Cristina Bubé

 

¿Cuando te dijeron que ya estabas recuperada, cuáles fueron las principales dudas o temores que te  vinieron a la cabeza?

Los principales temores que te vienen a la cabeza una vez te has recuperado es la posibilidad de que el cáncer pueda algún día volverse a reproducir. También, cada vez que vas a hacerte las revisiones, cada 3 o 6 meses, hay un recuerdo y revives el momento de la enfermedad. Pero al mismo tiempo, el seguimiento después del cáncer es fundamental y los profesionales son excelentes con el seguimiento que te dan.

 

¿Has tenido alguna secuela física?

Sí. No tengo cuello de útero así que si deseo quedarme embarazada, es muy probable que tenga que ser mediante inseminación artificial. Aparte, se trata de un embarazo de alto riesgo con reposo absoluto y parto prematuro con los riesgos que esto puede conllevar para el bebé. También hay otras secuelas físicas derivadas como la sequedad vaginal, dolores etc.

Ahora las secuelas emocionales son muchas más. Por todo lo que significó el cáncer en el momento vital que me pasó, con 35 años, un momento en que te planteas ser madre, tener una familia etc. Está claro que el camino de vida en ese momento no iba por allí.

 

¿Cómo fue tu proceso de reinserción laboral después del cáncer?

Después del cáncer, la vida te cambia y todo lo ves diferente y lo relativizas todo. Recuerdo que mi ex-jefe, ex-compañeros de trabajo, familiares y amigos, me venían a ver cuando estaba convaleciente y yo les decía que me estaba replanteando todo aunque no tenía claro qué haría con mi futuro.

Cuando pasaron unos 3 meses después de la tercera operación quirúrgica me reuní con mis dos exdirectores y les expresé que, cuando me dieran el alta, mi intención era dejar el trabajo. Tenía un buen trabajo, estable, fijo y bien remunerado, pero internamente, con todo lo que había vivido, sentía que necesitaba un profundo cambio profesional.

Llevaba más 12 años responsabilizándome del mismo departamento y aquella etapa ya se había terminado para mí. Así que cuando me dieron el alta empecé a emprender.

 

¿Recibiste algún tipo de apoyo por parte de la empresa donde trabajabas o mientras buscabas trabajo?

Todo lo que necesité en ese momento y más. Estuvieron siempre presentes pero al mismo tiempo dándome el espacio que les pedí para estar tranquilla. Fueron muy comprensivos durante todo el proceso y recibí todo su apoyo emocional y también las facilidades que solicité en el momento de dejar el trabajo.

 

¿Has tenido dificultades a la hora de pedir algún tipo de seguro o producto financiero?

Sí, puedo decir que sí. Ya tenía un seguro médico contratado antes del cáncer pero ahora soy autónoma y la compañía tiene unas condiciones especiales si eres autónomo. En mi caso, no me he podido acoger porque tienen mi historial médico y, según me dijeron, no me pueden dar esta bonificación especial por el hecho de haber pasado un cáncer.

 

¿Crees que las instituciones dedican los mismos esfuerzos tanto para abordar los tratamientos contra el cáncer como para solucionar las dificultades sociales que hay después del cáncer? ¿O crees que hay un vacío en este último aspecto?

Pienso que hay mucho camino por recorrer. En nuestro país, hay excelentes profesionales punteros a nivel mundial en su especialidad para tratar esta enfermedad, pero sí pienso que debería haber una coordinación más estrecha o un servicio incluido dentro de las instituciones públicas para acompañar a los pacientes durante y después del cáncer a nivel emocional y con terapias complementarias (Servicio de psicología, meditación, reiki, etc.).

Yo puedo decir que la Fundación Oncolliga Girona hace un trabajo extraordinario y quiero también agradecer enormemente su apoyo recibido a través de grandes profesionales como Carmen, quien fue mi psicooncóloga. Encontré este gran aliado desde el inicio y me ha acompañado mucho y mucho tiempo. Hacen un trabajo impagable.

 

¿Cuál es tu punto de vista general sobre la situación social en que se encuentran las personas después de un cáncer y qué aspectos se tienen que resolver todavía?

