Ocio y actividad para toda la familia

Vuelta a la rutina de la unidad familiar

La unidad familiar juega un papel clave en el proceso de readaptación a la vida después del cáncer. Una vez la enfermedad queda atrás, toda la familia debe intentar ayudar a establecer, poco a poco, una nueva rutina y adaptarse a las nuevas situaciones que puedan ir surgiendo. En este proceso, e independientemente de quién sea el miembro de la familia que haya superado el tratamiento, es muy posible que padres e hijos quieran integrar de nuevo las aficiones y actividades que realizaban antes del tratamiento.

 

Actividades familiares después del cáncer

Así pues, cuando se inicia la etapa posterior a un cáncer, puede ser un buen momento para intentar mejorar la relación entre todos los miembros de la familia y proponer nuevos hábitos que permitan establecer una nueva normalidad. Un ejemplo de esto lo podríamos encontrar en tratar de buscar buenas oportunidades para tener en cuenta a los hermanos de los niños que han sufrido cáncer, pasar más tiempo e involucrarlos en la elección de actividades, ya que puede ser normal que durante el transcurso del tratamiento estos niños hayan podido tener la sensación de recibir una menor atención por parte de sus padres y del resto de familiares.

 

Un tipo de actividades que pueden ser adecuadas en estas situaciones son aquellas que conllevan un cierto grado de actividad física, ya que estas propuestas pueden ofrecer numerosos beneficios también a las personas que han superado un cáncer. Si ya se mantenía una actividad física habitual o se practicaba algún deporte antes de la enfermedad, puede ser una buena idea tratar de retomar estos hábitos.

 

Igualmente, las vacaciones pueden ser un momento idóneo para volver a la actividad física, o instaurar nuevas rutinas. Aprovechando el buen tiempo, se pueden realizar muchas actividades al aire libre y en familia para que todos los miembros puedan practicar algún deporte, hacer senderismo, o realizar alguna actividad acuática, como la natación. Estas actividades no sólo permiten iniciar una actividad física, sino que abren la puerta a disfrutar de la naturaleza en familia.

 

Así pues, con la llegada del verano llega el momento de planear las vacaciones y un viaje familiar también puede ser una de esas experiencias que pueden permitir disfrutar y fortalecer la relación de todos los miembros de la familia. En este sentido, normalmente no hay ningún impedimento para realizar cualquier tipo de viaje una vez finalizado el tratamiento de un cáncer, pero en caso de que se esté organizando un viaje fuera de España, es recomendable tener ciertas consideraciones a la hora de planear la escapada.

 

Ocio y diversión para niños y adolescentes

En el caso de niños y adolescentes que han superado un cáncer, la vuelta a la rutina escolar puede haber sido un proceso que requiera de un esfuerzo de readaptación, tanto por su parte como por parte de los padres, que puede haber generado ciertos miedos en ambas partes. Para intentar mitigar este posible trance, una estrategia puede ser tratar de retomar actividades que se realizaban fuera de la escuela o intentar empezar otras nuevas. Esto puede ayudar a reforzar la autoestima de los niños a través de desarrollar y compartir nuevas habilidades o consolidar las ya adquiridas.

 

En este ámbito extraescolar, encontramos muchas opciones a la hora de escoger actividades que puedan disfrutar conjuntamente niños y adultos, como pueden ser ir al teatro, asistir a festivales, ferias y visitas u organizar excursiones en familia. También hay muchas entidades que ofrecen diferentes talleres tanto para niños como para toda la familia. Por ejemplo, puede ser una buena oportunidad para aprender a hacer manualidades, acudir a un taller de cocina o de magia o a sesiones de musicoterapia o arteterapia para ayudar a gestionar situaciones y emociones.

 

Una manera de entretenerse todos juntos puede ser colaborar en alguna actividad organizada por asociaciones de pacientes oncológicos. Un ejemplo es la asociación AFANOC, que apoya a niños, adolescentes y sus familias. Esta asociación es responsable de eventos como «Posa’t la gorra«, con diferentes actividades y talleres que se van celebrando en diferentes localidades de Cataluña, o el «Xuklis Festival«, evento musical destinado a la recogida de fondos para la asociación. Estas actividades no sólo permiten que la familia se divierta, sino que también ayudan a colaborar con entidades destinadas a dar ayudas a familias con hijos todavía en tratamiento oncológico.

 

Una serie de opciones desarrolladas específicamente para aquellos niños y adolescentes que han superado un cáncer serían las de participar en actividades organizadas por fundaciones de oncología orientadas a las necesidades de los pacientes. Estos tipos de iniciativas están orientadas a ayudar a los jóvenes que han superado un cáncer a salir de casa y a relacionarse, como es el caso de las actividades organizadas por la Fundación de Oncología Infantil Enriqueta Villavecchia.

 

Esta fundación, en coordinación con los hospitales, ofrece actividades de ocio para niños y jóvenes en tratamiento oncohematológico, y sus familias. También lleva a cabo actividades de apoyo a las familias atendidas por el equipo de cuidados paliativos pediátricos y un programa para aquellos adolescentes que han superado un cáncer, pero que sufren secuelas de diferente tipo. Se trata del programa «No estás sol@», una iniciativa orientada a ayudar a los jóvenes que han superado un cáncer, pero han quedado afectadas algunas dimensiones importantes, tales como la autonomía personal.

