Consejos alimentarios cuando hay problemas de deglución

La disfagia es una alteración que provoca problemas de deglución, es decir, dificultad para tragar alimentos o líquidos.  Estos problemas pueden tener diversas causas, entre ellas la disfagia derivada de un cáncer, en especial de esófago y cardias, y también los ganglios y tumores mediastinos. Su origen puede ser una secuela física provocada por alguno de los tratamientos, sobre todo la radioterapia y la cirugía. Una de las causas de la disfagia pueden ser los cambios físicos a causa de una cirugía. La cirugía que causa más cambios físicos en la zona es la laringectomía. Consiste en la extirpación, total o parcial, de la laringe, lo que causa muchos problemas de deglución.

Consejos para aliviar y tratar los síntomas

Los síntomas suelen comenzar durante el tratamiento y, en ocasiones, pueden llegar a ser crónicos. Cuando se diagnostica un cáncer cercano a la zona de la garganta o el esófago, es recomendable iniciar la terapia para paliar los síntomas incluso antes de padecerlos. De todas formas, el médico valorará lo que es mejor para cada paciente, ya que cada caso es distinto. Algunas de las terapias, ya sean antes, durante, o después del tratamiento, son las siguientes:

 

  • Higiene dental: Mantener una buena higiene dental, en especial después de las comidas. Utilizar un cepillo de cedras suaves.
  • Acudir el logopeda: El logopeda ayuda a las personas a aprender a utilizar los músculos de la boca y de la garganta para tragar de forma más eficiente y evitar los ahogamientos y las arcadas.
  • Productos de saliva artificial: En las farmacias hay productos que producen saliva artificial. Según la persona, el médico puede considerarlo de ayuda.
  • Medicación: El médico puede recetar medicamentos para paliar el dolor y la inflamación si lo ve conveniente. Pueden ser útiles los analgésicos en forma de enjuague bucal, que se utilizan antes de las comidas.
  • Utilizar una sonda de alimentación gástrica: Las sondas son unos tubos de plástico fino que se insertan a través de una pequeña incisión en el abdomen o la nariz, y que llegan hasta el estómago. Es el último recurso y sólo se debe recurrir a él cuando los problemas de deglución impiden llevar una dieta saludable.

Consejos alimentarios

El tipo de alimentos y la manera de comerlos son condicionantes para reducir el dolor y las dificultades para tragar. Os dejamos algunos consejos:

 

  • Comer alimentos blandos, como el yogur. Es muy recomendable hacer purés.
  • Beber mucha agua durante las comidas para facilitar la deglución.
  • Evitar las comidas secas y espesas, como la carne a la plancha o el pan.
  • Añadir salsas a los guisos para evitar la sequedad.
  • Para producir más saliva, masticar chicles o trozos de fruta como naranja o piña. También va bien tomar líquidos ácidos, como zumo de limón.
  • Beber bebidas frías alivia el dolor. Otra opción es deshacer cubitos de hielo en la boca y hacer enjuagues bucales diarios.
  • Mantener una postura erguida para comer o beber.

De todas formas, cada persona es diferente y no a todos les irán bien los mismos alimentos, así que se tiene que ir probando qué es lo que se adapta mejor a cada uno. De la misma manera, no se tiene que perder de vista que, además de blanda y de fácil deglución, la dieta tiene que ser saludable y se tienen que consumir las calorías necesarias. Las personas a las que aun así les cueste mucho tragar, pueden ingerir alimentos con un extra de aporte calórico para reducir el número de ingestas y, en consecuencia, de dolor. Una opción para sumar calorías es añadir aguacate a los batidos.

Para recibir el asesoramiento más adecuado a cada caso, es recomendable acudir al nutricionista, por ejemplo, al Colegio de Dietistas y Nutricionistas de Cataluña.

¿Qué se puede comer?

Dependiendo del grado de los problemas de deglución, la dieta puede ser sólida pero fácil de masticar o sin nada de sólidos.

En conclusión, la disfagia no solo es una secuela molesta, sino que puede conllevar problemas de malnutrición. Es importante acudir a un especialista para que ayude a paliar los síntomas y a informar sobre cómo llevar una dieta sana, completa y adecuada para los problemas de alimentación que se padezcan.

 


Referencias

AECC. Efectos secundarios digestivos.

Cancer.Net. Dificultad para tragar o disfagia.

American Cancer Society. Vida después del diagnóstico de cáncer de orofaringe y de cavidad oral.

Memorial Sloan Kettering Cancer Center. Guía alimenticia de comidas en puré y dietas blandas de fácil masticación.

 

Recomendaciones alimentarias para las secuelas digestivas

En ocasiones, las personas que han padecido cáncer, y en especial las que han sufrido algún tipo de cáncer relacionado con el aparato digestivo, pueden padecer secuelas a largo plazo a nivel gastrointestinal.

