Problemas de visión: consejos y recomendaciones

Introducción

El ojo es uno de los órganos de nuestro cuerpo que nos permite percibir la realidad de nuestro entorno a través de imágenes, que procesa y envía al cerebro. Para realizar esta función, el globo ocular está dotado de un sistema óptico que se asemeja al de una cámara fotográfica. Gracias a él, la luz reflejada en los objetos penetra a través de nuestra córnea, que es transparente, pasa a través del cristalino y el humor vítreo, para llegar finalmente a la retina, donde se procesan las imágenes, que son enviadas al cerebro a través del nervio óptico.

La pupila se encarga de regular la entrada de luz al interior del ojo, mientras que el cristalino actúa como una lente que permite enfocar los objetos, proyectando las imágenes sobre la retina. Es esencial que todas las partes funcionen de forma correcta, para poder observar nítidamente aquello que nos rodea, pero es frecuente que se presenten problemas oftalmológicos cuyas causas pueden ser múltiples.

 

Figura 1: Partes del ojo. Imagen adaptada a partir de: https://www.visiondirect.es/ojo-humano

Problemas oftalmológicos derivados de tratamientos oncológicos

En ocasiones, los tratamientos contra el cáncer pueden provocar secuelas y efectos secundarios a largo plazo, que se dejan notar incluso un tiempo después de haber concluido el tratamiento y superado la enfermedad. La mayoría de ellos son leves y transitorios, y los demás tienen solución a través de su detección y tratamiento. Existen múltiples efectos tardíos que pueden aparecer tras un tratamiento oncológico, y dependen del tipo de tratamiento utilizado, pero varían de una persona a otra.

Quimioterapia

 La quimioterapia se basa en la utilización de fármacos para destruir las células cancerosas, pero también puede afectar a otras células “sanas” e impedirles realizar correctamente su función. Concretamente, a nivel oftalmológico, puede afectar a diversas estructuras oculares, pudiendo causar:

  • Síndrome de ojo seco: Se produce cuando los ojos no son capaces de producir suficientes lágrimas para mantener la superficie ocular lo suficientemente húmeda, o estas lágrimas no contienen todas las sustancias necesarias para la correcta lubricación del ojo. En especial, las personas que se han sometido a tratamientos oncológicos pueden padecer una insuficiente hidratación ocular, por lo que se recomienda el uso de algún tratamiento (bajo supervisión médica) que la favorezca.
  • Cataratas: El cristalino es una de las estructuras que más se ve afectada por la quimioterapia, puesto que este tipo de fármacos pueden producir la pérdida de transparencia de dicha estructura, como por ejemplo los corticoesteroides. Afortunadamente, se trata de una enfermedad reversible mediante su extracción y sustitución por una lente intraocular.
  • Afectaciones de retina o nervio óptico: La retina es la zona del globo ocular donde se transforman los estímulos de luz en impulsos nerviosos, y se trata de un área muy sensible al tratamiento. Además, la quimioterapia puede causar aumento de presión ocular, lo que puede llegar a dañar el nervio óptico y causar problemas de visión.

Radioterapia

Cuando se aplica radioterapia en el tratamiento de tumores de cabeza o cuello, puede llegar a afectar a las estructuras oculares de forma inevitable, produciéndose diferentes daños:

  • Conjuntivitis: Se caracteriza por una inflamación de la conjuntiva, una membrana que cubre el globo ocular de forma parcial. Puede causar dolor ocular, sensación de cuerpo extraño y visión borrosa.
  • Problemas cutáneos en los párpados: La radioterapia puede producir sequedad en la piel de los párpados e inflamación, llegando incluso a la caída de las pestañas y el mal funcionamiento del párpado.
  • Inflamaciones en la córnea: Es una de las estructuras oculares más sensibles a la radiación, por ser una de las más expuestas. Se pueden desencadenar úlceras, opacificación o necrosis.

Adicionalmente, la radioterapia puede producir cataratas, inflamación del nervio óptico (neuritis óptica), inflamaciones y afectaciones vasculares de la retina (retinitis, edema macular, etc).

Hormonoterapia

Algunos tipos de cáncer, como el cáncer de mama, requieren tratamiento a largo plazo con hormonas para reducir su riesgo de recurrencia. En este tipo de tratamientos existe cierto riesgo de desarrollar problemas oculares, pero suelen ser leves. El tamoxifeno, uno de los fármacos hormonales más conocidos, puede provocar cataratas, ojos llorosos y otras alteraciones visuales.

