Los efectos neurotóxicos más frecuentes

La neurotoxicidad es una complicación del tratamiento que aparece cuando los fármacos actúan sobre los nervios periféricos o sobre el sistema nervioso central, formado por la médula espinal y el cerebro.

El sistema nervioso se divide en dos partes:

Causas de los efectos neurotóxicos

Aunque los efectos neurotóxicos se relacionan más frecuentemente con la quimioterapia, también pueden asociarse a otras causas:

  • Cáncer: los síntomas pueden ser causados por un tumor en el cerebro o la médula espinal (o que ha hecho metástasis en dichas áreas), o bien por un tumor en otra parte del cuerpo que comprime un nervio periférico.
  • Cirugía: al extirpar un tumor o realizar una biopsia, algún nervio puede quedar dañado.
  • Radioterapia: en el cerebro, la médula espinal, el cuello u otra parte del cuerpo (si durante la terapia hay afectación de los nervios periféricos).
  • Medicamentos que pueden afectar el sistema nervioso, como los opioides o los anticonvulsivos.
  • A consecuencia de otros efectos secundarios asociados al cáncer, como la anemia o la fatiga.

Asimismo, existen otras enfermedades que pueden afectar los nervios o al sistema nervioso central (diabetes, alzhéimer, infecciones, esclerosis múltiple, etc.) y manifestarse con algunos de los síntomas mencionados.

 

Principales grupos de efectos neurotóxicos: síntomas y duración

Los efectos neurotóxicos pueden aparecer durante el tratamiento, poco después de acabarlo o al cabo de unos años. Aunque, generalmente, son reversibles, ocasionalmente pueden quedar daños irreversibles. En consecuencia, en función del momento de aparición, duración y los síntomas concretos, se pueden distinguir los siguientes seis grupos de efectos neurotóxicos inducidos por quimioterapia:

Principales características de cada tipo de efecto neurotóxico.

Los dos efectos neurotóxicos que destacar debido a su frecuencia en personas que han superado un cáncer son la neuropatía periférica y el conocido como efecto quimiocerebro.

 

Neuropatía periférica

La neuropatía periférica es el efecto neurotóxico más frecuente. Tal y como su nombre indica, se debe a la afectación del sistema nervioso periférico. Suele afectar a ambos lados del cuerpo y, normalmente, los síntomas aparecen en las manos y los pies (ascendiendo con el tiempo por los brazos y las piernas). En general, se siente un hormigueo o entumecimiento, aunque también puede parecerse a un pinchazo, un dolor ardiente o sensibilidad a la temperatura. Al no existir un tratamiento específico, lo más importante es suspender el agente neurotóxico cuando se desarrolla la neurotoxicidad. Una vez interrumpido el tratamiento, los síntomas suelen desaparecer progresivamente. Asimismo, para el alivio de los síntomas se recomienda combinar la terapia física (masaje, acupuntura…) con medicamentos, y algunos estudios indican que la actividad física puede ser beneficiosa. También es aconsejable proteger las extremidades de las temperaturas extremas y vigilar la temperatura del agua y los alimentos refrigerados.

 

Efecto quimiocerebro

El efecto quimiocerebro es la principal afectación del sistema nervioso central. Puede aparecer cuando los fármacos tienden a alterar el hipocampo, una región del cerebro con especial importancia en la memoria y el aprendizaje. Este tipo de neurotoxicidad se identifica por un deterioro cognitivo, el cual puede incluir problemas de memoria, dificultad para razonar, concentrase o aprender. Los síntomas suelen remitir gradualmente y durar poco tiempo, pero como el estudio del deterioro cognitivo en cáncer es relativamente reciente, aún hay pocos estudios a largo plazo sobre la evolución de estos síntomas. La mayoría de los síntomas tienden a ser transitorios y remiten gradualmente con el tiempo. Para ayudar en el manejo de estos síntomas, se recomienda la terapia cognitiva-conductual (conducida por un psicólogo), la rehabilitación cognitiva, el ejercicio físico y la meditación. Es recomendable anotar aquello que sea importante, usar reglas mnemotécnicas o repetir en voz para facilitar la memorización.

 

Gestión de los síntomas a largo plazo

Ante la ausencia de un tratamiento eficaz para la neurotoxicidad, lo más recomendable son el reconocimiento precoz y la monitorización neurológica de las personas que han sido tratadas con agentes neurotóxicos. No obstante, existen diferentes opciones para ayudar en el manejo de los síntomas que perduran en el tiempo:

  • Medicamentos: pueden ayudar o tratar algunos síntomas como el dolor, las náuseas, el vértigo o la inflamación.
  • Rehabilitación: fisioterapia, terapia del habla, evaluación neuropsicológica (para determinar la función cognitiva) o terapia ocupacional (trabajar las habilidades motoras para las actividades cotidianas).
  • Cambios en el hogar: el objetivo es reducir el peligro. Es recomendable vigilar cuando se manipula el frigorífico o la temperatura del agua, puesto que el agua fría puede desencadenar los síntomas. Instalar agarraderas en el baño o usar alfombras antideslizantes.

Como ya se ha mencionado en el caso de la neuropatía periférica y del efecto quimiocerebro, también existen recomendaciones específicas según el tipo de neurotoxicidad.

 

Conclusiones

Los efectos neurotóxicos pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida de las personas en tratamiento o que han cronificado el cáncer, aunque la mayoría remiten una vez finalizado el tratamiento. Al existir la posibilidad que la neurotoxicidad tarde más en manifestarse y para controlar su evolución, es importante que quienes han superado un cáncer y han recibido tratamiento con agentes neurotóxicos estén atentos a la aparición de posibles síntomas y que no interrumpan las visitas con el equipo de atención médica.

