una forma para reprender la confianza en uno mismo y empezar a sentirse bien con su propio cuerpo de nuevo.

 

Hay algunos cambios físicos se escapan del control y no se pueden cambiar. A pesar de que la repercusión que estos pueden tener en la autoestima, la percepción de uno mismo y las actividades cuotidianas, resulta fundamental aprender a quererse a uno mismo, aceptarse tal y como es, con las limitaciones, pero también con todas las virtudes, ya que la aceptación es la base de la seguridad, la confianza, el amor y la autoestima.

 


Referencias

Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Cáncer e imagen: el duelo corporal.

Rosenberg SM, Tamimi RM, Gelber S, Ruddy KJ, Kereakoglow S, Borges VF, Come SE, Schapira L, Winer EP, Partridge AH. Body image in recently diagnosed young women with early breast cancer. Psychooncology. 2013 Aug;22(8):1849-55.

Lozano-Arrazola A, Cupil-Rodríguez AL, Alvarado-Aguilar S, Granados-García M. Impacto psicológico en la imagen corporal de pacientes con cáncer de cabeza y cuello sometidos a cirugías deformantes. Gamo 2011;10(3):156-61.

Miedo a la recaída: uno de los aspectos emocionales más comunes

Miedo a la recaída, miedo de volver a pasar por lo mismo otra vez, miedo de no poder superar nuevamente la enfermedad, miedo de no poder aguantar de nuevo la quimioterapia… Tras finalizar los tratamientos, se puede sentir la amenaza que el cáncer pueda volver a aparecer, especialmente ante las situaciones como las revisiones y controles médicos o ante cualquier dolor o molestia física. Este temor generalmente suele ser mucho mayor cuando se acercan las revisiones médicas o fechas destacadas como la del diagnóstico de la enfermedad o la de finalización de los tratamientos.

 

Esta sensación de incertidumbre y miedo es bastante frecuente entre todos los que han pasado por un cáncer. Es completamente comprensible y aunque es normal y muy frecuente, puede afectar a la calidad de vida.

 

 

 

¿Qué es una recaída?

 

La recaída o recidiva es la reaparición del cáncer después de un período más o menos largo de tiempo sin enfermedad. En función de dónde se localice, la recaída puede ser:

  • Locorregional, es decir, en el mismo lugar o zona donde estaba localizado el tumor de origen.
  • A distancia o metástasis, aparece en una parte u órgano diferente al del tumor de origen.

 

¿Por qué es tan frecuente el miedo a la recaída entre los que han superado un cáncer?

 

Puede que el miedo sea mayor por la agresividad y complejidad de los tratamientos recibidos para curar el cáncer. El tratamiento del cáncer es multidisciplinar, es decir, diferentes modalidades terapéuticas (cirugía, radioterapia, quimioterapia, etc.) que se combinan, a veces durante un largo espacio de tiempo, para proporcionar un plan de tratamiento más adecuado que permita aumentar las posibilidades de curación de la enfermedad.

 

Sin embargo, la posibilidad de la recaída existe y, aunque el miedo no debe paralizar ni anular la vida ni el futuro, es importante que se sepan ciertas cosas. Hay que saber que, si la enfermedad reaparece, se puede volver a tratar. Cada vez se conoce más la evolución del cáncer, y este conocimiento junto con las revisiones médicas periódicas, facilitan el diagnóstico precoz de la recaída, su tratamiento más rápido y eficaz. La comunicación y apoyo con los especialistas puede ayudar en gran medida a afrontar esta situación.

 

¿El miedo a la recaída durará siempre?

 

Muchas personas que han superado un cáncer explican que a medida que pasa el tiempo, el miedo a la recaída del cáncer disminuye y que cada vez piensan menos en la enfermedad. Sin embargo, incluso años después del tratamiento, algunas situaciones, cosas o momentos pueden hacer que uno se preocupe más.

 

Deberá pasar un tiempo para recuperar la confianza en uno mismo y poder afrontar estas situaciones sin tanta dificultad. Pero incluso después de varios años, este miedo puede volver a aparecer y hacer que uno se sienta mal. No hay que culpabilizarse por esta emoción, es humana y natural, se puede ser feliz teniendo estas emociones y llevar una vida totalmente normal, todo depende del caso que se le haga a este temor.

Hay que aceptar el miedo a la posible recaída y tratar que este miedo no impida centrarse en el presente.

 

¿Cuándo tengo que pedir ayuda?