Recomendaciones para las afecciones oculares después del cáncer: consejos para tratar algunos síntomas

Afortunadamente, existen soluciones eficaces en caso de que aparezca algún problema de visión tras el tratamiento del cáncer. Ante los primeros síntomas en los ojos o en la visión, es muy recomendable informar a tu médico y no utilizar ningún medicamento y/o colirio sin su supervisión.

Para algunas afecciones leves, como puede ser el síndrome del ojo seco, se recomienda parpadear frecuentemente, especialmente si se pasa mucho tiempo enfrente a un monitor. Además, las lentes de contacto pueden contribuir a la sequedad ocular, por tanto es preferible el uso de gafas.

Por otro lado, para prevenir la aparición de conjuntivitis u otra infección ocular, es recomendable evitar frotarse los ojos, y en caso necesario, lavarse las manos antes de hacerlo. En caso de problemas cutáneos en los párpados, puede ser eficaz el uso de colirios, o cremas oftalmológicas para calmar la inflamación. Adicionalmente, se podría utilizar una compresa tibia para aliviar el posible dolor y eliminar la costra si apareciese.

Si aparecen problemas más graves que dificulten la visión, como pueden ser las cataratas, existe la posibilidad de extraer el cristalino mediante una operación quirúrgica, para colocar uno artificial y así solucionar el problema de visión. Esta decisión debe ser consensuada con su médico.

 

En definitiva, acudir rápidamente a un especialista ante los primeros síntomas en la visión ayudará a prevenir problemas más graves, especialmente cuando aparecen algunos de los siguientes:

  • Visión borrosa
  • Visión apagada donde los colores no son tan brillantes como de costumbre.
  • Visión de halos alrededor de las luces
  • Visión brumosa
  • Visión menos clara de lo habitual
  • Pérdida de áreas de visión
  • Dolores de cabeza

Importancia de las revisiones oftalmológicas después del tratamiento

 En el caso de que se haya utilizado un tratamiento con efectos colaterales oculares, como pueden ser los arriba descritos, se deberían realizar controles oftalmológicos periódicos, incluso después de haber finalizado el tratamiento. De cara a anticipar problemas oculares futuros, o tratar los ya existentes, se deben programar citas regulares (según le indique su médico) con un oftalmólogo.

 


Referencias

Innova Ocular. El ojo humano.

Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Hormonoterapia o tratamiento hormonal.

Innova Ocular. El tratamiento contra el cáncer y efectos secundarios en la vista.

American Society of Clinical Oncology. Efectos secundarios a largo plazo del tratamiento del cáncer.

Vanesa Blázquez Sánchez. Efectos secundarios de la radioterapia a nivel ocular.

Chemocare. Eye problems.

Cancer Research UK. Your eyes and cancer drugs.

BreastCancer.org. Trastornos oculares y de la vista.

 

Efectos tardíos del cáncer y su tratamiento

Es posible que un tiempo después de haber terminado con el tratamiento para el cáncer, algunas personas empiecen a notar efectos derivados, lo que les puede crear una sensación de frustración tras haber pasado por la enfermedad, además de aumentar el miedo a posibles recaídas.

Durante el tratamiento del cáncer, son de sobra conocidos los posibles efectos secundarios en el paciente. Pero estos tratamientos pueden causar también efectos secundarios que pueden no aparecer en meses o años después de haber sido sometido a estas terapias. Es importante saber que muchos de estos efectos se pueden controlar y tratar.

Tipo de efectos tardíos del cáncer y su tratamiento y causas

Los tipos de efectos tardíos que pueden aparecer dependen tanto de la enfermedad, como del tipo de tratamiento que cada persona haya superado. Además, hay que tener en cuenta que, como que cada uno es diferente, dos personas tratadas con los mismos fármacos para la misma enfermedad pueden tener efectos tardíos diferentes.

