Consejos alimentarios cuando hay problemas de deglución

La disfagia es una alteración que provoca problemas de deglución, es decir, dificultad para tragar alimentos o líquidos.  Estos problemas pueden tener diversas causas, entre ellas la disfagia derivada de un cáncer, en especial de esófago y cardias, y también los ganglios y tumores mediastinos. Su origen puede ser una secuela física provocada por alguno de los tratamientos, sobre todo la radioterapia y la cirugía. Una de las causas de la disfagia pueden ser los cambios físicos a causa de una cirugía. La cirugía que causa más cambios físicos en la zona es la laringectomía. Consiste en la extirpación, total o parcial, de la laringe, lo que causa muchos problemas de deglución.

Consejos para aliviar y tratar los síntomas

Los síntomas suelen comenzar durante el tratamiento y, en ocasiones, pueden llegar a ser crónicos. Cuando se diagnostica un cáncer cercano a la zona de la garganta o el esófago, es recomendable iniciar la terapia para paliar los síntomas incluso antes de padecerlos. De todas formas, el médico valorará lo que es mejor para cada paciente, ya que cada caso es distinto. Algunas de las terapias, ya sean antes, durante, o después del tratamiento, son las siguientes:

 

  • Higiene dental: Mantener una buena higiene dental, en especial después de las comidas. Utilizar un cepillo de cedras suaves.
  • Acudir el logopeda: El logopeda ayuda a las personas a aprender a utilizar los músculos de la boca y de la garganta para tragar de forma más eficiente y evitar los ahogamientos y las arcadas.
  • Productos de saliva artificial: En las farmacias hay productos que producen saliva artificial. Según la persona, el médico puede considerarlo de ayuda.
  • Medicación: El médico puede recetar medicamentos para paliar el dolor y la inflamación si lo ve conveniente. Pueden ser útiles los analgésicos en forma de enjuague bucal, que se utilizan antes de las comidas.
  • Utilizar una sonda de alimentación gástrica: Las sondas son unos tubos de plástico fino que se insertan a través de una pequeña incisión en el abdomen o la nariz, y que llegan hasta el estómago. Es el último recurso y sólo se debe recurrir a él cuando los problemas de deglución impiden llevar una dieta saludable.

Consejos alimentarios

El tipo de alimentos y la manera de comerlos son condicionantes para reducir el dolor y las dificultades para tragar. Os dejamos algunos consejos:

 

  • Comer alimentos blandos, como el yogur. Es muy recomendable hacer purés.
  • Beber mucha agua durante las comidas para facilitar la deglución.
  • Evitar las comidas secas y espesas, como la carne a la plancha o el pan.
  • Añadir salsas a los guisos para evitar la sequedad.
  • Para producir más saliva, masticar chicles o trozos de fruta como naranja o piña. También va bien tomar líquidos ácidos, como zumo de limón.
  • Beber bebidas frías alivia el dolor. Otra opción es deshacer cubitos de hielo en la boca y hacer enjuagues bucales diarios.
  • Mantener una postura erguida para comer o beber.

De todas formas, cada persona es diferente y no a todos les irán bien los mismos alimentos, así que se tiene que ir probando qué es lo que se adapta mejor a cada uno. De la misma manera, no se tiene que perder de vista que, además de blanda y de fácil deglución, la dieta tiene que ser saludable y se tienen que consumir las calorías necesarias. Las personas a las que aun así les cueste mucho tragar, pueden ingerir alimentos con un extra de aporte calórico para reducir el número de ingestas y, en consecuencia, de dolor. Una opción para sumar calorías es añadir aguacate a los batidos.

Para recibir el asesoramiento más adecuado a cada caso, es recomendable acudir al nutricionista, por ejemplo, al Colegio de Dietistas y Nutricionistas de Cataluña.

¿Qué se puede comer?

Dependiendo del grado de los problemas de deglución, la dieta puede ser sólida pero fácil de masticar o sin nada de sólidos.

En conclusión, la disfagia no solo es una secuela molesta, sino que puede conllevar problemas de malnutrición. Es importante acudir a un especialista para que ayude a paliar los síntomas y a informar sobre cómo llevar una dieta sana, completa y adecuada para los problemas de alimentación que se padezcan.

 


Referencias

AECC. Efectos secundarios digestivos.

Cancer.Net. Dificultad para tragar o disfagia.

American Cancer Society. Vida después del diagnóstico de cáncer de orofaringe y de cavidad oral.

Memorial Sloan Kettering Cancer Center. Guía alimenticia de comidas en puré y dietas blandas de fácil masticación.

 

COVID-19: recomendaciones y medidas para pacientes que ya han superado un cáncer

Ante la crisis social y sanitaria que ha supuesto la aparición del coronavirus SARS-CoV2, nos vemos ante una situación completamente nueva y desconcertante para muchos de nosotros. Las personas que han superado un cáncer pueden hacerse muchas preguntas acerca de cómo afrontar las dificultades, los riesgos a los que se exponen, o cómo gestionar psicológicamente este momento. Para intentar solucionarlas, el Ministerio de Sanidad o sociedades como la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) han elaborado guías de recomendaciones para intentar resolver estas preguntas.

¿Se considera población de riesgo a las personas que han superado un cáncer?

La SEOM afirma que todavía no hay muchos datos acerca de cómo afecta la infección por COVID-19 a pacientes con cáncer o a personas que ya lo han superado. Eso sí, se dispone de datos que sugieren que los pacientes oncológicos tienen un mayor riesgo de complicaciones al contraer la infección, sobre todo si han recibido quimioterapia o se han sometido a cirugías oncológicas en el mes previo. Sin embargo, los estudios de los que se dispone han incluido pocos pacientes y los resultados clínicos disponibles son limitados, por lo que es precipitado sacar conclusiones definitivas de los mismos.

Por otro lado, las personas que ya han superado un cáncer pero recibieron tratamiento en el pasado (especialmente si ya han transcurrido varios años), son propensas a haber recuperado una función inmunológica normal. No obstante, cada persona es diferente, por lo que es importante que consulten con su doctor/a, ya que es el/la que entiende su situación y conoce su historial médico.

¿Se debería acudir al hospital durante la cuarentena para hacer visitas o controles de seguimiento?

En los hospitales, los diferentes especialistas que están en seguimiento de la salud de sus pacientes tienen muy presente la situación actual y se encuentran bajo cambios constantes siguiendo las directrices de los hospitales, siempre valorando las necesidades de cada paciente.

En cuanto a los pacientes en revisión, sin tratamientos activos en el momento actual, como pueden ser los pacientes que han superado un cáncer, se está intentando realizar telemedicina y revisiones telefónicas para no cancelar sus citas. Sin embargo, es posible que deban retrasarse hasta el final de la pandemia si la situación lo requiere. Ante cualquier duda se recomienda llamar al equipo de referencia para valorar cada caso concreto.

¿Cuáles son las recomendaciones para personas que han superado un cáncer?