Seguir algunas pautas alimentarias adaptadas a cada dolencia, puede ayudarle a que sus efectos sean menos intensos e incluso a que estos desaparezcan.

Funcionamiento del aparato digestivo

El aparato digestivo es el encargado de procesar los alimentos que ingerimos de forma que nuestro organismo pueda beneficiarse de los nutrientes que estos contienen (vitaminas, minerales, carbohidratos, grasas, proteínas y agua), mientras se eliminan los deshechos producidos.

El tubo gastrointestinal está formado por el estómago y los intestinos (Figura 1). Los alimentos, pasan de la boca al esófago a través de la garganta, llegando así al estómago donde tiene lugar, en su mayor parte, el proceso de la digestión. Una vez los alimentos están parcialmente digeridos, llegan al intestino delgado, donde se produce la absorción de nutrientes hacia el torrente sanguíneo a lo largo de sus, aproximadamente, 7 metros de longitud. Los productos no absorbidos, llegan al intestino grueso, donde se produce la absorción de agua y se eliminan, a través del ano, los desechos del proceso.

Impacto gastrointestinal del cáncer y/o su tratamiento a largo plazo

Las complicaciones gastrointestinales son habituales en los pacientes con cáncer, y no se encuentran limitadas solo a los pacientes que desarrollan tumores en el tubo digestivo. Estos síntomas, que pueden aparecer durante la enfermedad, pueden deberse tanto al daño que produce el propio cáncer en los tejidos gastrointestinales, como a los efectos secundarios del tratamiento utilizado. Tanto la radioterapia localizada, como la quimioterapia o la cirugía, son tratamientos agresivos que pueden producir síntomas digestivos.

En muchas ocasiones, dichos síntomas desaparecen una vez superado el cáncer y concluido el tratamiento, pero otros pueden permanecer. Los síntomas digestivos más comunes a largo plazo pueden ser:

Ocurre cuando las evacuaciones intestinales son difíciles o tienen lugar con menos frecuencia, debido al movimiento más lento de lo habitual de la materia fecal a través del intestino grueso. Cuanto más tiempo se demora la materia fecal en recorrer el intestino grueso, más líquido pierde y se vuelve más seca y dura. Entre las causas más comunes destacan ciertos medicamentos, cambios en la alimentación, no tomar suficientes líquidos o realizar menos actividad física, y por supuesto, posibles secuelas físicas del cáncer, como cicatrices debidas a radioterapia o cirugía, etc.

Puede producirse como consecuencia de otras complicaciones digestivas más graves. Son frecuentes durante el tratamiento, pero también pueden darse a largo plazo. En algunas personas, pueden tener un componente psicológico, por lo que pueden resultar útiles ciertas técnicas de relajación.

La diarrea consiste en evacuaciones intestinales frecuentes sueltas y aguadas. Cuando este síntoma se extiende por un periodo superior a 2 meses se denomina diarrea crónica. Las principales causas de la diarrea crónica pueden ser la tensión o ansiedad, o ciertas secuelas intestinales tras el cáncer. Puede producir riesgo de deshidratación, por lo tanto es importante que contacte con su médico.

  • Estenosis

Se trata de la disminución del diámetro del intestino que ocurre normalmente como consecuencia de procesos de inflamación intestinal. Puede producir obstrucción, y por lo tanto bloqueo de la masa fecal. Algunos síntomas comunes pueden ser el dolor en el abdomen, náuseas y vómitos, estreñimiento…

¿Qué puedo hacer? Recomendaciones alimentarias

Además de unas recomendaciones dietéticas generales que pueden ser útiles para cualquier persona que haya sufrido un cáncer, existen medidas específicas para las complicaciones gastrointestinales más frecuentes mencionadas anteriormente:

Se debe tratar de prevenir el estreñimiento, en lugar de aliviarlo. Es importante tomar medidas de forma inmediata, con el fin de que no se produzcan dolencias más graves, como la impactación fecal. Con este fin, puede llevar a cabo las siguientes medidas:

  • Beber líquidos de forma abundante a lo largo del día (2 litros).
  • Tomar alimentos ricos en fibra como pan o arroz integral, legumbres, frutas, verduras, frutos secos…
  • Una bebida tibia o caliente media hora antes de la evacuación puede favorecer el proceso.

 

  • Nauseas y vómitos

Existen ciertas recomendaciones que pueden ayudar a prevenirlas, aunque en ocasiones puede ser útil emplear ansiolíticos (siempre bajo supervisión médica) y técnicas de relajación que ayuden a reducir el nivel general de ansiedad:

  • Repartir la comida en pequeñas cantidades (5-6 veces al día).
  • Es aconsejable tomar las comidas a temperatura ambiente o frescas, no calientes.
  • Evitar comidas ricas en grasas (frituras, salsas, quesos grasos, leche entera, etc.), ya que dificultan la digestión.