 

Cada persona afrontará esta situación y el miedo a la recaída de una manera diferente. Pero si le preocupa continuamente y nota que le impide continuar con su vida cotidiana porque le hace sufrir demasiado, pida ayuda. Sin duda, un profesional especializado podrá ayudarle a gestionar esta situación de miedo e incertidumbre.

 

En un estudio clínico, la intervención psicológica disminuyó sustancialmente el miedo a la recaída. Tanto la ansiedad general como la angustia específica por cáncer o la calidad de vida fueron mejores en las personas sometidas a esta intervención psicológica inmediatamente después del tratamiento. Si se desea, se pueden consultar los servicios de apoyo psicooncológico que ofrecen las entidades de la FECEC, juntos contra el cáncer, donde se proporciona orientación y apoyo psicológico para conseguir una mejor calidad de vida después del cáncer.

 

No hay que olvidar que, aunque se haya tenido cáncer, se pueden volver a tener resfriados, gripes, molestias o dolor de cabeza. Así que la mayoría de los síntomas que se tendrán serán debidos a estas enfermedades que no están relacionadas con el cáncer. Sin embargo, si se tiene algún dolor, síntoma o molestia que preocupa especialmente, no debe dudar en dirigirse a los profesionales sanitarios, ellos entenderán la preocupación y temor, y sabrán mejor lo que está pasando.

 


Referencias

Curados de cáncer (2013). Miedo a la recaída.

El Mundo (2016). El miedo a la recaída no desaparece en los pacientes con cáncer.

El medico interactivo (2017). Diseñan un programa para reducir el miedo a la recaída tras el cáncer.

 

Buscando el embarazo después del cáncer

 

Algunos tipos de cáncer y diversos tratamientos para tratarlo pueden causar infertilidad o efectos negativos sobre la fertilidad. Sin embargo, dependiendo de la edad, el tipo de tratamiento y el tiempo transcurrido desde el tratamiento, es posible tener hijos. Se recomienda que las mujeres que desean tener hijos después de superar un cáncer vean a un especialista en reproducción, que va a determinar su nivel de fertilidad mediante pruebas hormonalesecografías.

La infertilidad en las mujeres después del cáncer

La infertilidad en las mujeres se puede dar por problemas en diferentes etapas del ciclo reproductivo. Es posible que no se disponga de una reserva suficiente de óvulos sanos o el sistema reproductivo esté dañado. También se pueden presentar dificultades en la implantación de un óvulo fecundado o en el curso del embarazo, especialmente en el primer trimestre. Si no es posible concebir naturalmente, es importante determinar cuál es la etapa del proceso reproductivo que presenta dificultades, puesto que las soluciones variarán dependiendo del origen del problema.

El ciclo menstrual: antes y después

Generalmente, las mujeres que mantienen la menstruación después del tratamiento del cáncer pueden quedarse embarazadas, aunque tener la menstruación no necesariamente significa ser fértil. En algunas mujeres, el tratamiento del cáncer conduce a la ausencia de la menstruación y que los ovarios fallen de forma precoz (antes de los 40 años): es la llamada menopausia precoz, que causa infertilidad permanente. En otras mujeres el período menstrual se detiene durante el tratamiento, pero vuelve más adelante.

Más allá de la presencia o ausencia del período, el tratamiento del cáncer puede haber tenido un impacto en diferentes aspectos del ciclo menstrual: es común tener ciclos más largos o más cortos, y muchas mujeres explican que sus reglas han cambiado en comparación con antes de la enfermedad, tanto en regularidad como en la abundancia del flujo menstrual. Como norma general, estas alteraciones del ciclo generalmente no tienen ningún impacto negativo en la capacidad reproductiva, por lo que no es necesario dar mayor importancia si el especialista no lo considera preocupante.

¿Es seguro el embarazo después del tratamiento?

Como norma general, el embarazo después del tratamiento de cáncer es seguro para la madre y el bebé. Estudios recientes muestran el embarazo no aumenta la reincidencia del cáncer. Aun así, dependiendo del tipo de cáncer, etapa o tipo de tratamiento recibido, en algunas mujeres se aconseja esperar un tiempo antes de intentar ser madres (entre seis meses y algunos años); ya sea por los posibles efectos adversos del tratamiento (quimioterapia, radioterapia) o por la posibilidad de una recaída.