Si no se dispone de factores de riesgo adicionales, las recomendaciones para estas personas son las mismas que para la población general. Entre ellas destacan respetar las medidas de confinamiento y minimizar las salidas y la exposición social. Si es necesario salir de casa, se recomienda higiene de manos frecuente, uso de pañuelos desechables, limpieza frecuente de superficies de contacto, evitar tocarse la cara (ojos, nariz y boca o al toser/estornudar), cubrirse la boca y nariz con el codo flexionado y evitar compartir utensilios de cocina y comida. También se debe evitar el contacto con personas contagiadas y el consumo de alcohol y tabaco.

Respecto al uso de mascarillas, el Ministerio de Sanidad recomienda su uso en población sana cuando no es posible mantener la distancia de seguridad, ya sea en el trabajo, en la compra, en espacios cerrados, en la calle o al utilizar el transporte público. En caso de duda, se debe consultar a los profesionales sanitarios, que indicarán su uso en las personas que consideren necesario.

Las recomendaciones están en constante cambio con el avance de la pandemia, así que se recomienda estar bien informado/a siempre a través de canales oficiales. Tanto desde el Ministerio de Sanidad, como desde el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya nos ofrecen información actualizada, tanto para la ciudadanía como para los profesionales sanitarios, para estar al día de las novedades.

¿Se debería acudir a los centros de trabajo?

Según las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, en caso de ser una persona vulnerable por edad, por embarazo o por padecer afecciones médicas anteriores (entre ellas cáncer o inmunodepresión, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, diabetes o enfermedades pulmonares crónicas) no se tendrá que acudir al centro de trabajo.

Las personas en riesgo que no puedan realizar sus tareas a distancia deberán contactar con su médico/a para que, en su caso, acredite que dicha persona debe permanecer en una situación de aislamiento a efectos laborales. En ese caso, se considerará una situación asimilada a accidente de trabajo para la prestación económica de incapacidad temporal.

Gestión psicológica durante la cuarentena:

Con el objetivo de experimentar este proceso con calma, inteligencia y buena disposición, el Colegio Oficial de Psicología de Cataluña también han publicado sus recomendaciones para la gestión psicológica de la cuarentena. Entre ellas destacan:

Además,  las entidades federadas ofrecen apoyo emocional, asesoramiento laboral o familiar y atención social a pacientes oncológicos y también a personas que han superado un cáncer que lo necesiten. Adicionalmente, muchas ofrecen talleres y actividades online (yoga, mindfulness, taichí o arte-terapia) durante el confinamiento como Kàlida, Oncolliga o Vilassar de Dalt Contra el Cáncer.

En conclusión, cada situación es diferente, por lo que el médico indicará en cada caso las medidas a seguir. Además, es importante seguir las recomendaciones facilitadas por los canales oficiales y no perder la calma.


Referencias

 

 

Recomendaciones alimentarias para las secuelas digestivas

En ocasiones, las personas que han padecido cáncer, y en especial las que han sufrido algún tipo de cáncer relacionado con el aparato digestivo, pueden padecer secuelas a largo plazo a nivel gastrointestinal.

Seguir algunas pautas alimentarias adaptadas a cada dolencia, puede ayudarle a que sus efectos sean menos intensos e incluso a que estos desaparezcan.

Funcionamiento del aparato digestivo

El aparato digestivo es el encargado de procesar los alimentos que ingerimos de forma que nuestro organismo pueda beneficiarse de los nutrientes que estos contienen (vitaminas, minerales, carbohidratos, grasas, proteínas y agua), mientras se eliminan los deshechos producidos.

El tubo gastrointestinal está formado por el estómago y los intestinos (Figura 1). Los alimentos, pasan de la boca al esófago a través de la garganta, llegando así al estómago donde tiene lugar, en su mayor parte, el proceso de la digestión. Una vez los alimentos están parcialmente digeridos, llegan al intestino delgado, donde se produce la absorción de nutrientes hacia el torrente sanguíneo a lo largo de sus, aproximadamente, 7 metros de longitud. Los productos no absorbidos, llegan al intestino grueso, donde se produce la absorción de agua y se eliminan, a través del ano, los desechos del proceso.

Impacto gastrointestinal del cáncer y/o su tratamiento a largo plazo

Las complicaciones gastrointestinales son habituales en los pacientes con cáncer, y no se encuentran limitadas solo a los pacientes que desarrollan tumores en el tubo digestivo. Estos síntomas, que pueden aparecer durante la enfermedad, pueden deberse tanto al daño que produce el propio cáncer en los tejidos gastrointestinales, como a los efectos secundarios del tratamiento utilizado. Tanto la radioterapia localizada, como la quimioterapia o la cirugía, son tratamientos agresivos que pueden producir síntomas digestivos.

En muchas ocasiones, dichos síntomas desaparecen una vez superado el cáncer y concluido el tratamiento, pero otros pueden permanecer. Los síntomas digestivos más comunes a largo plazo pueden ser:

Ocurre cuando las evacuaciones intestinales son difíciles o tienen lugar con menos frecuencia, debido al movimiento más lento de lo habitual de la materia fecal a través del intestino grueso. Cuanto más tiempo se demora la materia fecal en recorrer el intestino grueso, más líquido pierde y se vuelve más seca y dura. Entre las causas más comunes destacan ciertos medicamentos, cambios en la alimentación, no tomar suficientes líquidos o realizar menos actividad física, y por supuesto, posibles secuelas físicas del cáncer, como cicatrices debidas a radioterapia o cirugía, etc.

Puede producirse como consecuencia de otras complicaciones digestivas más graves. Son frecuentes durante el tratamiento, pero también pueden darse a largo plazo. En algunas personas, pueden tener un componente psicológico, por lo que pueden resultar útiles ciertas técnicas de relajación.

La diarrea consiste en evacuaciones intestinales frecuentes sueltas y aguadas. Cuando este síntoma se extiende por un periodo superior a 2 meses se denomina diarrea crónica. Las principales causas de la diarrea crónica pueden ser la tensión o ansiedad, o ciertas secuelas intestinales tras el cáncer. Puede producir riesgo de deshidratación, por lo tanto es importante que contacte con su médico.

  • Estenosis

Se trata de la disminución del diámetro del intestino que ocurre normalmente como consecuencia de procesos de inflamación intestinal. Puede producir obstrucción, y por lo tanto bloqueo de la masa fecal. Algunos síntomas comunes pueden ser el dolor en el abdomen, náuseas y vómitos, estreñimiento…

¿Qué puedo hacer? Recomendaciones alimentarias

Además de unas recomendaciones dietéticas generales que pueden ser útiles para cualquier persona que haya sufrido un cáncer, existen medidas específicas para las complicaciones gastrointestinales más frecuentes mencionadas anteriormente:

Se debe tratar de prevenir el estreñimiento, en lugar de aliviarlo. Es importante tomar medidas de forma inmediata, con el fin de que no se produzcan dolencias más graves, como la impactación fecal. Con este fin, puede llevar a cabo las siguientes medidas:

  • Beber líquidos de forma abundante a lo largo del día (2 litros).
  • Tomar alimentos ricos en fibra como pan o arroz integral, legumbres, frutas, verduras, frutos secos…
  • Una bebida tibia o caliente media hora antes de la evacuación puede favorecer el proceso.