 

En una propuesta quincenal de actividades lúdico-educativas, se ayuda a estos jóvenes a salir de casa y relacionarse con otros jóvenes que han superado una situación similar. El programa se realiza en el marco de actividades de diferente ámbito, como la participación en eventos culturales, picnics, talleres y actividades deportivas adaptadas.

 

 

Aprovechar el verano para activarse con la familia

En definitiva, haber superado un cáncer no debería ser un impedimento para realizar actividades en compañía de toda la familia. De hecho, es recomendable intentar que todos los miembros de la unidad familiar procuren involucrarse en la realización de estas nuevas actividades y la época estival puede ser muy buen momento para proponerse hacer este tipo de actividad con la familia.

 


Referencias

  1. Sortir amb nens. Agenda familiar
  2. Fundació d’oncologia infantil Enriqueta Villavecchia. Activitats per a nens i joves en tractament.
  3. American Cancer Society. Volver a la escuela después del tratamiento
  4. Todo lo que empieza cuando termina el cáncer
  5. Associació AFANOC. Web oficial de l’Assosiació de Familiars i Amics de Nens Oncològics de Catalunya (AFANOC)

 

Viajar fuera de España, una buena opción para desconectar

¿Se puede viajar después del cáncer?

 

Evidentemente, la respuesta es sí. Después de haber superado un cáncer se debe intentar volver a la cotidianidad en todos los aspectos posibles. Es probable no haber necesitado nunca asistencia sanitaria fuera de España, pero después de dejar atrás el cáncer, especialmente si la enfermedad ha dejado alguna secuela, puede que uno se plantee qué pasos se deben seguir si se necesita ir al médico fuera del país.

 

Informes médicos a mano

 

La posibilidad de que durante el viaje haya algún contratiempo o problema de salud es uno de los aspectos que más preocupan después de haber superado un cáncer. Ante esta situación, conviene siempre llevar informes que revelen las características más importantes de su diagnóstico, tratamiento y evolución clínica para que poder garantizar la mejor atención médica. Si uno se va de viaje al extranjero, se aconseja solicitar al médico los documentos en inglés.

 

 

¿Qué pasa si no me encuentro bien durante el viaje?

 

En el caso de necesitar un tratamiento médico imprevisto durante una estancia temporal en otro país de la UE, (por ejemplo, durante unas vacaciones, viajes de negocios o de estudios en otros países de la UE) como ciudadano de la unión europea, se tiene derecho a las prestaciones sanitarias que no puedan esperar hasta que se vuelva en España.

 

El documento que facilita la atención sanitaria es la tarjeta sanitaria europea (TSE), que expide la Seguridad Social y da derecho a recibir la atención sanitaria en las mismas condiciones que los nacionales (no en las mismas que en el país de origen). Así que en todos los viajes al extranjero siempre se debe llevar la Tarjeta Sanitaria Europea. Esta es la prueba de que se tiene seguro médico en un país de la UE. Es importante recordar que en muchos países hay copago en la atención sanitaria primaria y especializada.

 

En el caso de no llevar la tarjeta sanitaria europea o que no se pueda utilizar (por ejemplo, en la asistencia sanitaria privada), no pueden negar la asistencia médica, pero es posible que se tenga que pagar por adelantado y luego solicitar el reembolso al volver a España.

 

Si el tratamiento que se necesita es gratuito para los residentes del país, no se tendrá que pagar nada. Pero si el tratamiento es de pago, se podrá solicitar el reembolso al organismo nacional del país donde se encuentre y obtenerlo allí mismo, o solicitar el reembolso al organismo asegurador de España una vez se haya vuelto.

 

Los gastos se reembolsarán según las normas y baremos del país donde se haya recibido tratamiento. Es decir, se devolverá el coste total del tratamiento o se tendrá que pagar una parte, según las normas del país donde se reciba la asistencia. El organismo asegurador puede decidir también reembolsar el coste total de acuerdo con sus propias normas.

 

Los supuestos para recibir atención sanitaria en la Unión Europea son amplios y complejos. Por ello, es útil visitar la página web de la Comisión Europea o ir a la oficina de la Seguridad Social para encontrar información actualizada sobre la cobertura que se ofrece en cada estado miembro.

 

Si se viaja fuera de la Unión Europea, es aconsejable consultar la legislación específica del país de destino para conocer la cobertura sanitaria a la que se puede acceder. También se puede contratar un seguro privado de viaje que permita estar protegido ante cualquier imprevisto relacionado con la salud, pero será necesario consultar antes qué condiciones ofrecen para poder elegir la más adecuada.

 

Disfrutar del viaje

 

Viajar es una actividad saludable porque permite aprender, descubrir, desconectar, superar miedos, inspirarse, reflexionar, pensar en retos futuros… Cuestiones especialmente importantes en épocas de inflexión o de recuperación. Pero es importante recordar que, viajar informado es viajar más seguro, así que se debería intentar avanzar a cualquier imprevisto que pueda surgir, y disfrutar del viaje como uno se merece. Quizás ahora es el momento, o puede que lo sea más adelante, pero cuando se viaja se debe llenar la mochila de recuerdos y vivencias que sirvan de impulso para seguir adelante con el camino que uno se haya propuesto.


Referencias

Europa.eu (2017). Asistencia sanitaria no programada.

Grupo Español de Pacientes con Cáncer (2013). Todo lo que empieza cuando “termina” el cáncer.

Castaño F y Villalón D (2016). Viajar con cáncer: viajar informado es viajar más seguro.