Embarazo natural y técnicas de reproducción asistida

Para quedarse embarazada de forma natural (sin la ayuda de la reproducción asistida) se necesita al menos un ovario con suficientes óvulos sanos, una trompa de Falopio y un útero sano, y niveles hormonales óptimos. Si no se tiene alguna de estas características, o si el padre biológico presenta problemas de infertilidad, se pude recurrir a técnicas de reproducción asistida.

Antes del tratamiento

En caso de que el tratamiento contra el cáncer suponga una amenaza para la fertilidad, y siempre que sea posible, el especialista puede ofrecer varias opciones para preservar la fertilidad antes de iniciar tratamiento.

  • Congelación de embriones.La congelación de embriones es la técnica mediante la cual se preservan los embriones obtenidos por fertilización in vitrofertilizados con espermatozoides de la pareja o un donante. La ventaja de esta técnica es que la supervivencia de los embriones después de la congelación es muy alta, entre 40 y 90%, lo que es la opción asociada a mayores posibilidades de éxito. Sin embargo, es necesario hacer una estimulación ovárica previa, que puede demorar el inicio del tratamiento de 4 a 6 semanas.
  • Congelación de óvulos (ovocitos). Al contrario de lo que ocurre con la congelación de embriones o espermatozoides, que está muy extendido, los óvulos tienen características que hacen muy difícil su congelaciónde manera viable si no han sido fertilizados. De hecho, esta todavía se considera una técnica experimental, aunque se han obtenido resultados prometedores con un nuevo procedimiento de congelación rápida: la vitrificación. Para poder congelar ovocitos también debe someterse a un tratamiento de estimulación hormonal antes de la extracción.
  • Congelación de tejido ovárico. En aquellos casos en que el riesgo de pérdida de la fertilidad es alto, no se dispone de tiempo para hacer el tratamiento hormonalo no se puede hacer porque está contraindicado, se puede plantear la posibilidad de congelar tejido ovárico directamente. Después del tratamiento contra el cáncer se implanta de nuevo tejido ovárico extraído, y se puede conseguir un embarazo natural o por otras técnicas de reproducción asistida.
  • Técnicas quirúrgicas. Son aquellas que protegen el útero o los ovariosde los efectos nocivos del tratamiento contra el cáncer. En esta categoría se encuentran procedimientos como traquelectomia, que consiste en la extirpación del cuello del útero en el cáncer de cérvix, o la transposición ovárica, que consiste en la reubicación del ovario en el abdomen, para permitir el tratamiento de la zona pélvica con radiación sin causar daños.

Además, en algunos casos es posible la combinación de varias de las técnicas descritas para aumentar las probabilidades de éxito.

Durante el tratamiento

El tratamiento con hormonas liberadoras de la gonadotropina (aGnRH) es una terapia experimental de la que no se ha probado completamente su eficacia. Hay estudios que demuestran su efecto protector de la fertilidad durante el tratamiento con quimioterapia, pero no sé conoce el mecanismo ni los efectos que puede tener a largo plazo.

Después del tratamiento

Si no ha sido posible llevar a cabo ninguna de estas técnicas antes que someterse al tratamiento, y si el médico considera segura la gestación, es posible conseguir quedarse embarazada mediante óvulos o embriones procedentes de donantes.

  • Fertilización in vitroConsiste en fecundar el ovocito artificialmente en un laboratorio. Se puede realizar incubando juntos el ovocito con el espermatozoide en una placa de cultivoo bien introduciendo un espermatozoide dentro de cada óvulo mediante una microinyección. Esta técnica está indicada cuando se ha hecho tratamiento de preservación de fertilidad o también en caso de recurrir a ovocitos de un donante.
  • Donación de ovocitos. En los casos en que no se conserve la función ováricapero sí sea posible llevar a cabo la gestación, se puede recurrir a óvulos de una donante. La donación de óvulos en España es anónima, de manera que la donante y la receptora no pueden conocerse. Las donantes reciben una compensación económica por las molestias de los viajes, tiempo gastado y riesgos sanitarios, y reciben un análisis exhaustivo de enfermedades hereditarias, infecciosas y mentales. Los ovocitos son fecundados utilizando la FIV y se implantan en el útero de la madre. Antes de la transferencia de embriones, se realiza un tratamiento hormonal a la receptora para asegurar que el revestimiento del útero sea óptimo para la implantación, y así asegurar el éxito de la técnica.
  • Donación de embriones. Muchas parejas que se someten a FIV donan los embriones que no se necesitan, ya que para optimizar el proceso se fecundan varios óvulosque a menudo no acaban utilizándose. Estos embriones se pueden implantar en un útero sano para conseguir un embarazo. En estos casos, también se realiza un tratamiento hormonal para la preparación del endometrio de la madre, similar al que se hace con la donación de óvulos.