 

  • Nauseas y vómitos

Existen ciertas recomendaciones que pueden ayudar a prevenirlas, aunque en ocasiones puede ser útil emplear ansiolíticos (siempre bajo supervisión médica) y técnicas de relajación que ayuden a reducir el nivel general de ansiedad:

  • Repartir la comida en pequeñas cantidades (5-6 veces al día).
  • Es aconsejable tomar las comidas a temperatura ambiente o frescas, no calientes.
  • Evitar comidas ricas en grasas (frituras, salsas, quesos grasos, leche entera, etc.), ya que dificultan la digestión.

 

  • Diarrea crónica

En ocasiones, no es suficiente con implementar cambios en la alimentación para combatir la diarrea crónica, y se necesita utilizar ciertos medicamentos o probióticos (siempre bajo la supervisión de su médico). Sin embargo, algunas recomendaciones en la alimentación podrían ser:

  • Evitar tomar lácteos y derivados.
  • Intentar ingerir los alimentos en pequeñas cantidades, desgrasados y fáciles de digerir (arroz o pescado hervido, manzana asada, etc.).
  • Preparar los alimentos cocidos o a la plancha.
  • Evitar comidas con mucha fibra (fruta, verduras, hortalizas o cereales integrales).
  • Eliminarde la dieta las bebidas irritantes como café o bebidas alcohólicas.
  • Evitar alimentos que produzcan flatulencia como legumbres, espinacas, repollo, coliflor y otros.

 

  • Estenosis

 Existen ciertas medidas alimentarias que se pueden adoptar en caso de estenosis:

  • Limitar el número de alimentos con alto contenido en fibra.
  • Repartir la comida en pequeñas cantidades (5-6 veces al día).
  • Cocinar alimentos hervidos o al vapor.
  • Evitar el consumo de cafeína o alcohol.
  • Usar aceite de oliva para cocinar.
  • Beber agua e infusiones separadas de las comidas, en la medida de lo posible.

Seguir recomendaciones específicas de alimentación en caso de que sufra alguna de los síntomas gastrointestinales mencionados puede mejorar de forma notable su calidad de vida. También puede ser aconsejable acudir a un dietista especializado si los síntomas no remiten o son recurrentes, de forma que pueda recomendarle alimentos específicos y pueda elaborar un plan dietético personalizado.


Referencias

Instituto Nacional del Cáncer (NIH). Complicaciones gastrointestinales (PDQ®)–Versión para pacientes.

Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Efectos secundarios digestivos.

Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR). Tumores Digestivos.

Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Efectos secundarios de la quimioterapia.

American Society of Clinical Oncology (ASCO). Obstrucción intestinal u obstrucción gastrointestinal (GI).

Instituto Nacional del Cáncer (NIH). Consejos de alimentación: Antes, durante y después del tratamiento del cáncer.

Dra. Cristina Tejera Pérez y Dr. Diego Bellido Guerrero (Educainflamatoria). ¿Qué recomendaciones nutricionales son adecuadas en caso de estenosis?

 

Nuevas actividades deportivas después del cáncer de mama

Iniciarse en la actividad deportiva después del cáncer

Durante el diagnóstico y tratamiento oncológico, es habitual que la actividad deportiva que se realizaba disminuya o se deje de lado. Tanto si antes del diagnóstico el deporte estaba dentro de la rutina diaria como si no, el volver a la nueva normalidad después del cáncer es un buen momento para introducir o retomar ciertas actividades deportivas en el día a día. El ejercicio físico, junto con una alimentación equilibrada, son los hábitos más beneficiosos para la salud.

Beneficios de realizar actividades deportivas:

  • Aumenta la esperanza de vida: el deporte reduce el riesgo cardiovascular
  • Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de colon o mama
  • La probabilidad de recidivas es menor cuando se practica deporte

Además de estos beneficios aplicables a toda la población, el ejercicio físico puede ayudar a mejorar o prevenir algunas secuelas derivadas del tratamiento oncológico, como es el caso del linfedema.

Ejercicio para prevenir el linfedema

El linfedema es una secuela que puede aparecer después de una cirugía o tratamiento y que altera el funcionamiento de los ganglios linfáticos. Como resultado, se desarrolla un edema en una extremidad, siendo habitual que aparezca en el brazo.

Es recomendable comenzar con la prevención del linfedema lo antes posible, teniendo en cuenta las limitaciones y situación de cada persona. Una de las medidas que se recomiendan para prevenir su aparición es la realización de ejercicios siempre bajo las pautas de especialistas.

En la actualidad se está demostrando que realizar algunas actividades deportivas como el remo (en su modalidad dragon boat) y el tiro con arco ayudan a prevenir el linfedema.

Remo en mujeres que han superado un cáncer de mama

 El dragon boat es una modalidad del piragüismo original de antiguas tradiciones chinas, y tiene como símbolo principal el dragón. Es un deporte donde las embarcaciones son para 10-20 personas, donde el trabajo en equipo es imprescindible y que es apto para la mayoría de personas.

 Son varios los estudios que han sido publicados en la que se demuestra que una actividad como el remo puede beneficiar a las mujeres después de superar un cáncer de mama. Los movimientos rítmicos y cíclicos que remar ayudan al drenaje linfático, favoreciendo así la prevención del linfedema. El remo también permite potenciar la musculatura de la zona afectada, minimizando así el dolor y se ha podido comprobar que disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

 Hay varios clubes de remo que ofrecen actividades como el dragon boat, que han creado equipos de mujeres sobrevivientes de cáncer de mama. También se realizan varios eventos para la recaudación solidaria para la investigación en cáncer de mama.

Tiro con arco: beneficios después de una operación en cáncer de mama

 Otro deporte que está empezando a demostrar beneficios en mujeres que han superado un cáncer de mama y fueron intervenidas es el tiro con arco.

Se está fomentando la práctica de este deporte en varios grupos de pacientes, donde se hace una sesión de fisioterapia preparatoria, un curso de iniciación y entonces la práctica de tiro con arco 2 veces a la semana. Algunos clubes de Cataluña acogen a grupos de mujeres para hacer este tipo de ejercicio.

La contracción y relajación de los grupos musculares implicados durante la práctica de tiro con arco favorece la circulación linfática, previniendo así la aparición de linfedema. También se puede observar una mejora a nivel funcional del brazo, y se disminuye la sensación de pesadez que suele ser habitual en estos casos. Además, más allá de la práctica deportiva, se establece una dinámica de grupo y convivencia entre el grupo formado.

Beneficios en la salud y calidad de vida de las actividades deportivas en grupo

Este tipo de deportes aportan beneficios a muchos niveles: físico, social, emocional y espiritual. Todo esto se traduce en un aumento de la calidad de vida de las personas que han superado un cáncer. Se promueve también el espíritu de equipo mejorando así el desarrollo de las relaciones sociales.

En definitiva, la práctica de deportes como el remo o el tiro con arco puede ser una opción novedosa ya la vez beneficiosa para prevenir la aparición de linfedema, siempre consultando al especialista si este tipo de ejercicio físico es adecuado en cada caso.

 


Referencias

Diabetes después del cáncer: ¿qué medidas se pueden tomar?