 

  • Diarrea crónica

En ocasiones, no es suficiente con implementar cambios en la alimentación para combatir la diarrea crónica, y se necesita utilizar ciertos medicamentos o probióticos (siempre bajo la supervisión de su médico). Sin embargo, algunas recomendaciones en la alimentación podrían ser:

  • Evitar tomar lácteos y derivados.
  • Intentar ingerir los alimentos en pequeñas cantidades, desgrasados y fáciles de digerir (arroz o pescado hervido, manzana asada, etc.).
  • Preparar los alimentos cocidos o a la plancha.
  • Evitar comidas con mucha fibra (fruta, verduras, hortalizas o cereales integrales).
  • Eliminarde la dieta las bebidas irritantes como café o bebidas alcohólicas.
  • Evitar alimentos que produzcan flatulencia como legumbres, espinacas, repollo, coliflor y otros.

 

  • Estenosis

 Existen ciertas medidas alimentarias que se pueden adoptar en caso de estenosis:

  • Limitar el número de alimentos con alto contenido en fibra.
  • Repartir la comida en pequeñas cantidades (5-6 veces al día).
  • Cocinar alimentos hervidos o al vapor.
  • Evitar el consumo de cafeína o alcohol.
  • Usar aceite de oliva para cocinar.
  • Beber agua e infusiones separadas de las comidas, en la medida de lo posible.

Seguir recomendaciones específicas de alimentación en caso de que sufra alguna de los síntomas gastrointestinales mencionados puede mejorar de forma notable su calidad de vida. También puede ser aconsejable acudir a un dietista especializado si los síntomas no remiten o son recurrentes, de forma que pueda recomendarle alimentos específicos y pueda elaborar un plan dietético personalizado.


Referencias

Instituto Nacional del Cáncer (NIH). Complicaciones gastrointestinales (PDQ®)–Versión para pacientes.

Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Efectos secundarios digestivos.

Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR). Tumores Digestivos.

Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Efectos secundarios de la quimioterapia.

American Society of Clinical Oncology (ASCO). Obstrucción intestinal u obstrucción gastrointestinal (GI).

Instituto Nacional del Cáncer (NIH). Consejos de alimentación: Antes, durante y después del tratamiento del cáncer.

Dra. Cristina Tejera Pérez y Dr. Diego Bellido Guerrero (Educainflamatoria). ¿Qué recomendaciones nutricionales son adecuadas en caso de estenosis?

 

7 consejos alimenticios para tener en cuenta de cara al otoño

La mayoría de efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer relacionados con la alimentación desaparecen una vez éste finaliza, pero hay algunos como la falta de apetito, la sequedad de boca, el hecho de percibir olores o sabores extraños, tener problemas para tragar o sufrir cambios de peso que pueden persistir durante un tiempo.

Las personas que presenten estos síntomas deberían comentarlo con el especialista para poder establecer una estrategia terapéutica que alivie estas molestias. Una vez las molestias derivadas del tratamiento desaparecen, es frecuente que muchas personas se pregunten qué directrices podrían seguir para comer de una manera sana.

Seguir una dieta equilibrada, basada en unos hábitos de alimentación saludables (link dieta junio), es importante durante todo el año. Sin embargo, hay algunos aspectos como la hidratación, los que hay que prestar especial atención. Además, las vacaciones a menudo conllevan cambios en la rutina, y a la vuelta se deberían reemprender los buenos hábitos.

Por ello hemos elaborado una guía de 7 hábitos saludables de alimentación a seguir de cara al otoño:

 

  1. Hidratación: Es fundamental mantener un estado de hidratación adecuado. Aunque el calor parece estar disminuyendo, seguimos teniendo pérdidas de líquido en forma de sudor, por eso es muy importante la ingesta de agua, frutas y verduras, por ejemplo, en forma de gazpacho o sopas frías.
  2. Dieta mediterránea: Es muy importante seguir un patrón de dieta mediterránea, que se podría resumir en:
    1. Utilizar el aceite de oliva como principal fuente de grasa de adición
    2. Consumir diariamente frutas, verduras, legumbres y alimentos procedentes de los cereales (pan, pasta y arroz, especialmente en su versión integral)
    3. Moderar el consumo de carnes rojas y procesadas, sustituyéndolas por otras fuentes de proteínas como pescado y huevos
    4. Promover la ingesta de alimentos poco procesados ​​y favorecer la de alimentos frescos
    5. Consumir con mucha moderación dulces, pasteles y otros productos de bollería

Se ha demostrado que mantener estos hábitos de alimentación constituye uno de los patrones de alimentación más saludables y ofrece importantes beneficios para la salud, que incluyen la prevención de enfermedades cardiovasculares y de algunos tipos de cáncer.