 


Referencias

Cancer.net – Efectos secundarios sobre el sistema nervioso

FECEC – Neurotoxicidad, complicaciones después de la quimioterapia

FECEC – Qué es y cómo combatir la fatiga después del cáncer

FECEC – ¿Es recomendable hacer ejercicio después del tratamiento?

FECEC – ¿Es habitual tener problemas de concentración y memoria después del tratamiento?

Instituto Nacional de Seguridad  e Higiene en el Trabajo (INSHT) – NTP 487: Neurotoxicidad: agentes neurotóxicos

Sociedad Americana del Cáncer – Efecto del quimiocerebro

Battaglini E, et al. Chemotherapy-Induced Peripheral Neurotoxicity in Cancer Survivors: Predictors of Long-Term Patient Outcomes. J Natl Compr Canc Netw. 2021;19(7):821-828.

Velasco R, Bruna J. Neuropatía inducida por quimioterapia: un problema no resuelto. Neurología. 2010;25(2):116-131

Madresfera – ¿Qué es la neurotoxicidad tras un cáncer?

Neurotoxicidad, complicaciones después de la quimioterapia

En la actualidad, la frecuencia de las complicaciones neurológicas asociadas con cáncer y su tratamiento ha aumentado debido a la mayor supervivencia de los pacientes y la administración de tratamientos más agresivos.

 

A veces no es fácil determinar la causa, por lo que es muy importante que su médico conozca en profundidad el perfil de toxicidad que produce cada fármaco quimioterápico para excluir otras causas, así como que el paciente consulte a su médico la aparición de ciertos síntomas como: dolor o inestabilidad al caminar, pérdida de fuerza en los dedos de la mano, dificultad para realizar tareas que requieren precisión, alteraciones sensoriales, pérdida de reflejos o pérdida de la audición, entre otros.

 

¿Qué es?

 

La neurotoxicidad es una complicación bastante frecuente del tratamiento quimioterápico y dependerá del fármaco administrado, la duración del tratamiento y la dosis acumulada del fármaco. Generalmente comienza en las manos y los pies y asciende con el tiempo por los brazos y las piernas. En ocasiones se siente un hormigueo o entumecimiento, otras veces es más como un pinchazo, un dolor ardiente o sensibilidad a la temperatura. Estos síntomas pueden dificultar el realizar actividades diarias abrocharse una camisa, separar monedas o incluso caminar. Esta condición también se conoce con el nombre de neuropatía periférica inducida por la quimioterapia.

 

El área del sistema nervioso afectada determina las manifestaciones clínicas de la neurotoxicidad. El sistema nervioso central está protegido por la barrera hematoencefálica (BHE) que evita que las sustancias nocivas, incluyendo muchos fármacos, alcancen el cerebro y la médula espinal en altas concentraciones. La BHE no es perfecta y algunos fármacos la pueden atravesar, especialmente si son administrados en dosis altas. Una vez el fármaco atraviesa la barrera, ejerce sus efectos tóxicos sobre los tejidos nerviosos.

 

Fuera de estudios clínicos, los síntomas de la neuropatía inducida por quimioterapia se tratan comúnmente de manera similar a otros tipos de neuralgia; es decir, con una combinación de terapia física, terapias complementarias tales como masaje y acupuntura, y con medicamentos, que pueden incluir esteroides, antidepresivos, antiepilépticos y opiáceos para controlar el dolor severo. Sin embargo, estos tratamientos también producen sus propios efectos secundarios.

 

Tratamiento preventivo

 

Para intentar reducir el impacto y mejorar la calidad de vida, es esencial la detección temprana. Los objetivos de este tipo de tratamiento son prevenir el desarrollo de neurotoxicidad periférica, evitar el agravamiento de una neuropatía preexistente, disminuir el dolor e incomodidad, y permitir a las personas que la sufren realizar las actividades de su vida cotidiana.

 

Lamentablemente, no existe ninguna estrategia efectiva para prevenir el desarrollo de una neurotoxicidad en el 100% de los pacientes. Una vez que se desarrolla la neurotoxicidad, suspender el agente neurotóxico es el mejor tratamiento.

 

Las personas que son o han sido sometidas a tratamientos quimioterápicos deben ser informadas adecuadamente sobre la existencia de neurotoxicidades, incluyendo las manifestaciones clínicas y los signos de progresión. También es importante no confundir el inicio de la neurotoxicidad con recidivas tumorales, previniendo así una ansiedad innecesaria. (link artículo de miedo a la recaída)

 

Consejos una vez desarrollaron la neurotoxicidad:

 

-Proteger manos y pies de temperaturas extremas (usar guantes y calcetines).

-Controlar la temperatura del agua de la ducha para evitar las quemaduras solares (evitar también el agua muy fría).

-Utilizar ropa y calzado cómodo

 

 

Conclusiones

 

El reconocimiento temprano y la reducción subsecuente de la dosis o la suspensión del agente neurotóxico es actualmente la mejor manera de minimizar el desarrollo de esta complicación. Ante las dificultades que conlleva, es muy importante el seguimiento y la educación de los candidatos a recibir quimioterapia con agentes neurotóxicos, especialmente si tiene una neuropatía de base o subclínica, con el fin de reducir el riesgo de padecer efectos graves y letales.

 


Referencias

Grupo Español de Pacientes con Cáncer (2016) Recomendaciones básicas para pacientes en relación a la toxicidad por quimioterapia.

Pérez B, Corral J y Casas AM. Neurotoxicidad por quimioterapia.

Velasco R y Bruna J. Neuropatía inducida por quimioterapia: un problema no resuelto. Neurología. 2010 March; 25(2):116-131.

Instituto Nacional del Cáncer. Neuropatía periférica inducida por quimioterapia.