Introducción

La diabetes o diabetes mellitus es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por unos niveles de azúcar (glucosa) en sangre elevados. La glucosa es imprescindible para el funcionamiento del organismo, pues actúa como fuente de energía de cualquier proceso fisiológico, y permite, p.ej., el movimiento de los músculos.

La hiperglucemia, o elevado nivel de azúcar en sangre producido por la diabetes, es consecuencia directa de la falta de captación de la glucosa circulante por parte de las células del organismo, por tanto, no se consume y se acumula. La causa de este efecto varía según el tipo de diabetes, pero en ambos tipos está relacionada con el metabolismo de la insulina, una hormona producida en el páncreas que posibilita la entrada de la glucosa al interior de las células.

  • Diabetes mellitus tipo I: Se caracteriza por la ausencia total de producción de insulina por parte del páncreas. Se da en mayor medida en personas jóvenes. Su tratamiento se centra en la inyección periódica de insulina externa, con el objetivo de controlar los niveles de glucosa en sangre.
  • Diabetes mellitus tipo II: Se origina debido a que las células del organismo desarrollan cierta resistencia a la acción de la insulina, y el páncreas no es capaz de producir la suficiente cantidad de esta molécula para vencer dicha resistencia. Su aparición tiene relación con los malos hábitos de vida y se suele dar en individuos adultos. El tratamiento de este tipo de diabetes no suele requerir la inyección de insulina, a diferencia de la diabetes tipo I. El uso de fármacos antidiabéticos y una mejora en los hábitos de vida suelen ser suficientes para controlar los niveles de glucosa en sangre.

En España, hay más de 5 millones de personas que sufren esta enfermedad, y la tendencia sigue en aumento, considerándose un problema sanitario grave por parte de la OMS. El estilo de vida cada vez más sedentario y los malos hábitos alimentarios, entre otros, producen que cada vez más personas se vean afectadas por esta enfermedad.

Las complicaciones de la diabetes se presentan de forma progresiva, y a largo plazo pueden llegar a ser mortales. Entre las principales se encuentran: enfermedad cardiovascular, neuropatía, daño renal, daño ocular, enfermedades de la piel, deterioro auditivo, demencia…

Diabetes como secuela de algunos tratamientos oncológicos: ¿Qué relación existe?

En aquellas personas que hayan superado un cáncer, es posible que aparezcan algunas secuelas como consecuencia del tratamiento o de la propia enfermedad. En concreto, algunos medicamentos tienen la capacidad de aumentar los niveles de glucosa en sangre, e inducir la resistencia a insulina, como por ejemplo, los esteroides, como la prednisona o prednisolona, la dexametasona o la hidrocortisona. También algunos tratamientos con inmunoterapia, pueden provocar un trastorno autoinmune que derive en diabetes tipo 1.

Además, en aquellos casos en los que se haya realizado una cirugía sobre el páncreas para tratar de eliminar las células tumorales, existe riesgo de diabetes, puesto que se eliminan también las células productoras de insulina de forma permanente. Todo ello hace que las personas con cáncer tengan un 35% más de probabilidad de desarrollar diabetes que las personas sin tumores.

Centrándose exclusivamente en el cáncer de mama, resulta cada vez más importante conocer las consecuencias a largo plazo que puede tener, tanto la enfermedad como su tratamiento, puesto que el número de supervivientes, afortunadamente, es cada vez mayor. Se ha observado la posibilidad de que la quimioterapia podría aumentar el riesgo de sufrir diabetes en los años posteriores al cáncer en mujeres susceptibles, especialmente en aquellas en estado post-menopáusico y con un peso elevado.

También es cierto que ambas enfermedades (diabetes y cáncer) comparten factores de riesgo, por lo que es posible que ambas se presenten de forma simultánea, o incluso que, en el momento en el que se produce el diagnóstico de cáncer, ya existiese una diabetes no diagnosticada.

 Prevención

La diabetes, una vez se desarrolla, no existe ningún tratamiento que permita su curación, aunque sí es posible tomar ciertas medidas para prevenir la aparición de la diabetes tipo II. Es innegable que existe cierta predisposición genética en algunas personas para el desarrollo de la enfermedad, y que, a día de hoy, este factor resulta impredecible. Sin embargo, existe también un riesgo relacionado con el estilo de vida, sobre el que podemos influir con nuestros hábitos:

  • Alimentación saludable. Seguir una dieta variada, con un aporte reducido de azúcares refinados, hidratos de carbono y grasas saturadas, así como un aumento en el consumo de verduras puede contribuir a evitar el desarrollo de esta enfermedad o, al menos, a controlarla.
  • Ejercicio físico. La realización de 30 minutos de actividad física diaria, adaptada a cada persona, también resulta recomendable.
  • Peso adecuado. El sobrepeso es un factor de riesgo muy importante en la aparición de diabetes. Si lo padece, perder apenas el 7% de su peso (7 kg si pesa 100 kg) puede tener un impacto positivo en la salud.
  • Deje de fumar. El tabaco aumenta el riesgo de diabetes y enfermedades cardiovasculares.

 

Recomendaciones

Una vez la persona ha sido diagnosticada con diabetes, normalmente mediante un análisis de sangre, es fundamental que se aprenda a manejar la enfermedad correctamente, de forma que le permita disfrutar de una elevada calidad de vida y evitarle posibles complicaciones. Tanto la persona con diabetes como sus familiares deben recibir educación diabetológica y apoyo emocional. La formación resulta una herramienta imprescindible para facilitar el autocuidado, la adherencia al tratamiento y el control metabólico. Además, existen una serie de recomendaciones en este sentido:

  • Adaptar la alimentación. El cuidado de la alimentación de un diabético es parte fundamental de su tratamiento, y debe adaptarse a las características individuales de cada paciente, como pueden ser su medicación, el ejercicio físico que realiza o sus comorbilidades. Por ello la dieta debe ser confeccionada de forma individualizada por su equipo sanitario.
  • Mantener una hidratación adecuada. Las personas diabéticas presentan un mayor riesgo de deshidratación, debido a que los riñones intentan eliminar el exceso de glucosa en sangre a través de la orina, y conlleva una mayor pérdida de líquidos.
  • Practicar ejercicio de forma regular. La actividad física es uno de los pilares fundamentales del tratamiento de la diabetes. Sus beneficios se producen a muchos niveles: mejora la tensión arterial, los niveles de colesterol y la función cardiovascular. El tipo de ejercicio y la intensidad debe adaptarse a la edad y la condición física de cada persona con diabetes.
  • Realizar controles de glucosa con frecuencia y de forma estructurada. El análisis de los niveles de glucosa en sangre permite detectar posibles complicaciones derivadas de hipoglucemias (bajadas de glucosa) o hiperglucemias (subidas de glucosa). Se recomienda realizar entre 5 y 6 controles al día, para poder ajustar la pauta de insulina o del tratamiento en general, si fuera necesario. Si se practica ejercicio, se recomienda realizar un análisis antes del inicio de la actividad, alguna medición extra mientras se practica ejercicio de larga duración, así como una vez acabado.
  • Actuar rápido ante una hipoglucemia. Es habitual que durante una hipoglucemia se coma de forma descontrolada y con gran voracidad. Ello conlleva una ingesta de hidratos de carbono superior a lo indicado, que suele ser la causa de un rebote o hiperglucemia en las horas posteriores.
  • Realizar revisiones oftalmológicas. Es fundamental que las personas con diabetes realicen revisiones periódicas para prevenir, detectar y tratar con éxito cualquier tipo de complicación que pueda surgir como consecuencia de la enfermedad.
  • Cuidar los pies. Algunas personas con diabetes pueden presentar alteraciones en la sensibilidad y la circulación. Es recomendable realizar una inspección diaria de los pies comprobando la ausencia de lesiones y visitar con regularidad al podólogo.
  • Ser adherente con la medicación. La medicación es el tercer pilar del tratamiento, junto con la buena alimentación y el ejercicio. Es fundamental seguir la pauta de tratamiento marcada por el médico, que suele basarse en la terapia con insulina para las personas con diabetes tipo I, y antidiabéticos orales y/o insulina para las personas con diabetes tipo II.