  1. Consumir frutas y verduras de temporada: De cara al otoño podemos encontrar una gran cantidad de frutas y verduras de temporada que, además de hidratarnos, tienen un contenido bajo en calorías. El momento ideal para tomarlas sería a media mañana o media tarde, cuando se puede recurrir a frutas como las moras, el kiwi, mandarinas o naranjas, todas ellas con un alto contenido de vitamina C, lo que supone una aportación considerable de antioxidantes.
  2. Prescindir de los refrescos azucarados: Aunque son muy útiles para quitar la sed, deberían intentar eliminar este tipo de bebidas de la dieta. Se pueden sustituir por agua (la alternativa más saludable), infusiones sin azúcar o bebidas con edulcorantes que no aporten calorías.
  3. Moderar la ingesta de calorías: Se debería intentar rehuir de comidas copiosas con un gran contenido calórico, para evitar las digestiones pesadas. Es recomendable controlar la cantidad de alimentos de cada comida, utilizando raciones reducidas, aunque se trate de alimentos saludables.
  4. Incorporar frutos secos en la dieta: Son alimentos muy nutritivos, ricos en proteínas, ácidos grasos como el omega 3 y 6, fibra, vitaminas y minerales. Además, también protegen a nuestro organismo de los radicales libres.
  5. Incrementar la actividad física: con el fin de no aumentar de peso, se debería incrementar el gasto calórico. La mejor manera de conseguirlo es mediante la actividad física suave y moderada, practicada de forma regular 4 o 5 veces por semana. El otoño es una buena época para practicar ejercicio suave, aprovechando el clima y que se pueden hacer actividades al aire libre, ya que las temperaturas en el exterior no son tan altas y resultan bastante agradables.

Así pues, aunque es importante mantener una alimentación sana durante todo el año, hay que prestar atención a la vuelta de las vacaciones, ya que es importante recuperar los hábitos saludables. Las personas que tienen una dieta completa y variada pueden ver como poco a poco recuperan la energía y observan mejoras en su fuerza, vitalidad y bienestar general.

 


Referencias

Estruch R, et al. Primary prevention of cardiovascular disease with a
Mediterranean diet. N Engl J Med. 2013 Apr 4;368(14):1279-90.

American Cancer Society, 2015. Nutrition after treatment ends.

El País (2017) ¿Por qué no engordan los frutos secos?.

El papel de la dieta en la recuperación

No hay duda de que la alimentación juega un papel muy importante en la salud de las personas, pero ¿puede influir también en la evolución del cáncer?

Según algunos estudios observacionales, en los que se determina la asociación entre dos factores sin intervenir, los hábitos nutricionales pueden tener un impacto en la progresión del cáncer, el riesgo de recurrencia y la supervivencia global en personas que han tenido esta enfermedad. Por ejemplo, se ha descubierto que las dietas ricas en frutas y verduras, cereales integrales, carne blanca y pescado están asociadas con un mejor pronóstico a largo plazo, en comparación con aquellas que tienen un gran contenido de cereales refinados, carnes rojas y alimentos procesados.

¿En qué consiste una dieta equilibrada?

La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), en base a las evidencias científicas acumuladas y con la colaboración de más de 100 expertos en alimentación y salud pública, actualizó a principios de este año sus guías alimentarias.

La última propuesta de pirámide nutricional, además de la frecuencia de consumo de cada grupo de alimentos, tiene en cuenta por primera vez aspectos como el equilibrio emocional, la actividad física o el consumo de agua.

¿Qué pautas se recomiendan a las personas que han tenido cáncer?

Adicionalmente, cabe mencionar algunas consideraciones particulares, que pueden resultar útiles a las personas que han tenido cáncer porque se asocian con una mejor calidad de vida o pronóstico a largo plazo.

Así pues, no es necesario seguir una dieta estricta, sino simplemente comer de forma variada, para poder obtener todos los nutrientes necesarios. También es muy recomendable tener en consideración los procesos de producción y venta de alimentos, intentando que sean justos y sostenibles en la medida de lo posible. Además, la guía nutricional de la SENC también prioriza el uso de productos frescos y de temporada, los métodos de cocción como el vapor, y pone énfasis en la importancia de dedicar el tiempo suficiente a la compra de alimentos y la valoración de la información nutricional contenida en las etiquetas.

 


 

Referencias

Rock CL, Doyle C, Demark-Wahnefried W, Meyerhardt J, Courneya KS, Schwartz AL, Bandera EV, Hamilton KK, Grant B, McCullough M, Byers T, Gansler T. Nutrition and physical activity guidelines for cancer survivors. CA Cancer J Clin. 2012 Jul-Aug;62(4):243-74.

Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) (2016). Guías alimentarias para la población española (SENC, diciembre 2016); la nueva pirámide de la alimentación saludable.

Organització Mundial de la Salut (OMS) (2017). Alimentación sana (nota de prensa).