También se pueden considerar otras alternativas para formar una familia, incluyendo la adopción o el acogimiento.

Muchas mujeres que han tenido cáncer se ven obligadas a posponer su deseo de ser madres hasta después del tratamiento. Quedarse embarazada es una decisión importante, y es esencial hacerlo con todas las claves para que el embarazo sea seguro para el bebé y la madre. El ginecólogo u obstetra es el profesional médico que puede aconsejar en estos casos, haciendo un acompañamiento durante el proceso, ayudando a determinar el momento adecuado para hacerlo e informar sobre los posibles riesgos del embarazo y el parto.

Además, hay asociaciones como Baby Beatles , fundada por el Teresa Ferreiro , que ayuda a mujeres sin recursos a hacer realidad su deseo de ser madres después del cáncer de mama.


Referencias

Manau D, 2015. Preservación de la fertilidad en la paciente oncológica.

LIVESTRONG. 2014. “LIVESTRONG Fertilidad.” http://assets.livestrong.org/we-can-help/LIVESTRONG-Fertility-Brochure-Spanish.pdf

Bedoschi, Giuliano, and Kutluk Oktay. 2013. Current Approach to Fertility Preservation by Embryo Cryopreservation. Fertility and Sterility 99 (6): 1496–1502.

Y ahora, ¿qué?

Una vez finalizado el tratamiento, es muy común sentir una mezcla de emociones. Por un lado, puede haber las emociones positivas que se desprenden de haber terminado el tratamiento de una forma exitosa, de haber descubierto en uno mismo una fortaleza que no se conocía o de haber forjado relaciones más profundas y significativas con la pareja, familiares o amigos. Por otra parte, es muy normal sentirse desprotegido o que afloren emociones relacionadas con miedos, incertidumbre o ansiedad.

Descubrir una nueva normalidad

Los cambios que muchas personas pueden experimentar con su cuerpo están relacionados con el tipo de cáncer y el tratamiento que han seguido, pero es importante recordar que no hay dos personas iguales: los cambios físicos y las secuelas pueden variar enormemente entre una persona y otra, incluso en casos donde el tipo de cáncer y el tratamiento son los mismos.

Cada persona es un mundo y cada uno reacciona de una manera completamente diferente. Es muy posible que el tiempo ayude a algunas personas a ajustarse a lo que sienten. Sin embargo, a veces el tiempo no es suficiente y es posible necesitar ayuda externa. Es importante entender que no hay un retorno a la normalidad ya que se tiene que redescubrir y redefinir la propia normalidad, que puede no ser la misma que antes del tratamiento.

Necesidades de las personas que han finalizado el tratamiento

Recientemente, la Federació Catalana d’Entitats contra el Càncer (FECEC) publicó un estudio sobre la experiencia de las personas que han sobrevivido un cáncer. Este estudio mostró como, en finalizar el tratamiento, los supervivientes tienden a sentir, más que felicidad, una mezcla de desesperanza y abandono. Al finalizar la fase activa de tratamiento contra la enfermedad, todas las fuerzas y la energía focalizadas hacia la curación quedan en segundo plano, siendo reemplazadas por una sensación de soledad y desprotección. Por otro lado, crece gradualmente la aceptación como persona superviviente, y muchas personas experimentan un cambio de los valores personales, restableciendo sus prioridades personales y su forma de vivir la vida, a pesar de la incertidumbre de que la enfermedad pueda volver.

Otro elemento de interés es el cambio en las relaciones interpersonales. Los supervivientes suelen hablar de cómo, durante la enfermedad, la gente de su entorno tiende a adoptar una actitud protectora y de apoyo. En algunos casos, sin embargo, una vez finalizado el tratamiento las personas afectadas sienten que se les exige una vuelta a la normalidad inmediata, obviando el hecho de que, a pesar de haber terminado la fase más activa del tratamiento, no han terminado las consecuencias de la enfermedad. Las relaciones interpersonales cambian mucho durante la fase de tratamiento de la enfermedad y posteriormente en la recuperación. Muchas veces, la enfermedad contribuye a fortalecer estos vínculos, pero en otras la relación con amigos, familiares o pareja puede terminar cambiando, hasta el punto de debilitarse o romperse.