Referencias

  1. Grupo Español de Pacientes con Cáncer. Todo lo que empieza cuando “termina” el cáncer.
  2. Fundación para la diabetes. Diez recomendaciones para mantener la diabetes bajo control en 2018.
  3. City of hope. El cáncer y la diabetes: más relacionados de lo que se cree.
  4. Intramed. Asociación entre diabetes y cáncer.
  5. Mayo Clinic
  6. Asociación Diabetes Madrid. Diferencias entre Diabetes tipo 1 y Diabetes tipo 2.
  7. Organización Mundial de la Salud. Diabetes.
  8. Redacción médica. Las personas con cáncer tienen un 35% más de riesgo de desarrollar diabetes.
  9. Medical News Today. What is the relationship between breast cancer and diabetes?

 

Musicoterapia: Acompañando con música las emociones de la persona que ha superado el cáncer

Los sentimientos son el resultado de la toma de conciencia de cómo nos sentimos y de las sensaciones que experimentamos. Por lo tanto, los sentimientos sugestionan nuestro bienestar emocional, haciendo que oscile de una forma que se podría comparar a un pentagrama musical, donde las notas suben y bajan según la melodía que dicten los sentimientos, pero también el estado de salud.

La musicoterapia forma parte de la medicina tradicional y está reconocida como terapia complementaria por la OMS (Organización Mundial de la Salud), como herramienta rehabilitadora de la salud física y emocional. Desde hace un tiempo, esta terapia complementaria se está implementando en diferentes servicios de salud.

La musicoterapia conecta directamente con el subconsciente, con el lado más primitivo, y tiene la capacidad de provocar que el cerebro sea capaz de generar endorfinas o adrenalina, y estas sustancias son las que provocan diferentes estados en nuestro cuerpo, como la calma o la situación de alerta.

Potenciales beneficios de la musicoterapia

La evidencia científica demuestra que la música nos puede ayudar a ganar control sobre nosotros mismos, incrementando la autoestima y equilibrando nuestro bienestar emocional, para gestionar con eficacia nuestros sentimientos y emociones.

Existen dos tipos de técnicas de musicoterapia: la activa y la pasiva-receptiva. Estas se diferencian en el nivel de actividad que requieren por parte del participante. En la pasiva, la persona escucha la música de forma inactiva, mientras que en la activa se complementa con movimientos, relajación física, cantar, tocar instrumentos, etc. para promover/facilitar una mayor implicación del participante.

La musicoterapia tiene efectos específicos sobre el ser humano/persona:

  • Efectos bioquímicos: provoca la segregación de hormonas, neurotransmisores y neuromoduladores.
  • Efectos fisiológicos: influye en el control del ritmo cardíaco y en la regulación de la presión sanguínea y del ritmo respiratorio.
  • Efectos motrices: las actividades de la musicoterapia activa trabajan/estimulan la coordinación, el equilibrio y la movilidad. Además, mejoran la amplitud del movimiento, el tono muscular y la respiración.
  • Efectos cognitivos: facilita la focalización de la atención y concentración en la experiencia y labor musical, la reestructuración de pensamientos, y el desarrollo del sentido del orden y el análisis emocional, ayudando al proceso de razonamiento desde la relajación.
  • Efectos sociales: la música tiene la capacidad de unir y compartir, y, por tanto, facilitar el diálogo. Las sesiones de musicoterapia en grupo promueven experiencias de interacción social, y generan complicidad entre los compañeros de grupo.
  • Efectos psico-emocionales: las técnicas musicales receptivas y activas facilitan la expresión de emociones y sentimientos a nivel verbal y no verbal, a la vez que despiertan, evocan, provocan, fortalecen y promueven (la interacción) la elicitación de nuevas emociones y sentimientos.
  • La musicoterapia puede tener un efecto (sedante) relajante o estimulante; que nos puede ayudar a liberar energía reprimida y que, por este motivo, también puede ayudar a lograr un equilibrio emocional.
  • Efectos psicológicos y trascendentales: la musicoterapia puede ayudar a procesar los cambios vitales, a elaborar las pérdidas, así como reflexionar y dar un nuevo sentido a las experiencias vividas.

El camino de la música dentro de nuestro cerebro y sus efectos

Los seres humanos convivimos con la música prácticamente en todo momento. Se puede afirmar que es un arte que nos hace recordar hechos del pasado, reflexionar sobre el presente o imaginar el futuro, todo bajo el afloramiento intrínseco de las emociones.

Este hecho que nos resulta normal o conocido por todos se produce mediante complejos sistemas neuronales. Es por este motivo que la neurociencia intenta responder cuál es el efecto de la música sobre las diferentes partes del cerebro. Según el conocimiento actual, cuando se escucha música los siguientes procesos se desencadenan en el cerebro, casi secuencialmente:

  • La corteza motora relaciona la música con el movimiento; nos permite seguir un ritmo y nos mantiene dentro de una pauta rítmica aislante seleccionados de otras percepciones auditivas.
  • La corteza auditiva tiene la función de recibir las vibraciones de la música y transformarlas en sonidos audibles.
  • La corteza sensorial encarga de transcribir los sonidos en sensaciones. Provoca el inicio de una emoción musical.
  • El hipocampo involucra pensamientos como los recuerdos mediante las sensaciones recibidas desde la corteza sensorial.
  • El cerebelo es capaz de transformar la música y las sensaciones recibidas por las otras partes del cerebro en reacciones emocionales que pueden ser de tristeza, de alegría, de felicidad, etc.
  • El núcleo accumbens es la parte del cerebro que modula nuestro estado de ánimo, relacionándose directamente con las emociones vividas por el cerebelo.
  • La corteza prefrontal, racionaliza las sensaciones y toma decisiones que se pueden relacionar con nuestro estado de ánimo.

 

¿Cómo puede ayudar la musicoterapia después del cáncer?

La musicoterapia es adecuada en episodios de estrés y ansiedad. Además, se ha demostrado que reduce la alteración emocional y la calidad de vida en personas que ya han terminado el tratamiento oncológico, pero pueden seguir experimentando malestar.

De todos modos, es importante que una sesión de musicoterapia esté conducida por un musicoterapeuta profesional. Actualmente, los musicoterapeutas forman ya parte del equipo interdisciplinar de unidades de oncología de los hospitales, de asociaciones dedicadas al apoyo psicosocial de personas con cáncer, así como de otros centros y entidades de apoyo psicológico.

