¿Cuándo te diagnosticaron el cáncer?
Con 52 años, y después de trabajar durante años como administrativa, la empresa cerró. En ese momento pensé que era una oportunidad para cambiar y aprender, y eso es lo que hice.
Me inscribí en un curso de Mediación Comunitaria y al poco tiempo encontré trabajo en el Ayuntamiento de mi ciudad. Tenía un contrato de nueve meses que me daba la oportunidad de volver a empezar. Justo cuando acababa el contrato, fui a hacer la revisión anual al ginecólogo y la sorpresa fue importante: cáncer de mama.
¿Cómo fue tu proceso con la enfermedad?
En quince días estaba operada de una mastectomía y un mes después inicié el tratamiento, quimioterapia y radioterapia, que duró un año. Más tarde llegaron otras dos intervenciones quirúrgicas, por lo que todo el proceso de tratamiento se prolongó dos años. Por suerte, todo fue bien. Lo que no iba tan bien en ese momento era mi economía. No cobraba ningún subsidio. Suerte que tenía un dinero ahorrado… Sin embargo, sufrí mucho porque se acabara el dinero.
Una vez finalizado el tratamiento del primer año de enfermedad, y mientras volvía a buscar trabajo, decidí formarme como coach. Me llamaba la atención. Pensé que podía ayudarme personalmente y a la vez aprender a cómo ayudar a otras personas. Al mismo tiempo, desde la Fundación Oncolliga me pusieron en contacto con Reprèn, servicio de orientación laboral después del cáncer de la FECEC. Se trata de un servicio gratuito dirigido a los usuarios de las entidades federadas que han sufrido un cáncer y buscan un trabajo adaptado a las necesidades físicas y/o emocionales derivadas de la enfermedad.
¿Pudiste conseguir trabajo?
Afortunadamente sí. Al cabo de unos días desde Reprèn me propusieron enviar un currículum a una empresa donde necesitaban «mediadores» para un proyecto en las piscinas públicas de Sabadell durante dos meses. Aunque todavía estaba afectada por el tratamiento y tenía prevista otra intervención, me contrataron.
¿Cómo viviste tu reincorporación al mercado laboral?
Estuve tan contenta que, a pesar de mi estado físico, pude desarrollar el trabajo. Pasados estos dos meses y terminado el contrato, hablé con Sergio, mi jefe. Le pedí si podía continuar trabajando con él y al cabo de un par de meses me contrató como administrativa a media jornada.
Debo decir que para mí tiene mucho valor que me contrataran sabiendo que debería faltar algunos días para hacerme las revisiones trimestrales.
¿En estos momentos continúas ocupada?
Sí, actualmente continúo realizando media jornada y estoy buscando un trabajo que me permita tener más estabilidad económica.
¿Cuál es tu punto de vista sobre la situación social en que se encuentran las personas después de un cáncer y qué aspectos se tienen que resolver todavía?
Pienso que existe un vacío, tanto en la administración como en la sociedad, que aboca a la precariedad económica a las personas que viven una situación como la mía. Esto hace que vivas todo el proceso de tratamiento y recuperación del cáncer con una inquietud, no sólo causada por la enfermedad. Afrontar un «después del cáncer» no es fácil. Hay temores a los que te tienes que enfrentar y superar emocionalmente. Si a todo esto le sumas la preocupación económica, se hace aún más grande y puede derivar en una depresión.
¿Una última reflexión que quieras compartir?
No ha sido sencillo, pero en la vida no debemos perder nunca el entusiasmo para luchar y conseguir lo que deseamos.