Depende mucho del caso concreto en función de diferentes variables pero he escuchado casos muy negativos de personas que no las han querido directamente después de la enfermedad y las han echado por padecer un cáncer.

Creo que esto es una vergüenza como sociedad. Pienso que se debería regular y construir una ley de país que estableciera, que en casos como estos de enfermedades graves, todos los empresarios tuvieran que seguir un mismo protocolo que salvaguardara los intereses y el trabajo de las personas afectadas y en todo caso, adaptarla si fuera necesario tras la enfermedad.

 

¿Cómo se afronta la vida tras superar un cáncer?

Nunca olvidaré algo que me dijo una enfermera, quien fue como un ángel caído del cielo para mí, cuando estaba ingresada en el hospital de la Vall d’Hebron.

Me decía que diera gracias al cáncer: «Ya no está dentro de ti y agradece todo lo que te ha llevado». ¡Así lo entiendo ahora! Yo soy otra persona desde entonces. Las personas que me conocen de antes han vivido este cambio. Una parte de la Cristina se quedó para siempre con la enfermedad. Toqué mucho fondo pero volví a renacer con mucha fortaleza y con mucha luz.

Hice muchos y profundos cambios después de la enfermedad. Dejas de tener miedos a la vida y tomas decisiones que muy probablemente no harías en otras circunstancias. A raíz del cáncer, decidí dejar atrás muchas personas y situaciones personales y profesionales. Me divorcié de mi ex-marido, dejé el trabajo y también muchos viejos entornos. Empecé de nuevo con dificultad pero con la fuerza que tenía en ese momento.

El cáncer te da cosas muy buenas. Empiezas a valorar las pequeñas cosas del día a día de forma extraordinaria, poder dar un paseo con la luz del sol, tomarte un té con silencio… aprendes mucho a vivir el momento presente. Con la enfermedad también te das cuenta de quién está y quién no puede estar y te abres a nuevos horizontes y amistades que conoces de menos tiempo pero que se convierten en grandes tesoros.

Poco después de la enfermedad, inicié mi período de emprendimiento y he co-creado mi primera empresa, una agencia de viajes donde he estado durante 2 años. Actualmente, sin embargo, he iniciado mi nuevo proyecto profesional y personal. Soy instructora Mindfulness para adultos, niños y jóvenes.

Practicar la meditación me ayudó muchísimo para superar los dolores de las intervenciones, los momentos de incertidumbre ante posibles tratamientos y de esperas de noticias, y todo el proceso emocional que viví paralelamente. Ahora puedo transmitir y quiero compartir este aprendizaje facilitando cursos y programas de Mindfulness.

 

¿A parte de todo esto que nos has comentado, quieres destacar algún otro aspecto?

Pues el cambio es tan grande que nos estamos planteando un grupo de 4 mujeres que hemos vivido y hemos sufrido este tipo de cáncer de darle visibilidad. Se habla mucho del cáncer de mama pero en la sociedad, aunque hay muchos tabúes para hablar del cáncer de la mujer en sus partes más íntimas: cérvix, útero, vagina, vulva, etc.

Queremos dar luz para ayudar a otras mujeres que pasen o pasarán un cáncer a que encuentren un espacio donde puedan sentirse acompañadas emocionalmente.

Para mí, nunca olvidaré las palabras que me dijo el día antes de la gran operación, Cristina (nos llamamos igual y ella también forma parte del grupo de mujeres). Estaba pasando el tiempo antes de entrar a hacerme una prueba en la Vall d’Hebron, y estaba paseando acompañada de la familia.

De repente, paró un coche en medio de las rondas y una mujer bajó el cristal, no me conocía de nada y no nos habíamos saludado nunca pero ella se había quedado con mi cara cuando salí de la consulta del cirujano y me dijo: «Tranquila, todo irá muy bien, estás en las mejores manos del mundo, a mí me operó hace unos años y todo fue perfecto y mira he tenido una niña». Y se marchó. Nunca olvidaré sus palabras. Tener un grupo donde sentirte que tienes apoyo puede ser muy importante en un momento así de la vida.