 


Referencias

 

Efectos tardíos del cáncer y su tratamiento

Es posible que un tiempo después de haber terminado con el tratamiento para el cáncer, algunas personas empiecen a notar efectos derivados, lo que les puede crear una sensación de frustración tras haber pasado por la enfermedad, además de aumentar el miedo a posibles recaídas.

Durante el tratamiento del cáncer, son de sobra conocidos los posibles efectos secundarios en el paciente. Pero estos tratamientos pueden causar también efectos secundarios que pueden no aparecer en meses o años después de haber sido sometido a estas terapias. Es importante saber que muchos de estos efectos se pueden controlar y tratar.

Tipo de efectos tardíos del cáncer y su tratamiento y causas

Los tipos de efectos tardíos que pueden aparecer dependen tanto de la enfermedad, como del tipo de tratamiento que cada persona haya superado. Además, hay que tener en cuenta que, como que cada uno es diferente, dos personas tratadas con los mismos fármacos para la misma enfermedad pueden tener efectos tardíos diferentes.

De forma resumida, la quimioterapia, la radioterapia, la cirugía y las otras terapias contra el cáncer pueden causar diferentes tipos de efectos tardíos, entre los que podemos encontrar:

  • Disminución de la masa ósea.
  • Cambios en el cerebro. Algunos de estos cambios pueden implicar falta de memoria, problemas de concentración o personalidad, o problemas del movimiento y del procesamiento de la información.
  • Cambios en el sistema endocrino como menopausia precoz, afectaciones a la fertilidad, hipotiroidismo y aumento de peso.
  • Problemas oculares como visión borrosa o doble, sensibilidad a la luz o problemas de visión nocturna.
  • Problemas auditivos.
  • Problemas cardiovasculares.
  • Cambios en las articulaciones que pueden provocar falta de movimiento en las articulaciones.
  • Problemas pulmonares como problemas en la respiración, fiebre, tos seca, congestión y sensación de fatiga.
  • Linfedema, que se puede desarrollar si parte del sistema linfático se ve afectado en la extirpación de ganglios o radioterapia, causando inflamación.
  • Cambios en la boca como boca seca o caries.

¿Cuándo pueden aparecer estos efectos?

Partiendo de la base de que no todas las personas que han superado un cáncer pueden notar los mismos efectos tardíos, también hay que recalcar que podría pasar que no se experimentara ninguno de estos a largo plazo o no se experimentaran nuevos. Así pues, la probabilidad y el momento en que pueden aparecer estos efectos tardíos no deseados también dependerá del tipo de cáncer que se haya tratado, como se ha tenido que tratar y la dosis que se haya requerido administrar y, como es lógico, también del estado de salud general de la persona y de otros aspectos que puedan influir.

Efectos tardíos del cáncer infantil

El caso de los niños que han sufrido un cáncer es una situación particular ya que, debido a su edad y que están en proceso de crecimiento, pueden aparecer algunos efectos tardíos que no son tan comunes en las personas de edad adulta que han atravesado una situación similar.

Así pues, en estos casos, podrían aparecer de forma más específica las siguientes secuelas tardías:

  • Problemas en el aprendizaje: normalmente pueden tratarse de problemas de memoria, capacidad de procesamiento de la información y sobre la capacidad de hacer varias tareas a la vez.
  • Crecimiento anormal de los huesos: algunos niños podrían tener un crecimiento más lento de lo habitual o bien que su crecimiento se detenga antes.
  • Problemas hormonales: aparte del crecimiento más lento, algunos tratamientos pueden hacer que el niño o niña llegue a la pubertad más tarde.
  • Problemas dentales: pueden existir casos donde aparezca un cierto retraso en el crecimiento de los dientes o la falta de alguna pieza dental.
  • Problemas emocionales: la ansiedad, la depresión y el miedo a la recaída pueden aparecer tiempo después de que un niño haya superado el tratamiento de un cáncer. Esto puede incluso derivar hacia sufrir ciertas fobias y que estas personas tiendan a evitar a los médicos y los entornos hospitalarios en la edad adulta.

Control y prevención de los efectos tardíos

Con el objetivo de mitigar, pero también de prevenir, estos efectos tardíos, son importantes los controles médicos periódicos ya que, cuanto antes se detecten estos efectos tardíos, antes se podrán poner medidas. La atención del seguimiento incluye revisar signos y síntomas de los efectos tardíos y la educación de la salud sobre cómo prevenir estos efectos.

Del mismo modo, la calidad de vida de las personas que han superado el tratamiento de un cáncer puede mejorar con comportamientos que promuevan su salud y su bienestar. Una dieta saludable, hacer ejercicio moderado y hacer un seguimiento médico periódico son importantes para intentar evitar problemas de salud relacionados con el tratamiento.

Del mismo modo, es importante obtener información y consultar con un especialista sobre cuáles son los efectos que podrían aparecer después del tratamiento oncológico. Conocer cuáles son los efectos que podrían sufrir ayudará a identificarlos antes y permitir que los profesionales médicos intervengan también con anticipación.


Referencias

Mayo Clinic. Sobrevivientes del càncer: efectos tardíos del tratamiento oncológico.

Cancer.net. Efectos tardíos del cáncer infantil.

Instituto Nacional del cáncer. Efectos secundarios tardíos del tratamiento de cáncer.

Calvo-Escribano C. Efectos tardíos del tratamiento del niño con cáncer. Anales de Pediatria Continuada. 2016 Vol. 4 (1).

KidsHealth. Secuales del cáncer y el tratamiento contra el cáncer.

Beneficios del yoga después del cáncer

¿En qué consiste el yoga? ¿Cuál es su origen?

Yoga es un término sánscrito que puede traducirse como “unión”. La práctica del yoga es una antigua disciplina; las primeras pruebas arqueológicas datan aproximadamente del año 3000 a.C. (aunque existe divergencia de opiniones al respecto), y proviene de la India.

 

Su finalidad es contribuir a aumentar la conciencia sobre nosotros mismos y sobre todo lo que nos rodea, y su objetivo final es alcanzar un estado de bienestar psicológico, físico y emocional. A diferencia de otras formas de ejercicio físico, el yoga pretende llegar a ese objetivo a través de una práctica integral que, paralelamente a la actividad física que contribuye a mejorar el tono muscular y la movilidad general, contempla:

 

  • La práctica de un estilo de vida saludable, promoviendo una dieta nutritiva y equilibrada a base de alimentos naturales, adecuada a nuestra constitución y estilo de vida.
  • Conseguir un descanso óptimo, aprendiendo a relajarnos de forma correcta para liberar el cuerpo de tensiones acumuladas.
  • Técnicas para controlar la respiración que ayudan a conseguir calma y a mejorar la circulación.
  • Técnicas de concentración y meditación que pueden contribuir a relajar la mente y a reducir los niveles de ansiedad, mejorando la estabilidad emocional.

 

 

Así pues, el yoga no debería entenderse solo como la realización de ejercicios físicos sino que su práctica busca el bienestar a partir de la observación y seguimiento de unas pautas éticas, una forma de vida y un tipo de alimentación concretos.

