Disminución de las visitas a oncología: y ahora qué?
Una vez terminado el tratamiento oncológico, es el momento de volver poco a poco a la vida cotidiana y retomar la rutina diaria. Este proceso de adaptación, lleva a menudo implícito un menor número de visitas al hospital según el plan de seguimiento, especialmente con el oncólogo y todo el equipo médico que ha estado implicado en el proceso de superación de la enfermedad.
Esta disminución en el número de visitas y seguimiento con los profesionales sanitarios, puede despertar en la persona sentimientos de miedo, tristeza o vulnerabilidad, ya que este control por parte del colectivo sanitario es reconfortante, dado que supervisan el estado de salud y se recibe el visto bueno de un experto/a en la materia.
Tener estas sensaciones puede ser desconcertante para la persona que ha superado un cáncer, ya que debería ser un momento de liberación y gratitud, pero en muchas ocasiones hay una mezcla de sentimientos que coexisten a la vez. Es posible que muchas de las personas del entorno sólo vean la mejor parte de la situación, que es la superación de la enfermedad, pero es importante tener en cuenta que pueden aflorar sensaciones de incertidumbre totalmente comprensibles.
Plan de seguimiento una vez superado el cáncer
Una vez finalizado el tratamiento, hay un periodo de seguimiento que puede variar dependiendo de la persona, ya que no todos los casos son iguales. Una vez recibida el alta por parte del equipo oncológico, entre 5 y 10 años después del tratamiento inicial según el tipo de cáncer, serán necesarios controles y revisiones cada vez más espaciadas. Estas revisiones periódicas sirven para confirmar el estado general de salud, así como para hacer un seguimiento y control de los efectos secundarios del tratamiento, y diagnosticar, lo antes posible, posibles recaídas. En el sistema sanitario público estos controles los realizan los equipos de atención primaria.
Una vez establecido el plan de seguimiento al finalizar el tratamiento, la participación activa del enfermo/a, durante los siguientes meses o años, puede ayudar a aumentar la seguridad en uno mismo, ya que aparece la sensación de control sobre la propia salud. Es importante no omitir estas revisiones, y compartir con los profesionales cualquier duda o síntoma que pueda surgir a lo largo del tiempo. Una manera de optimizar las visitas de seguimiento, al tiempo reducir parte de la incertidumbre, es preparar una batería de preguntas para el oncólogo, para poder obtener la respuesta durante la visita.
Y si vuelve el cáncer? El miedo a la recaída
El miedo a que la enfermedad reaparezca nuevamente es una de las principales preocupaciones que experimentan las personas que han tenido cáncer. La posibilidad de sufrir otra vez todo el proceso de la enfermedad, o de no poder superarlo de nuevo, hace que muchas personas que han superado un cáncer se sientan amenazados/as por la enfermedad.
Es posible que este miedo a la recaída no desaparezca inmediatamente, sino que vaya disminuyendo con el paso del tiempo. Aún así, es posible que incluso años después de finalizar el tratamiento, todavía existan ciertas preocupaciones por una posible recaída.
Este temor puede acentuarse a medida que se acercan los días de revisiones y controles médicos, por lo que aún cobra más importancia el hecho de crear un vínculo de confianza con los profesionales sanitarios y consultar cualquier síntoma o molestia que pueda aparecer. Ellos pueden ofrecer ayuda y entender preocupaciones y temores.
La psicooncología, una gran aliada
Enfrentarse al cáncer y sus secuelas puede conllevar estrés psicológico y otros problemas como insomnio, temor y cambios emocionales. Estos síntomas pueden disminuir la calidad de vida de las personas que han superado un cáncer.
La psicooncología es la parte de la psicología que tiene como objetivo aumentar la calidad de vida del afectado/a de cáncer y de su familia. Su intervención se basa en paliar el impacto emocional derivado de la enfermedad y la adaptación de la persona a su nueva situación. El psicooncólogo/a también puede ayudar a la adaptación a algunos efectos secundarios, como por ejemplo la adaptación a la nueva imagen después del tratamiento.
Varios estudios han demostrado que una intervención psicológica como la que puede ofrecer el psicooncólogo/a mejora la calidad de vida. Son muchas las asociaciones y servicios y la casi totalidad de los equipos oncológicos que ofrecen este tipo de asistencia.
En definitiva, la relación con los profesionales sanitarios no termina junto con el tratamiento, sinó que las personas que han superado un cáncer tienen a su alcance un abanico de recursos y profesionales sanitarios a los que dirigirse y encontrar apoyo. Es importante ser consciente de este hecho, ya que pueden ayudar tanto a nivel clínico como a nivel psicológico, haciendo que el proceso tras el tratamiento sea un poco más sencillo.
Referencias
Oncolink. La vida después del cáncer
American Society of ClinicalOncology (ASCO). Atención de seguimientodespués del tratamiento del cáncer.
Asociación Española contra el cáncer (AECC). Seguimiento y revisionesdespués del cáncer de mama.
NationalCancerInstitute (NIH). Cuidados médicos de seguimiento.
Instituto Superior de EstudiosPsicológicos (ISEP). El importantepapel del psicooncólogo en la aceptación y superación del cáncer.
De la Torre-Luqe et al. Tratamientospsicológicos para mejorar la calidad de vida en contextos oncológicos: un meta-análisis. International Journal of Clinicaland Health Psychology. Volume 16, Issue 2, May–August 2016, p. 211-219