Los resultados recogidos en el informe de la FECEC, fueron consistentes con los de otros estudios mayoritarios, como el publicado por la Iniciativa Nacional de Supervivencia del Cáncer del Reino Unido, el Instituto Nacional de Salud de EE.UU., o de otros a nivel nacional. Por ejemplo, según un informe realizado por el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) sobre las necesidades los supervivientes de cáncer, hay una serie de temas que tienen un gran impacto en la calidad de vida de la gente que los sufre:

Todos estos datos evidencian la existencia de una serie de obstáculos muy presentes en el día a día de las personas después del tratamiento contra el cáncer, y ponen de manifiesto la necesidad que estas dificultades sean dirigidas, atendiendo y dando respuesta a todas las necesidades no cubiertas.

 

Referencias

Federació Catalana d’Entitats contra el Càncer (FECEC) (2014). Millorar l’experiència dels supervivents de càncer a Catalunya.

Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) (2012). Informe sobre las necesidades de los supervivientes de cáncer (Informe).

National Cancer Institute (2014). Facing forward. Life after cancer treatment.

Livestrong (2016). Emotions After Cancer Treatment (web).

Entendiendo los datos de supervivencia

Cuando hablamos de cáncer, resulta impreciso utilizar el término curación, ya que a veces pueden quedar algunas células cancerosas sin detectar. Es por eso que los expertos utilizan los llamados datos de supervivencia, que miden los porcentajes de personas con un determinado tipo de cáncer que sobreviven un período de tiempo predefinido, normalmente 1, 2 o 5 años.

¿Qué son los porcentajes de supervivencia?

El término científico «supervivencia», sin embargo, no sólo sirve para hacer una estimación de la mortalidad (como es el caso de la llamada supervivencia global), sino que puede medir el tiempo que transcurre, de media, hasta cualquier evento. Así pues, cuando se mide el tiempo hasta una recaída hablamos de supervivencia libre de recaída y, de manera similar, el tiempo hasta el crecimiento del tumor determina la supervivencia libre de progresión. Estos datos sirven tanto para hacer una aproximación a un pronóstico como para estudiar la eficacia de diferentes tratamientos nuevos, en el contexto de los ensayos clínicos.

Datos de supervivencia en Cataluña

Se calcula que el año 2016 se diagnosticaron 38.500 casos de cáncer en Cataluña, excluyendo los cánceres de piel no melanoma, que son el tipo más abundante. Además, la incidencia del cáncer sigue teniendo una tendencia al alza, pues en 5 años se ha observado un incremento del 8 %. Por otra parte, también se ha observado un aumento en las tasas de supervivencia. La Generalitat de Cataluña publicó a principios de 2017 que la supervivencia a 5 años pasó de ser del 50,2 % al 57,3 % en un periodo de 10 años. La disminución de la mortalidad asociada al cáncer puede explicarse por mejoras asistenciales, la aprobación de nuevos tratamientos y las estrategias de cribado y detección precoz, como los programas de detección precoz de cáncer de mama, colorrectal y de próstata.

Evolución de la supervivencia a escala mundial

El incremento en la supervivencia no es un fenómeno exclusivo de Cataluña, sino que también se ha podido observar una progresión similar en España e incluso a escala mundial. Aunque no es posible saber con exactitud el número de personas que conviven con un diagnóstico de cáncer en todo el mundo, los diferentes registros nacionales permiten hacer estimaciones, que sitúan esta cifra en torno a los 28,8 millones de personas.

Esta tendencia al alza evidencia un cambio de paradigma y pone de manifiesto la necesidad de concebir y abordar el cáncer desde la perspectiva de una enfermedad crónica. Así pues, algunos expertos consideran que, más que la remisión total, el objetivo terapéutico debería ser mantener el cáncer estable, controlando la progresión, por lo que la convivencia con la enfermedad no repercuta en la esperanza de vida ni implique una disminución significativa de la calidad de vida.

Por otra parte, el creciente número de personas que superan o conviven con el cáncer contrasta con la falta de recursos dirigidos a mejorar la experiencia de los supervivientes: en este desequilibrio reside, precisamente, la razón de ser de esta página web.

Referencias

Federació Catalana d’Entitats Contra el Càncer (FECEC) (2014). Millorar l’experiència dels supervivents de càncer a Catalunya.

Registre del càncer a Catalunya, Pla Director d’Oncologia (2016). El Càncer a Catalunya (monografia).

Departament de Salut, Generalitat de Catalunya (2017). La supervivència a un càncer a Catalunya creix un 7% en deu anys (nota de premsa).