 

¿Existe evidencia sobre los beneficios de la práctica del yoga tras superar un cáncer?

El yoga podría aportar numerosos beneficios a personas que han padecido y superado un cáncer, tanto a nivel físico como a nivel emocional y psicológico. La práctica del yoga puede ayudar a reducir el estrés, aliviar la fatiga, relajar el sistema nervioso, flexibilizar y relajar los músculos, y reducir el insomnio, entre otros.

 

Aunque aún son escasos los estudios científicos publicados y son necesarios estudios metodológicamente óptimos para extraer mayores conclusiones sobre la eficacia del yoga como método complementario, existe evidencia científica de que la práctica del yoga aporta beneficios tanto a pacientes oncológicos como a personas que han superado la enfermedad.

 

En un estudio realizado a mujeres que habían superado un cáncer de mama y que tenían síntomas de fatiga persistente debido al tratamiento, observaron que el yoga conducía a mejoras significativas en la fatiga y el vigor. Los resultados mostraron que el grupo que practicó yoga obtuvo mejoras significativas en el vigor, los síntomas depresivos y el estrés percibido con respecto al grupo control, y en menor medida, en el sueño y el rendimiento físico.

 

En otro estudio en el que la mayoría de sujetos participantes también eran mujeres que habían padecido cáncer de mama, evaluaron la influencia de la práctica del yoga sobre la calidad del sueño. Los resultados obtenidos demostraron que las personas que habían asistido a clases de yoga habían mejorado en la calidad del sueño, la somnolencia durante el día y la calidad de vida general, y además consumían menos medicamentos para dormir.

 

Asimismo, las clases de yoga en grupo pueden tener un beneficio adicional que los alumnos valoran mucho: formar parte de una comunidad en la que pueden encuentra apoyo, comprensión, aceptación, y crear lazos que pueden perdurar.

 

¿Hay centros especializados para personas que han superado un cáncer?

Varias asociaciones, como el Grup Àgata o la asociación Vilassar de Dalt contra el càncer, ofrecen la posibilidad de realizar talleres y asistir a clases de yoga con el objetivo de aportar bienestar y calidad de vida a personas que padecen o han padecido ésta enfermedad. Sin embargo, también es posible apuntarse a algún centro especializado o asistir a retiros (que pueden durar varios días) donde se puede desarrollar la práctica del yoga de forma más integral.

 

En cualquier caso, sería importante comentar la situación en que se encuentra uno al iniciar la práctica del yoga para recibir orientación sobre el estilo de yoga que mejor puede adaptarse y más beneficios le puede aportar. Además, aunque la práctica del yoga es generalmente muy bien tolerada, como con cualquier tipo de actividad física, también es siempre es conviene consultarlo con el profesional médico que corresponda. Ser proactivo, salir de casa y hacer alguna actividad moderada es esencial para llevar una vida saludable. En ese sentido, el yoga es sin duda una muy buena opción para aportar bienestar tanto a nivel físico como mental.

 

Referencias

Global Yoga Congress. Los orígenes del yoga

Asociación Oncología Integrativa. ¿Qué es el yoga?

Yogaes. Historia del yoga

Definición de Yoga

Asociación Oncología Integrativa. Yoga para enfermos y supervivientes de cáncer

Bower JE et al. Yoga for persistent fatigue in breast cancer survivors: a randomized controlled trial. Cancer. 2012 Aug 1;118(15):3766-75.

Asociación Oncología Integrativa. El yoga puede ayudar a suavizar los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer

Mustian KM et al. Multicenter, randomized controlled trial of yoga for sleep quality among cancer survivors. Explore (NY). 2013 Jul-Aug;9(4):232-43

Breastcancer.org. Sobrevivientes de cáncer duermen mejor si hacen yoga.

Sadja J, Mills PJ. Effects of yoga interventions on fatigue in cancer patients and survivors: a systematic review of randomized controlled trials. J Clin Oncol. 2013 Sep 10;31(26):3233-41

Grup Àgata. Yoga.

Vilassar de Dalt contra el càncer. Ioga

Micropigmentación, devolviendo el color a la autoestima

La mastectomía y las consecuencias sobre la imagen corporal

Las personas que han sido sometidas a intervenciones quirúrgicas a causa del tratamiento de enfermedades oncológicas, habitualmente tienen que convivir con cicatrices que pueden afectar de manera negativa a su autoestima, al suponer una alteración de su imagen corporal.

 

Uno de los casos más significativos lo encontramos en aquellas mujeres que han sufrido una mastectomía -o extirpación mamaria completa- derivada de un cáncer de mama, ya que en estas situaciones, aunque se consiga realizar una reconstrucción mamaria para recuperar el volumen de la mama, puede persistir una sensación de incomodidad por la pérdida de la areola.

 

Además, esta situación puede ser un problema con gran prevalencia en la población, ya que el cáncer de mama es el de diagnóstico más frecuente en España entre la población femenina, con alrededor de 26.000 nuevos casos cada año. Sin embargo, afortunadamente existe una posible solución a estas necesidades estéticas en la técnica conocida como micropigmentación.

 

¿Qué es la micropigmentación?

La micropigmentación es un método mediante el cual se insertan unos determinados pigmentos naturales en la piel para dar color, e incluso forma, a determinadas partes del cuerpo. Puede ayudar a disimular la caída del pelo en las cejas y las pestañas (otra repercusión común tras superar una terapia contra el cáncer) y, al mismo tiempo, se puede utilizar para camuflar cicatrices y dibujar la areola tras una reconstrucción mamaria.

 

Los pigmentos utilizados son hipoalergénicos; no producen alergias o es muy poco probable que lo haga, y se introducen en la parte más superficial de la piel, lo que convierte a la micropigmentación en un proceso sencillo, rápido (2 o 3 horas), que solo requiere anestesia en el lugar donde se realiza y sin que la persona sienta ningún tipo de dolor. Estos pigmentos serán eliminados progresivamente por el sistema inmunológico, convirtiéndolo en un procedimiento reversible.

 

Este aspecto resulta una ventaja en el caso de la micropigmentación de cejas y pestañas, ya que, normalmente, tras la quimioterapia los pacientes vuelven a recuperar el pelo en estas zonas. En el caso de la reconstrucción de la areola, donde sería una desventaja, el proceso puede realizarse repetidamente en la misma zona, si así se requiere.

 

Es conveniente diferenciar la micropigmentación del tatuaje, que es una técnica en la que se realiza la inserción de pigmentos permanentes en una zona más profunda de la piel. La micropigmentación es un procedimiento de baja agresividad, con el que se consiguen resultados muy naturales.

 

Así pues, los beneficios que nos ofrece la micropigmentación van mucho más allá del componente estético que aporta. Esta técnica puede suponer también un impulso psicológico que puede resultar un factor determinante en la nueva etapa que afronta una persona tras superar el tratamiento para el cáncer de mama.

 

 

Por esta razón, junto con los resultados extraordinariamente realistas que consigue, se está intentado generalizar esta técnica como un servicio básico para culminar el tratamiento reconstructivo en los centros hospitalarios.