De forma resumida, la quimioterapia, la radioterapia, la cirugía y las otras terapias contra el cáncer pueden causar diferentes tipos de efectos tardíos, entre los que podemos encontrar:

  • Disminución de la masa ósea.
  • Cambios en el cerebro. Algunos de estos cambios pueden implicar falta de memoria, problemas de concentración o personalidad, o problemas del movimiento y del procesamiento de la información.
  • Cambios en el sistema endocrino como menopausia precoz, afectaciones a la fertilidad, hipotiroidismo y aumento de peso.
  • Problemas oculares como visión borrosa o doble, sensibilidad a la luz o problemas de visión nocturna.
  • Problemas auditivos.
  • Problemas cardiovasculares.
  • Cambios en las articulaciones que pueden provocar falta de movimiento en las articulaciones.
  • Problemas pulmonares como problemas en la respiración, fiebre, tos seca, congestión y sensación de fatiga.
  • Linfedema, que se puede desarrollar si parte del sistema linfático se ve afectado en la extirpación de ganglios o radioterapia, causando inflamación.
  • Cambios en la boca como boca seca o caries.

¿Cuándo pueden aparecer estos efectos?

Partiendo de la base de que no todas las personas que han superado un cáncer pueden notar los mismos efectos tardíos, también hay que recalcar que podría pasar que no se experimentara ninguno de estos a largo plazo o no se experimentaran nuevos. Así pues, la probabilidad y el momento en que pueden aparecer estos efectos tardíos no deseados también dependerá del tipo de cáncer que se haya tratado, como se ha tenido que tratar y la dosis que se haya requerido administrar y, como es lógico, también del estado de salud general de la persona y de otros aspectos que puedan influir.

Efectos tardíos del cáncer infantil

El caso de los niños que han sufrido un cáncer es una situación particular ya que, debido a su edad y que están en proceso de crecimiento, pueden aparecer algunos efectos tardíos que no son tan comunes en las personas de edad adulta que han atravesado una situación similar.

Así pues, en estos casos, podrían aparecer de forma más específica las siguientes secuelas tardías:

  • Problemas en el aprendizaje: normalmente pueden tratarse de problemas de memoria, capacidad de procesamiento de la información y sobre la capacidad de hacer varias tareas a la vez.
  • Crecimiento anormal de los huesos: algunos niños podrían tener un crecimiento más lento de lo habitual o bien que su crecimiento se detenga antes.
  • Problemas hormonales: aparte del crecimiento más lento, algunos tratamientos pueden hacer que el niño o niña llegue a la pubertad más tarde.
  • Problemas dentales: pueden existir casos donde aparezca un cierto retraso en el crecimiento de los dientes o la falta de alguna pieza dental.
  • Problemas emocionales: la ansiedad, la depresión y el miedo a la recaída pueden aparecer tiempo después de que un niño haya superado el tratamiento de un cáncer. Esto puede incluso derivar hacia sufrir ciertas fobias y que estas personas tiendan a evitar a los médicos y los entornos hospitalarios en la edad adulta.

Control y prevención de los efectos tardíos

Con el objetivo de mitigar, pero también de prevenir, estos efectos tardíos, son importantes los controles médicos periódicos ya que, cuanto antes se detecten estos efectos tardíos, antes se podrán poner medidas. La atención del seguimiento incluye revisar signos y síntomas de los efectos tardíos y la educación de la salud sobre cómo prevenir estos efectos.

Del mismo modo, la calidad de vida de las personas que han superado el tratamiento de un cáncer puede mejorar con comportamientos que promuevan su salud y su bienestar. Una dieta saludable, hacer ejercicio moderado y hacer un seguimiento médico periódico son importantes para intentar evitar problemas de salud relacionados con el tratamiento.

Del mismo modo, es importante obtener información y consultar con un especialista sobre cuáles son los efectos que podrían aparecer después del tratamiento oncológico. Conocer cuáles son los efectos que podrían sufrir ayudará a identificarlos antes y permitir que los profesionales médicos intervengan también con anticipación.


Referencias

Mayo Clinic. Sobrevivientes del càncer: efectos tardíos del tratamiento oncológico.

Cancer.net. Efectos tardíos del cáncer infantil.

Instituto Nacional del cáncer. Efectos secundarios tardíos del tratamiento de cáncer.

Calvo-Escribano C. Efectos tardíos del tratamiento del niño con cáncer. Anales de Pediatria Continuada. 2016 Vol. 4 (1).

KidsHealth. Secuales del cáncer y el tratamiento contra el cáncer.