 

Concienciación sobre la importancia de la micropigmentación

Tal es el impacto social que ha alcanzado esta técnica, que se han puesto ya en marcha varias campañas en redes sociales con las que se pretende concienciar a la población de la realidad que viven las mujeres que requieren mastectomías durante su terapia para el cáncer de mama. De esta forma, se podrá ayudar a las personas que lo necesiten a costearse el procedimiento de micropigmentación de areola postmastectomía ya que, actualmente, no está amparado por el Sistema Sanitario Público español. Es crucial, también, que los médicos y cirujanos informen de manera proactiva sobre las posibilidades que existen entorno a la micropigmentación después de una mastectomía.

 

El hecho de que no se lleve a cabo esta reconstrucción puede tener consecuencias emocionales de por vida, además de estéticas, para las pacientes que han superado este tipo de cáncer, ya que verse de alguna forma “incompletas” día tras día, puede ser un impedimento para superar completamente la enfermedad en todas sus vertientes.

Referencias

  1. Las cifras del cáncer en España 2018.
  2. Micropigmentación en pacientes con cáncer.
  3. García, MAL et al. Micropigmentación. Pinceladas de autoestima tras el cáncer de mama. Revista de enfermería 2015;49:44-49.
  4. Entrevista micropigmentación Maribel Franco Tratamiento Oncológico. La Vanguardia
  5. Micropigmentación de areola y pezón. Infosalus
  6. Micropigmentación reconstructiva y Cáncer. Cancerbeauty
  7. Páramo AA, et al. RES0276 Micropigmentación del complejo areola pezón. 3er Congreso Español de la Mama 2017 (Abstract)

 

El linfoma de Hodgkin y el riesgo de enfermedades cardiovasculares a largo plazo

El linfoma de Hodgkin

El 15 de septiembre se celebró el Día Mundial del Linfoma, una jornada para dar a conocer y crear consciencia sobre esta dolencia. Los linfomas son el tipo más habitual de cáncer hematológico y se calcula que en España se diagnostican unos 7.000 nuevos casos cada año. Tradicionalmente, los linfomas se pueden dividir en dos grandes grupos con tratamientos y pronósticos diferentes: los de tipo Hodgkin y los de tipo No Hodgkin; siendo el tipo de linfocitos que se ve afectado en cada uno, la principal diferencia entre ellos.

 

Así pues, el linfoma de Hodgkin es un tipo de cáncer que se origina en los glóbulos blancos -los llamados linfocitos– que pasan a reproducirse de manera descontrolada y a prolongar su vida de manera anormal. Afortunadamente, si se siguen los tratamientos adecuados y si no existen factores adversos, la probabilidad de curación de estos pacientes es superior al 80 %. Esta perspectiva favorable es la que, a su vez, también puede dar pie a que se presenten otro tipo de complicaciones a largo plazo.

 

¿Qué efectos sobre la salud cardiovascular pueden tener los tratamientos para el linfoma de Hodgkin?

Como es común en casi todos los tratamientos oncológicos, la terapia para el linfoma de Hodgkin puede conllevar una serie de secuelas fisiológicas de carácter tardío. Entre estas, encontramos las que podrían generar cierta propensión a desarrollar enfermedades cardiovasculares, que son el conjunto de trastornos que afectan al corazón y a los vasos sanguíneos.

 

Esto es debido a que el corazón es un órgano especialmente sensible al tratamiento oncológico, ya que los tratamientos como la radiología y los fármacos de algunas quimioterapias pueden dañar específicamente a sus células. Por ese mismo motivo, es por lo que las personas que han pasado por un tratamiento contra el linfoma de Hodgkin tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares al cabo del tiempo.

 

En ese sentido, en 2015 se publicó un estudio hecho con el seguimiento de 2500 personas que habían superado el tratamiento contra el linfoma de Hodgkin, en donde se describieron problemas cardiovasculares en un alto porcentaje de ellos, después de 20 años de media tras el tratamiento. Estas dolencias pueden comprender desde enfermedades coronarias como infartos de miocardio y anginas de pecho, hasta enfermedades de las válvulas del corazón e insuficiencias cardíacas.

 

El lado positivo de conocer que existe la posibilidad de que aparezcan estás enfermedades es que permite a pacientes y especialistas intentar anticipar y prevenir las consecuencias cardiovasculares que podrían surgir tras el tratamiento oncológico.

 

¿Qué podemos hacer para prevenir riesgos cardiovasculares?

La prevención y el abordaje temprano de las personas que presentan uno o varios factores de riesgo para sufrir enfermedades cardiovasculares es fundamental para evitar ese tipo de dolencias. Obviamente, no se puede revertir el efecto de los tratamientos que hayan sido necesarios para tratar el linfoma, pero sí se puede tratar de eliminar o controlar otros factores de riesgo como el consumo de tabaco, los malos hábitos alimenticios, la obesidad, la hipertensión arterial, la diabetes o los niveles altos de colesterol. En definitiva, un estilo de vida saludable puede ayudar a mitigar los efectos secundarios sobre el corazón de los tratamientos oncológicos.

 

 

En el caso de los hábitos de alimentación saludables, que tienen un rol importante en los procesos de recuperación tras un tratamiento oncológico, aparte de poner atención al tipo de dieta y a la cantidad de las ingestas, se debe respetar también que el número de comidas diarias y el tiempo que se invierte en cada una de ellas sean adecuados. A modo de ejemplo, un desayuno correcto -desayunar cada día e invertir una cantidad de tiempo suficiente para ello- es un hábito de vida saludable que puede jugar un papel muy importante en la salud cardiovascular. En ese sentido, un estudio reciente ha descrito que las personas cuyo desayuno supone menos del 5% de la ingesta total de calorías diarias, presentan duplicado el riesgo de padecer lesiones ateroscleróticas, independientemente de la presencia de otros factores de riesgo tradicionales para las enfermedades cardiovasculares.

 

En definitiva, el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares puede ser una consecuencia no deseable del tratamiento contra el linfoma de Hodgkin, que se presente al cabo de los años. Sin embargo, conocer esta posibilidad también otorga la oportunidad de intentar disminuir la posibilidad de que estos efectos ocurran, si se corrigen y adoptan a tiempo unos hábitos de vida saludables que también pueden tener un impacto positivo en otros aspectos de la salud.


Referencias

Fundació Carreras – Dia Mundial del Limfoma

Medline Plus – Limfoma de Hodgkin

Cancer.org – Diagnòstic del Limfoma de Hodgkin

Societat Espanyola de Cardiologia – El tractament oncològic triplica el risc de complicacions cardiovasculars

Fundació Espanyola del Cor – Quimioteràpia i cor, com es relacionen?

Fundació Espanyola del Cor – L’esmorzar clau per a la salut cardiovascular

van Nimwegen FA et al. JAMA Intern Med. 2015; 175 (6): 1007-1017 – Cardiovascular Disease After Hodgkin Lymphoma Treatment40-Year Disease Risk (anglès)

Organització Mundial de la Salut – Alimentació sana

Uzhova I, et al. J Am Coll Cardiol. 2017 octubre 10; 70 (15): 1833-1842 – The Importance of Breakfast in Atherosclerosis Disease. Insights From the PESA Study. (Anglès)